- En juego los proyectos políticos del 2015 y 2016 en Zacatecas.
- Con Pepe Olvera y Judit Guerrero triunfa la militancia
- El PRI y su función como transmisor de la gobernabilidad.
MANUEL IBARRA SANTOS.
En 1929 el Partido Revolucionario Institucional, de la mano de Plutarco Elías Calles, nació como un instrumento de control político del poder público, en especial del Presidente de la República y su misión ha sido, por años, la de servir de correa de transmisión de la gobernabilidad. Esa función tendrá que cumplirla también en Zacatecas en los próximos dos años para mantener los equilibrios y evitar las confrontaciones y desajustes.
En el horizonte de la renovación de la dirigencia estatal y en la etapa de registro de candidatos –donde ha prevalecido, por cierto, el factor y la planilla de la unidad-, los siguientes días serán fundamentales y cruciales para el PRI en el Estado de Zacatecas.
Y es que en realidad no solamente está en juego la presidencia del Comité Directivo Estatal del PRI, sino también las líneas hegemónicas del control de escenarios de los comicios federales del 2015 y la lucha sucesoria del 2016. Por supuesto, también se pone en la mesa de la disputa, la legitimidad y legitimación del grupo en el poder gubernamental.
Del perfil de quien llegue a la dirigencia del PRI en el Estado, de su solidez moral, de su capacidad política, de su formación académica, del tipo de pertenencia a los grupos, se sabrá en realidad cuál es la perspectiva de este instituto, si es que en realidad se busca un auténtico líder o bien un oficial de parte que sólo cumpla las consignas de los grupos y expresiones. Con Pepe Olvera y Judit Guerrero, esto último no sucederá.
Lo que es incuestionable es que el gobernador Miguel Alonso Reyes requiere de un Partido fuerte, sólido, disciplinado, bien estructurado, que le acompañe, con las menores complicaciones, en los siguientes cruciales dos años de su administración.
LA TRANSFORMACIÓN DEL PRI EN LAS ÚLTIMAS DÉCADAS.
Sin duda el PRI surgió como un instrumento de control político, pero su funcionalidad se complicó con la transición de los gobernantes políticos a los tecnócratas y justo en la coyuntura de la conquista de los espacios políticos por la ciudadanía.
Con Miguel de la Madrid se modificaron los mecanismos tradicionales de la circulación de las élites priístas con la irrupción de los tecnócratas; Carlos Salinas completó el ciclo con un PRI subordinado al neoliberalismo y la eliminación del discurso público del referente de la Revolución de 1910; y Ernesto Zedillo se deslindó de su partido con el argumento de la “sana distancia”.
Luego, durante los doce años de la ineficiencia panista en la reformulación del sistema política para conducir a un efectivo esquema democrático y la falta de resultados en lo social, condujeron el regreso del PRI al poder en el 2012.
Pero se tiene que admitir que durante los ciclos neoliberal y panista, de 1982 al 2012, un periodo de casi 30 años, los priístas fueron rompiendo gradualmente su dependencia de los mecanismos tradicionales de control político y apareció la balcanización al interior del PRI como una reacción de sobrevivencia.
A ello se agregó una de las enfermedades políticas de los políticos en la fase de pérdida de identidad partidista, como lo es el transfuguismo, que hace de los partidos sólo instrumento para alcanzar candidaturas o cargos de elección popular y la piratería de personajes de un partido a otro, para desfondar el factor ético de la militancia.
El transfuguismo inmoral es otro factor contra el cual hoy se debate también al interior del PRI en Zacatecas, por la discusión pública que se da entre los militantes puristas y los híbridos que en muy pocos años han pasado por las filas de innumerables partidos.
LA RENOVACIÓN DEL PRI ZACATECAS.
La renovación de la dirigencia del PRI en Zacatecas no es un tema menor y, dependiendo de cómo se procese, tiene que ver con factores de gobernabilidad y gobernanza en el Estado. Es evidente que con José Marco Antonio Olvera, de consolidarse su triunfo, estaría ganando la militancia y la legalidad.