- El narcotráfico, un desafío para el avance de la democracia mexicana.
- A revisar y actualizar la estrategia de combate al crimen organizado por parte del Estado.
- El trabajo de inteligencia y seguridad, hechas añicos por las infiltraciones.
En el contexto conmemorativo del CLIII aniversario del triunfo heroico de la Batalla de Puebla, al mando del general Ignacio Zaragoza, que hizo que las fuerzas armadas mexicanas se vistieran de gloria, al vencer al ejército francés, uno de los más poderosos entonces del planeta, se cierne en estas fecha (ahora) una nueva amenaza sobre la seguridad del país y que nubla el horizonte y el porvenir de México: el narco/terrorismo.
Las acciones violentas del Cártel Jalisco Nueva Generación, suscitadas en días pasados, con un saldo de muerte y terror, que condujo a circunstancia de sitio, en dramático “Código Rojo” a Jalisco, a la Perla de Occidente y al menos cuatro entidades más de la república( Michoacán, Guanajuato, Colima y Nayarit) todas circundantes con Zacatecas, nos hablan del descomunal poder operativo de los grupos del crimen organizado, que ha superado ya por mucho, como quedó demostrado, la capacidad de respuesta del Estado. Eso más que un desafío, es a la vez un mensaje claro sobre quien controla con beligerancia la soberanía perdida en el tránsito por los territorios estatales.
El Cártel Jalisco Nueva Generación, con esa iniciativa, también es cierto, se ha lanzado al abismo del suicidio, con muy reducida inteligencia estratégica, por que las fuerzas de seguridad nacional, entre ellas, el Ejército, le convertirán en blanco del aplastamiento.
Por lo pronto quedó evidenciado que el Estado Mexicano perdió, de manera inverosímil, el monopolio de la violencia legítima y de represión y ya tiene enfrente, desde hace años, un implacable competidor, como lo es narcotráfico y su estructura que se extiende como una frondosa enredadera a la sociedad toda, que está carcomiendo y destruyendo las bases de la organización democrática en el México de hoy.
Y lo menos que se antoja en un escenario de esta naturaleza cuando se ha perdido la capacidad pública para proteger la integridad de los ciudadanos y sus bienes patrimoniales, es que asistimos a una grave y profunda crisis del Estado, de sus instituciones, de los distintos niveles de gobierno y revela, además, una gran incompetencia de las elites gobernantes para servir a la sociedad. Esta es una tesis recurrente de Hannah Arendt, en su obra Los Orígenes del Totalitarismo (1951.Ed. Taurus).
Los especialistas sostienen que la corrupción, la impunidad, la complicidad de autoridades, la falta de respeto a la ley y la combinación de estos factores con los elevados niveles de pobreza y desigualdad social es lo que, en una especie de bomba molotov, ha empoderado, como nunca, a los cárteles de la droga.
LA FUERZA DEL NARCO Y LOS SEÑORES DE LA DROGA:
El poder económico, logístico y de movilización de los grupos del crimen organizado en México es, en verdad, inaudito.
El investigador en asuntos en seguridad, consultor internacional reconocido por la propia Organización de las Naciones Unidas, Edgardo Buscaglia afirma que el 78% de los sectores económicos del país han sido infiltrados por los cárteles del narcotráfico, principalmente el minero, agropecuario, farmacéutico, comercial, químico y el área de fideicomisos.
Los expertos sostienen que en México los cárteles han establecido un circulo patrimonial y económico, a partir del control y manejo de 23 ilícitos – entre los que destacan el narcotráfico, el secuestro, la extorsión, la prostitución, la piratería, la trata de humanos, entre otros-, los cuales dejan ingresos que se asocian con el 40 por ciento del Producto Interno Bruto (PIB) Nacional.
Otro dato que habla de la influencia y el poder de los grupos del crimen organizado en México, es su ascenso vertiginoso en el ranking internacional, hasta ubicarse en los primeros lugares de reconocimiento mundial, por su capacidad económica y su fuerza de operación sanguinaria. Entre ellos destaca el cártel Jalisco Nueva Generación, cuyas extensiones se hacen presentes en toda la región.
EL MENSAJE Y LA LECTURA PREOCUPANTE DE LOS GRUPOS DEL CRIMEN.
Por lo pronto, los hechos violentos recientes registrados en Jalisco, nos dejan una lectura ominosa, que debe preocupar a todos.
Primero, los cárteles han evolucionado profesional y estratégicamente, al extremo no sólo para infiltrar, si no más aun para sustituir la ausencia del Estado.
Segundo, el caso violento de Jalisco nos deja también como mensaje lapidario que el Estado, por diversas razones, ha sido rebasado y se requiere con urgencia re/direccionar su estrategia para enfrentar a la delincuencia organizada.
Tercero. Los dispositivos de la inteligencia militar y de seguridad nacional quedaron hechos añicos y mostraron una gran cantidad de horadaciones que tiene producto de las infiltraciones de aquellos que sirven desde adentro de las estructuras del poder a los cárteles del narcotráfico.
La realidad también movió el telón de fondo revelando que existen un buen número de entidades de la república secuestradas por el crimen, sin que los gobiernos puedan hacer nada, porque están maniatados y pasmados, lo que propicia que la violencia aumente.
EL FOCO ROJO Y LA LLAMADA DE ATENCIÓN.
Esta experiencia traumática de violencia terrorista vivida en Jalisco, con impacto para toda la Nación, demanda la reconstitución de las estructuras del Estado y de sus instituciones (con una nueva actitud de las élites gobernantes), para enfrentar las estructuras del narcotráfico, que hoy mantienen en jaque y en peligrosa circunstancia de descomposición los tejidos de la sociedad.