Por Osvaldo Avila Tizcareño
El pasado fin de semana se llevó a cabo el XIV Torneo Nacional de Básquetbol en Morelia Michoacán, en este encuentro participaron más de 100 equipos de todas las entidades federativas en la rama femenil y varonil. Precedió a tan importante fiesta de la juventud un pletórico desfile donde se hizo gala de destreza, agilidad y estética; y como cereza del helado la inauguración se efectuó en la plaza Melchor Ocampo con un emotivo evento cultural.
El evento de esta disciplina fue celebrado en una majestuosa unidad deportiva que lleva el nombre del fundador del antorchismo michoacano: Wenceslao Victoria Soto y es el segundo que se efectúa después de la pandemia, pues el primero fue el Torneo Nacional de Voleibol en el mes de junio en Veracruz, constituyéndose la antesala a la Espartaqueada Deportiva que se celebrará en Tecomatlán Puebla, la primera semana de febrero de 2023.
También en el terreno cultural este año nuestro movimiento ha retomado las actividades presenciales: en el mes de septiembre en Pachuca, Hidalgo, se efectúo el Concurso Nacional de Voces; en octubre el Festival de Folclor Internacional en Oaxaca y como en otras ocasiones, poniendo el ejemplo en distintos rubros, nuestros hermanos poblanos llevaron a cabo un maratón de teatro en la capital de ese bello estado.
El reciente conteo da cuenta de un gran esfuerzo económico de los participantes y de nuestro movimiento que organiza estas jornadas culturales y deportivas sin ningún patrocinio oficial, con ingentes esfuerzos para las acciones previas y el desarrollo de los concursos y justas deportivas. Vale la pena destacar este rubro, los eventos se efectúan con las aportaciones y diversas actividades económicas para pagar transporte, uniformes o vestuario para los artistas, pocas veces o casi nunca hay apoyo gubernamental para efectuar tan loable labor, es un esfuerzo neto del pueblo trabajador que hace sacrificios para desarrollar sus habilidades en todos los ámbitos.
Añadamos que en la época actual el gobierno morenista ha reducido el gasto en cultura, ciencia y deporte, pues mientras los programas clientelares de la 4T tendrán un incremento de más del 20% en el PEF 2023, algo así como 872 mil millones (EL FINANCIERO, 13 de noviembre), la cultura tiene un incremento neto de 0.8 al pasar de 121 mil millones a 128 mil (ELECONOMISTA. 9 DE NOVIEMBRE) y el deporte ha reducido en extremo la inversión en becas de la CONADE o apoyo para incentivar el deporte, tal estrechez de miras ha sido denunciada por deportistas y artistas por igual, pareciera que a los morenistas les conviene más un pueblo iletrado, desconocedor de la cultura y sin aspiraciones de triunfo, pues así no será tan manipulable.
Conviene también traer a cuenta las características de los participantes en estos eventos, se trata fundamentalmente de jóvenes de instituciones públicas de diversos niveles educativos, campesinos, colonos, obreros, maestros o amas de casa, es decir el pueblo que la gran mayoría de las veces se le margina de un buen espectáculo cultural o se le impide practicar actividades físicas por no contar con espacios dignos o simplemente porque las extenuantes jornadas le impiden realizar alguna actividad de esparcimiento, por ello, con la actividad titánica que desarrollamos en ambos ámbitos se le proporciona a la gente la posibilidad de desarrollar sus cualidades.
Los eventos mencionados se llevan en absoluta armonía y gran hermandad, no derivan en conflictos o pasiones malsanas que busquen ganar a toda costa, sino que se reconoce la superioridad artística o deportiva en el escenario o la cancha de juego y se pugna por elevar cada vez más la calidad de los participantes, con ello comprobamos que a la par de la calidad también hemos alcanzado lazos inquebrantables de fraternidad, cualidad poco común en esta época.
¿Pero porque promovemos tales actividades entre el pueblo? ¿se trata de una cuestión de oropel? ¿acaso no hay actividad de este tipo promovida por los gobiernos? Las respuestas a estas interrogantes se resumen en una sólo idea: los antorchistas queremos una patria nueva, una sociedad más justa, pero esa proeza sólo puede ser resultado y obra de un hombre nuevo, por tanto, promover la cultura y el deporte nos permiten avanzar en ese propósito.
Lograr que la gente participe en la actividad cultural permite que se conozca la riqueza de nuestras raíces, la belleza de nuestra cultura la grandeza de nuestra nación y con ello despierte un amor profundo para estar dispuesto a transformarla; y en el caso del deporte colectivo se crea un espíritu de conjunto, de equipo para accionar al unísono y en las disciplinas individuales se templa el espíritu, se le prepara para enfrentar cualquier adversidad, se crea un binomio que forma parte de la edificación del hombre nuevo que ame a su patria y esté dispuesto a cambiarla teniendo un espíritu firme y templado.
Por tanto, el trabajo en estos ámbitos del antorchismo constituye una prueba irrefutable del encomiable propósito por construir una sociedad más justa, que más allá de discursos a lo largo y ancho de la patria realizamos nuestra labor de educar al pueblo, de elevar su cultura, de impulsar su desarrollo aunque para ello implique grandes esfuerzos de todo tipo, con ello mostramos que les guste o no, Antorcha existe y trabaja al lado del mismo.
La historia de los pueblos que vienen siendo vanguardia en desarrollo, ha sido producto de grandes esfuerzos, Stalin en una década construyó una gran infraestructura cultural llevando el arte a cada rincón de la geografía rusa, los cubanos, a pesar de enfrentar un injusto bloqueo han figurado en los primeros lugares del medallero olímpico, y los chinos trabajan en la formación integral de sus hijos, por tanto no desmayemos y sigamos impulsando sin descanso para masificar el arte y el deporte en la entraña del pueblo, labor difícil pero necesaria en la formación del hombre nuevo.