Al Lic. Genaro Borrego Estrada, por su compromiso, pasión y entrega por Zacatecas.
Por Manuel Ibarra Santos
El moderno Ejército Mexicano celebró el 104 aniversario de su fundación en un escenario de amplio y profundo debate sobre su rol en apoyo a las autoridades civiles en tareas de seguridad pública. En ese contexto, aparece el General Guillermo Almazán Bertotto, actual comandante de la XI Primera Zona Militar, como uno de los principales protagonistas nacionales que defiende la idea de regular jurídicamente las emergentes funciones del instituto armado en ese ámbito. La pregunta que se coloca en el centro de la discusión es obvia: ¿Pertinente es aumentar y/o reducir las tendencias a la militarización que en los últimos años ha experimentado el país?
Lo que indudable resulta es que el Ejército es la institución pública mexicana con mayor credibilidad, apoyo y confianza ciudadana, pilar de la estabilidad y gobernabilidad de la República.
Nadie puede con sensatez regatear el papel y el rol histórico del Ejército en la construcción del perfil actual de Nación y de Patria, en la que hoy coexistimos.
Es evidente que la evolución de la vida de México no puede entenderse al margen de la acción, presencia, influencia y conocimiento del Ejército.
Con más de 200 mil efectivos, el instituto armado llega a esta etapa de su historia, en un escenario de intenso debate que ha puesto en contexto la discusión relativa a la aprobación inminente por parte del Congreso de la Unión, de la Ley de Seguridad Interior.
EL EJERCITO Y LA LEY DE SEGURIDAD INTERIOR.
La denominada Ley de Seguridad Interior tiene como finalidad configurar un marco jurídico que regule la actuación de los militares en tareas de seguridad pública, en un momento en que la sociedad nacional experimenta los más brutales embates del crimen organizado.
Le mencionada iniciativa de Ley detalla el proceso a seguir, mediante el cual las Fuerzas Armadas podrían unirse de manera más determinante a las tareas civiles de seguridad pública, como recibir denuncias, hacer detenciones, realizar cateos, aseguramientos, efectuar interrogatorios y entrevistas a testigos, entre otras acciones.
Los Legisladores federales tienen en sus manos la elevada responsabilidad de perfilar con precisión el contenido de la Ley de Seguridad Interior.
Por cierto, en Zacatecas con el General Guillermo Almazán Bertotto, Comandante de la Décimo Primera Zona Militar, ex/director del Colegio de la Defensa Nacional, prestigiado académico mexicano en el área de la planeación estratégica, se cuenta con uno de los más fuertes defensores en el país de la idea de regular jurídicamente la acción del Ejército en tareas de seguridad pública, a fin de que no se criminalice y judicialice su acción en la materia.
Hoy en día, prevalece el consenso generalizado en el sentido de que es el Ejército la institución del Estado mexicano con mayor fuerza, credibilidad y confianza del pueblo para defender la soberanía de la República.
Pero también persiste la idea bien argumentada, fundada en principios éticos, jurìdicos y democráticos, de que a nadie conviene la tendencia a la creciente militarización de la vida de México, en donde finalmente termine por imponerse por la inercia de la costumbre, la doctrina de seguridad nacional, lo cual sería lamentable.
ZACATECAS EN LA HISTORIA DEL EJÉRCITO:
Zacatecas tiene una destacada presencia en la trayectoria del Ejército y en un siglo de historia ha aportado al menos tres secretarios de la defensa nacional: Enrique Estrada Reinoso, en 1920; Joaquín Amaro, en 1925; y Matías Ramos Santos, en 1952.
Habrá que reconocer el trascendente papel del Ejército, por su disciplina, lealtad y servicio, en las mejores causas de la Nación.