Por Gabriela García
“Veo un México con hambre y con sed de justicia”, esta es una frase que forma parte del discurso que quedó grabado en la memoria de los mexicanos, palabras pronunciadas el 6 de marzo de 1994, por Luis Donaldo Colosio Murrieta, cuando se celebraba el aniversario del Partido Revolucionario Institucional (PRI) en el Monumento a la Revolución.
Hoy 23 de marzo se cumplieron 28 años del asesinato del político mexicano que fuera el candidato del PRI a la Presidencia de México en el año 1994, el crimen que sacudió a la nación sucedió en Lomas Taurinas en la ciudad de Tijuana Baja California, hecho que sigue en la memoria de millones de mexicanos y del que aún no se sabe la verdad.
All hablar de su legado se debe evaluar qué tanto ha cambiado el México que describió desde aquella fecha y a cerca de cuatro años de las políticas implementadas por el gobierno de Movimiento de Regeneración Nacional (Morena), toda vez, que a pesar de la entrega de dinero a través de los programas que opera la Secretaría del Bienestar, no se termina con la pobreza; es un hecho que han empeorado los problemas como el incremento de los precios de alimentos, de los combustibles y sin duda el de la delincuencia, fenómeno que hoy se ha cebado sobre la población indefensa.
El “México de gente agraviada por las distorsiones que imponen a la ley quienes deberían de servirla; De mujeres y hombres afligidos por abuso de las autoridades o por la arrogancia de las oficinas gubernamentales», que vio Colosio hoy sigue presente, pero no solo eso, con los de antes, el gobierno tenía quien le hiciera el trabajo sucio, ahora lo hace el presidente.
Y así es, con Morena es el propio AMLO quien a diario encabeza el enfrentamiento con un amplio sector de mexicanos a los que juzga y dicta sentencia exponiéndolos al escarnio público, para que la gente azuzada los desprecie por corruptos, acción donde López Obrador se otorga el papel de centinela de la moral privada y pública.
Lamentablemente su proyecto quedó pendiente, por su prematura partida no pudimos saber qué cambios pudieron lograrse con sus planteamientos, hoy se habla mucho del legado político del sonorense quien introdujo y resaltó el concepto de “desarrollo social”, por lo que esto fue un parteaguas en la visión de las políticas de estado de la época moderna de México.
Por eso es oportuno rescatar su visión, porque más allá de la entrega de dinero por parte de la federación a través de los programas sociales y que a cerca de cuatro años de ejercicio el pueblo “con hambre y sed de justicia” sigue esperando un cambio profundo que modifique las condiciones de desigualdad social del país que no se modifica con Morena.
Los Antorchistas coincidimos en este planteamiento y además no nos conformamos con saberlo, sino que cada día llamamos al pueblo a organizarse y a luchar porque disminuya al menos la brecha de la desigualdad. Con nuestra acción contribuimos a preservar las libertades e impulsar la vocación social de las instituciones, somos conscientes que para eso se requiere conocer la realidad y dedicarse de forma permanente a encabezar la solución de las necesidades de los que menos tienen, pero para lograr un cambio real este debe ser impulsado por el pueblo trabajador liderado por hombres inteligentes que no lo abandonen.
Morena es como el monstruo del Dr. Frankenstein, fue hecho con retazos políticos de todos los partidos, sumó a personajes de dudoso desempeño que conocen todas las mañas, por eso en el gabinete imperan el influyentismo, abuso de poder, soberbia y corrupción que ya denunciaba Colosio. El día de hoy honremos su memoria.
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