EL SUEÑO QUE TIENE COLOR VERDE. Colaboración de Alan González

Migración hacia los Estados Unidos de Norteamérica
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Migración hacia los Estados Unidos de Norteamérica
Migración hacia los Estados Unidos de Norteamérica

Elder Andones joven de 25 años es migrante Hondureño, originario de San Pedro Osula, viene viajando ya 30 días desde su país natal, el sueño es llegar a los Estados Unidos de Norteamérica, el sueño americano como cientos y cientos de centroamericanos y mexicanos.

El viaje a sido cansado, defendiéndose de las bandas que hay en las diferentes ciudades, grupo de cholos queriéndoles quitar lo poco que traen, y también de las autoridades de migración que solo los asustan para así mismo robarles literalmente sus escasas pertenencias.

La opción de una nueva vida, la opción de un mejor vivir para su familia, para sus padres, su esposa y una hija de 6 años que necesitan dinero para sobrevivir en esta crisis que le ha pegado no solo a usted, si no a los que menos tiene.

Los treinta días que llevan de camino para llegar a la frontera y a una ciudad en particular donde hay parientes que asegura que le ayudara, su destino Phoenix, Arizona, el mismo estado donde se ha levantado una gran cacería de migrantes no solo Mexicanos, sino de toda América.

Con los ojos cansados, fatiga corporal que se le nota en su rostro, el hambre que es la que arrecia no lo ha detenido, ni lo piensa detener, porque tiene la ilusión de trabajar para ganarse unos dólares y enviarlos a sus familiares.

El esfuerzo, el cansancio, los sustos lo valen, porque es la única forma de conseguir dinero para enviarlo a Honduras… comer? Pueden pasar días, para llevarse algo de comida y si la buena voluntad de la gente como lo hacen aquí en Zacatecas, o cortar algunos nopales que los conocen en pleno cerro para amenguar el hambre.

Todo esto solo por el sueño americano porque lo vale, vale las condiciones de viaje, las condiciones de exponer su propia vida, solo por el hecho de ganarse unos dólares, no importa el cómo dormir, los peligros de caer de los vagones del tren de exponer la propia vida, porque es el sueño americano, el sueño que comparten sus dos compañeros de viaje.

El aseo personal… eso se realizara si se encuentra en su camino un rio, una presa, y si no, bueno a la siguiente estación o pueblo habrá de hacerlo, pero todo lo vale por llegar a los Estados Unidos.

La paciencia también es una de las virtudes que tiene contar estos hombres, ya que pueden durar dos a tres días en espera de la salida del próximo tren para continuar su camino, porque la esperanza es más fuerte que todas las dificultades que se les pueden presentar.

Quien puede vivir 30 días en estas condiciones? Quien puede soportar hambre, cambios de clima, peligros que les pueden costar la vida misma, porque hay un futuro, hay un sueño, hay un sueño que seguir, porque la familia y su necesidad valen la pena.

Este es solo un testimonio de un ser humano, de un hombre que por las diversas circunstancias de la vida tiene que arriesgar su vida por un sueño, por el color verde de los dólares, el contar con un mejor nivel de vida, no solo para él, si no para su familia, para sus descendencia.

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