Por Gabriel Contreras Velázquez
De la lista de prioridades que Ricardo Monreal Ávila pretendía cumplir como coordinador de Morena para la segunda circunscripción electoral, en donde se encuentra Zacatecas, queda claro que el diálogo con Carlos Pavón Campos, dirigente del Sindicato Nacional Minero Metalúrgico Frente, concluyó en un acercamiento y nada más.
Ricardo no logró desactivar un conflicto con la dirigencia sindical minera, a la que ha acusado de orquestar movilizaciones en contra de la militancia y simpatizantes del Movimiento de Regeneración Nacional, durante la visita de Andrés Manuel López Obrador, hoy en Fresnillo. Y es que el hecho de que Morena haya integrado a Napoleón Gómez Urrutia en su lista de candidaturas plurinominales al Senado de la República, abre un nuevo episodio de confrontación política por la hegemonía del sindicato metalúrgico.
Pugna que lleva al menos una década de gestación, y en donde “Don Carlos” –como lo llaman sus agremiados- fue puesto a disposición de la autoridad en 2007 por presunto fraude, y posteriormente, en 2011, fue privado de su libertad en Fresnillo, como una extensión más de este “conflicto al interior” del sindicato, de acuerdo a la versión del entonces procurador Arturo Nahle García sobre dicho secuestro en noviembre de aquél año.
Monreal no cargaría con la beligerancia de los integrantes de la Sección 62 en El Mineral por lo que decidió, mediante una misiva, repartir los costos políticos con el gobernador Alejandro Tello Cristerna al exigir seguridad en los eventos de proselitismo del candidato presidencial de Morena. Probablemente en Zacatecas se dé una primera muestra del choque de trenes entre el poder económico detrás del Sindicato Nacional Minero, y el proyecto de Andrés Manuel López Obrador.
El margen de maniobra política de Alberto Bailleres González y Jaime Lomelín Guillén es amplio y no responde a intereses locales. Todo lo contrario, se mueve en el consenso nacional para limitar el triunfo del Movimiento de Regeneración Nacional, y con ello obstaculizar el avance de Napoleón Gómez Urrutia dentro del gremio minero ahora en manos de Pavón Campos, con la anuencia patronal.
Tampoco existen coincidencias entre la Sección 62 del Sindicato Minero Metalúrgico y el programa de gobierno del contador Tello Cristerna, después de una disputa ríspida motivada por el cobro del Impuesto de Remediación Ambiental durante este quinquenio, a las empresas de extracción de minerales. Baste con recordar que en marzo de 2017, los integrantes del gremio minero de “Don Carlos” prendieron fuego a la propaganda política del 2016 con la imagen del ahora gobernador Alejandro Tello, y los símbolos de los partidos coaligados: PRI, Verde y PANAL.
Durante la “asamblea” realizada en las instalaciones del Teatro Primero de Mayo, en El Mineral, advirtieron de la serie de movilizaciones en cualquier acto público donde se presentara el Ejecutivo estatal, el presidente municipal José Haro de la Torre, y las diputadas locales Norma Angélica Castorena Berrelleza y Guadalupe Celia Flores Escobedo; consigna que cumplirían al pie de la letra y con creces cada que encontraron una oportunidad de confrontación.
Para entonces, el Movimiento de Regeneración Nacional en Zacatecas prefirió mantener silencio acerca del grado de virulencia que habían tomado las diversas “manifestaciones” de la Sección 62 en contra de los inculpados por el juicio de Carlos Pavón y la parte patronal, y ahora viven en carne propia el juego de poder que mueven los hilos metálicos de Bailleres y Lomelín.
Esto no debería de significar consuelo y confianza para el Revolucionario Institucional de Zacatecas. Como se dijo anteriormente, Carlos Pavón Campos hará valer cada centímetro de terreno para provocar a sus enemigos. Con la seguridad de obtener fuero por tres años como legislador federal en San Lázaro -por acuerdos entre el Comité Ejecutivo Nacional del PRI y los dueños del capital minero- el Frente Metalúrgico se prepara para una batalla, con todos los recursos que tengan a su alcance, por mantener el control del gremio industrial. La batalla de batallas pues.
La contraparte, Napoleón Gómez Urrutia, hará lo propio desde Senado de la República, y previsiblemente también mediante la llave de recursos que significaría para Morena en la presente elección presidencial. Sin embargo, la puerta para la confrontación se mantiene abierta y Ricardo Monreal por ahora se lava las manos, como lo hizo su partido en lo local durante todo el 2017. Es una estrategia que conocen bien y embona con distintas vértebras en el discurso de López Obrador: la victimización efectiva.
Pero “Don Carlos” tropieza, por lo pronto, con dos anomalías: participar en una red de distribución de recursos del Sindicato Minero para la manutención de Gómez Urrutia en Vancouver, Canadá –regularmente le entregaban 100 mil dólares, según su versión en febrero de este año-. Y, según el gremio de “Napito”, las averiguaciones previas por el homicidio doloso de Juventino Flores Salas, ya concluidas, señalan como responsables a los hermanos Pavón Campos.
#Coincidencias: Quienes medio disimularon el conflicto de interés dentro del partido La Familia Primero, fueron los Noyola. Eduardo Noyola Ramírez, Asesor Jurídico en SEDIF y padre de Eduardo Fernando Noyola Núñez -consejero electoral que concluyó su función al frente del IEEZ el pasado mes de enero-, ha dejado de presentarse a las sesiones del Consejo General como representante de aquél instituto político.
En su lugar asiste Mauricio Javier Vázquez, quien anteriormente ocupó un espacio en el área administrativa en el OPLE Zacatecas, por indicaciones de Noyola Núñez, para el proceso electoral 2015-2016. Claro, de ello siempre tuvo conocimiento el presidente José Virgilio Rivera Delgadillo y la encargada de repartir las plazas en el Instituto, la consejera Adelaida Ávalos Acosta. En fin, le hacen honor al nombre: “La Familia -y los cuates- Primero”.
Twitter: @GabrielConV