Marco Antonio Flores Zavala

Noviembre 28 de 1914. Es sábado. El gobernador Trinidad Cervantes Román dispuso, dos días atrás, el establecimiento de asambleas municipales. La orden insinúa un retorno al orden legal.

No es en detrimento de lo revolucionario, sino un complemento que dé transición a la Revolución. Siendo convencionista, es procurar cubrir los vacíos generados por la ocupación violenta de las instituciones.

La acción del teulteca es de reconocer: procura la legitimidad al porvenir.

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El decreto del general Cervantes indica que los jefes políticos y los presidentes municipales provisionales enviarían ternas de individuos “con los requisitos necesarios para desempeñar el cargo de regidores.”

El gobernador sería el elector de los regidores. El trabajo de los nuevos representantes sería de acuerdo a las ordenanzas de cada corporación.

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La orden es un indicativo: con uso de las ordenanzas del régimen rechazado, se implementará con hombres elegidos, aunque el consenso proviene del ayuntamiento revolucionario.

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Además de la junta municipal, serían establecidas juntas de sanidad en las comunidades integrantes del estado. Una ley de mayo de 1912 regiría sus labores.

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La autoritaria disposición era posible porque en Zacatecas el gobierno lo ejercían los hombres de la División del Centro. Entonces, luego de la fatídica batalla de junio de 1914, no existía fuerza guerrera y política que prorrateara la autoridad del gobierno revolucionario.

Adviértase: el gobierno de Zacatecas reconoce, como autoridad nacional, al gobierno emanado de la Convención revolucionaria de Aguascalientes. Ello implica tener como banderas los planes maderista de San Luis y el zapatista de Ayala.

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El sábado 28 de noviembre de 1914, Eulalio Gutiérrez, el presidente convencionista, está en San Luis Potosí. Espera condiciones militares óptimas para ir a la Ciudad de México.

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No ignorar, Eulalio Gutiérrez inició la rebelión contra Victoriano Huerta. Lo hizo en febrero de 1913 en Concepción del Oro, siendo un maderista presidente municipal y líder de la región que hoy día llamo El Viejo Mar del Norte (esta designación es otro tema, ya lo relataré).

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Con Gutiérrez están los zacatecanos generales revolucionarios J. Isabel Robles y Pánfilo Natera. El primero funge como secretario de Guerra; el segundo es parte del Tribunal de Justicia Militar.

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Por cierto, ese sábado 28, Francisco Goitia arribó a la añeja capital del país. Llegó junto con los seis mil hombres que dirige el mítico Felipe Ángeles.

Los próximos días entrarán a esa ciudad los jefes revolucionarios Francisco Villa y Emiliano Zapata.

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Desde el miércoles 23 de noviembre, Venustiano Carranza está en el puerto de Veracruz. Lo proyecta como sede de su gobierno.

El zacatecano Roque Estrada está junto a Carranza. Es el secretario particular del Primer Jefe del Ejército Constitucionalista.

Imagen: El edificio actual de la Rectoría de la UAZ fue la antigua sede de la jefatura política, institución que se unía al ayuntamiento de la jefatura.