Por Gabriela García
A través de la Secretaría de Educación Pública (SEP) se pretende modificar los libros de texto y los planes de estudio a conveniencia de Movimiento de Regeneración Nacional (Morena), por medio de los cuales se buscará “adoctrinar” directamente a los estudiantes y en consecuencia a los maestros, con la intención de imponer su ideología a las generaciones venideras.
Fue la secretaria de la SEP, Delfina Gómez Álvarez, quien dijo que los nuevos tiempos exigen nuevos contenidos de estudio y que la modificación se hará con base en asambleas donde se tendrá la participación de padres de familia, administradores, investigadores y desde luego docentes, queriendo con esto esconder las verdaderas intenciones, que es la perpetuación en el poder por parte de la 4t a través del presidente Andrés Manuel López Obrador (AMLO) o a quien el actual mandatario impulse para su relevo.
Al hablar de que López Obrador quiere mantenerse en el poder, no sólo significa su reelección como puede pensarse, sino dejar en su lugar a quien le cuide sus intereses particulares así como proteger los jugosos negocios familiares que se han hecho al amparo de la presidencia de México así como los de sus colaboradores cercanos.
No debemos perder de vista que el morenista fue oxígeno para el sistema de gobierno mexicano y que como los de antes, sigue garantizando que los dueños de los grandes consorcios hagan pingües ganancias con la sobreexplotación de la mano de obra, eso se demuestra con el crecimiento de las fortunas de empresarios como Carlos Slim o el presumido de Ricardo Salinas Pliego, quien hace unos días se propuso para comprar Citi Banamex, o sea que hicieron mucho dinero con el primero los pobres de AMLO.
En contraparte, a los millones de mexicanos empobrecidos no sólo por el abandono gubernamental, sino por la explotación en el campo y las fábricas se les ha conformado con el dinero de los programas del bienestar por lo que están contentos con la política que aplica el mandatario.
Los mexicanos beneficiados no han sido capaces de entender que las fortunas de estos magnates provienen precisamente del trabajo excedente no pagado al obrero, por lo que sus riquezas incrementan en la medida de que tengan mayor número de trabajadores y que estos sean mayormente explotados.
Aun así sus defensores siguen sosteniendo que es poco tiempo para enderezar el país a como lo recibió, pero lo cierto es que estamos rebasando la mitad de su sexenio y no se ha establecido al menos un proyecto exitoso, mientras que los principales indicadores del crecimiento son en todo momento contrarios a la transformación.
Por ejemplo, de acuerdo con Tatiana Clouthier, Secretaría de Economía, el Producto Interno Bruto (PIB) de México crecerá entre un 2.5 y 2.6 por ciento en 2022. Estas cifras contradicen los dichos de López Obrador quien sostuvo el 2 de febrero que la economía mexicana crecerá cinco por ciento este 2022, en 2023 y 2024, es decir, por el resto de su gobierno.
Y lo que sucede a nivel nacional desde luego que impacta a todas las entidades del país y sus más de 2 mil municipios, porque si desde la federación se han recortado recursos y programas, en las alcaldías se sufre la parálisis porque no hay dinero para obras ni apoyos, dado que todo se va a los programas electoreros.
Alguno de mis lectores negaba que la entrega monetaria sean acciones de proselitismo argumentando que esto ya es un derecho constitucional, pero eso lo único que hace es confirmar que se han convertido en el elemento decisivo de la 4t para mantenerse en el poder, pero curiosamente, los gobernantes peor evaluados del país son precisamente de Morena, esto indica que los mandatarios estatales tienen poco que ofrecer, ellos son espectadores de las acciones que desarrolla la Secretaría del Bienestar que está sujeta a lo que el presidente decida.
Por tal motivo, los mexicanos debemos impulsar una nación de progreso y potencial de desarrollo que dependen de la preparación académica, de la unión de las mayorías afectadas y marginadas, porque a la gente se le convoca para acudir a votar pero se le limita para participar en las decisiones de trascendencia, en ese sentido es que desde la SEP se busca modificar los planes de estudio a modo, con el objetivo de ideologizar a las nuevas generaciones en favor de su la 4t dejando de lado los contenidos actuales porque tienen “palabras neoliberales”, para sustituirlos por propaganda electoral afín.
La intentona de Delfina Gómez ha sido denunciada por destacados académicos evidenciando que tratan de llenar las asambleas con gente de Morena que votará en favor de contenidos que sustenten la propaganda política, por eso estudiantes, maestros y todos los mexicanos debemos exigir que los textos escolares sean científicos, transparentes, además que los planes de estudio no se sometan a aprobación de masas de ciudadanos, sino que se analicen con especialistas en ciencias de la educación para evitar el adoctrinamiento a través de la SEP.