REPORTAJE CON EL QUE NUESTRA COMPAÑERA IRMA MEJÍA OBTUVO UN PREMIO NACIONAL DE PERIODISMO EN EL GÉNERO DE REPORTAJE (TOMADO DE EL UNIVERSAL)
Su imagen aparece en cada peso y en cada bandera. Pero su vuelo majestuoso podría desaparecer en todo México. La especie águila real cada día es más escasa en todo el territorio nacional. La alerta crece ante la amenaza en la que sobrevive, pero justamente su pueblo la ha atacado y olvidado hasta ponerla en peligro de extinción y sin grandes acciones para salvaguardarla.
Esta ave rapaz es una de las especies más estudiadas a nivel mundial, pero en el país su historial natural es escasa y poco conocida, ya que no existen datos contundentes sobre el tamaño de su población, sólo se tiene el registro de 70 parejas identificadas en el territorio mexicano con alrededor de 117 nidos.
Actualmente el águila real está catalogada en la Norma Oficial Mexicana 059 como una especie “amenazada”, pero, a decir de los especialistas, debería considerarse en peligro de extinción.
De acuerdo con la información de la Comisión Nacional de Áreas Naturales Protegidas (Conanp), esta especie antes se localizaba en 50% del territorio mexicano y actualmente la distribución está restringida en áreas de Baja California, Sonora, Chihuahua, Coahuila, Tamaulipas, Sinaloa, Durango, Jalisco, Aguascalientes, San Luis Potosí, Querétaro, Guanajuato y Zacatecas.
Del total de parejas identificadas, 32 (45%) tienen su hábitat en Zacatecas, empero Aguascalientes es el único estado que ha difundido más su trabajo para la conservación de la especie, ya que en 2006 logró certificar por 50 años un Área de Protección del Águila Real con una superficie de 2 mil 589 hectáreas en la serranía Juan Grande, en el municipio de El Llano.
Contraste
En Zacatecas las autoridades federales y estatales se contraponen. Gustavo Cervantes, director de Ecosistemas del Instituto Estatal de Ecología y Medio Ambiente de Zacatecas (IEMAZ), asegura que hay “grandes avances y logros” en la entidad, sin precisar el incremento ni los lugares donde habita el ave “por seguridad de la especie y para evitar la cacería ilegal”.
El funcionario de Ecosistemas reconoce que sí hay apoyo federal para proyectos propuestos por el gobierno estatal, pero señala que hacen falta mayores recursos de la Federación; incluso, admite que realizan el monitoreo, investigación y todas las actividades con equipo modesto.
En contraste, Daniel Hernández, enlace en Zacatecas del Área Natural Protegida de Sierra Fría de la Comisión Nacional de Áreas Naturales Protegidas, reconoce que hasta ahora “no se ha logrado una vinculación real con el estado” en proyectos detonantes, al considerar que “se ha tratado de monopolizar la conservación” que se traduce en un trabajo de manera aislada y la pérdida de programas.
Recalca que no todo es negativo, “porque hay esperanza” al aplicar la sinergia de ideas entre autoridades de los distintos órdenes de gobierno y la población para un verdadero rescate, sin esperar a que la especie se coloque en “un punto sin retorno”.
En medio de la apatía
La apatía va más allá de lo local, pues el especialista en vida silvestre, Luis Felipe Lozano Román, originario del estado de Aguascalientes, menciona que a nivel nacional los estados que cuentan con presencia de esta águila actúan de manera aislada y no dan seguimiento a la mayoría de las acciones planteadas en el Programa de Acción para la Conservación de la Especie del Águila Real (PACE).
En parte, agregó el experto, puede ser por la reforma a la Ley General de Vida Silvestre (vigente desde el año 2000) ocurrida hace dos años, en la que dejó de tener personalidad jurídica el Subcomité Técnico Consultivo para la Protección, Conservación y Recuperación del Águila Real, dependiente de la Secretaría del Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat).
Ese subcomité presidido por Zacatecas estaba conformado por autoridades federales, estatales y municipales de los estados involucrados, así como por académicos, investigadores, representantes de productores y organizaciones civiles.
Desde entonces, pocas veces se han realizado encuentros para delinear la figura que supla al subcomité y tampoco se han establecido nuevas estrategias ni estudios para dar seguimiento a la conservación de la especie.
Ajenos a esta situación, donde hay nidos en zonas rurales como los municipios zacatecanos de Monte Escobedo y Genaro Codina, los habitantes dicen con asombro que desde hace muchos años que no ven el vuelo del águila, incluso desconocen que ésta viva en esos lugares y mucho menos saben las acciones para protegerla.
Rescatan a polluelo robado
Hace cuatro años, en Zacatecas se rescató a un polluelo robado de un nido en Monte Escobedo y se envió al Centro de Rehabilitación de Aves Rapaces (CEAR) de Aguascalientes con el objetivo de liberarla a su hábitat natural, pero debido al prolongado contacto con el ser humano se dejó en cautiverio temporalmente en el municipio de Fresnillo.
Antonio Ramírez Chequer, director del zoológico de Zacatecas, dijo que próximamente se contempla el regreso del ave con una pareja para su reproducción, porque ahora sí el parque La Encantada cuenta con un aviario de grandes dimensiones.
Aguascalientes se ha caracterizado por el cuidado y acciones del ave rapaz como en la serranía de Palo Alto, en el municipio de El Llano, donde los ejidatarios donaron una superficie para la conservación del águila real con el compromiso de mantener en buen estado de conservación sus recursos naturales.
Con esto se contribuye a que las poblaciones se recuperen y se extiendan a otras áreas del territorio, pues reconocen que al no contar con una zona de protección y conservación ningún esfuerzo fructificará.
La concientización de los habitantes se logró a través de programas de educación ambiental y con proyectos productivos en esa región, además de gestionarse recursos para el equipamiento de cámaras de sensor remoto para el estudio de los nidos.
Amenazas y retos
Desde 1916, dentro del emblema nacional es un águila real que representa al pueblo y tiene una pose combativa al devorar una serpiente que simboliza a los enemigos de México, parada sobre un nopal que significa los retos del país, mientras que las ramas de laurel y encino son la victoria y el martirio de los héroes patrios.
Algunos de estos símbolos están amenazados, principalmente el águila real, así como algunas cactáceas, por cuestiones multifactoriales como la cacería ilegal, deterioro de los ecosistemas y su hábitat, aumento de actividades forestales, agrícolas y pecuarias.
Felipe Lozano, Daniel Hernández y Gustavo Cervantes coinciden que la peor amenaza es la perturbación humana que afecta gravemente a las zonas de anidación del águila y la barbarie se comete con las actividades ilegales como el saqueo y la comercialización clandestina.
La urbanidad es peligro, pues aparte que aleja a las parejas del lugar, ya que se desplazan hasta 150 kilómetros para su alimento, las águilas mueren electrocutadas al pasar o posarse en los cables de electricidad.
Felipe Lozano considera que urge aplicar las acciones básicas del cuidado de este animal establecidas en el Programa de Acción para la Conservación de la Especie del Águila Real y refiere la viabilidad de un registro nacional de nidos, así como la vigilancia de las regiones con mayor número de aves durante la temporada de reproducción.
El monitoreo debe ser de forma permanente sobre todo en tres épocas: en enero, cuando las parejas escogen el lugar de anidación; en marzo, al nacer los polluelos, y en junio, para ver el desarrollo de las crías.
Se estima que la reproducción es de una cría al año, pero no todos alcanzan la edad reproductiva que se origina cerca de los cuatro años de edad. La exigencia deber consistir en cuidar el ecosistema para asegurar que las águilas tengan abundante alimento como ardillas, conejos y ratas, agregó.
Dentro de las acciones positivas en el país hay un convenio con la etnia huichol, ya que cada año se les entregan plumas de águila real —obtenidas de rapaces en cautiverio de las Unidades de Conservación, Manejo y Aprovechamiento Sustentable de la Vida Silvestre (UMAS)—, para que las utilicen en sus curaciones y ceremonias, bajo la condición de no realizar la caza furtiva.
Este año, la Comisión Nacional de Áreas Naturales Protegidas lanzó una convocatoria del Programa de Acción para la Conservación de la Especie Águila Real (Procer) para destinar un apoyo con un monto máximo de un millón 200 mil pesos a proyectos de las instituciones de educación, de investigación y organizaciones civiles que presenten acciones de difusión, investigación, protección y conservación de la especie.