Para el escritor italiano Alessandro Baricco el tiempo es algo extraño con el que jugamos toda la vida, sin embargo, nunca estamos en el punto exacto con él. Y tal parece que de esta acepción expresada ante más de mil jóvenes en la Feria Internacional del Libro de Guadalajara en el año 2013, se desprende su novela breve Tres veces al amanecer (Anagrama 2014).
En varias de las páginas de la novela Mr. Gwyn del mismo Baricco, anterior a la que nos ocupa en esta ocasión, se alude la existencia de cierta obra titulada así Tres veces al amanecer, atribuida a un autor anglo indio de nombre Akash Narayan. Y partiendo de esa ficción Baricco se decidió a escribir la obra que bien puede considerarse como una historia independiente que se desprende de la novela mencionada y no como una secuela.
Tres veces al amanecer está compuesta por tres historias distintas aunque con los mismos personajes en tiempos diferentes. Dos desconocidos, un hombre y una mujer, se encuentran en el vestíbulo de un hotel casi al amanecer se trata de ellos mismos, cada encuentro se presenta en lapsos diferentes de sus vidas.
En el primero son dos adultos; en el segundo él es un anciano portero del hotel por las noches y ella una adolescente de 16 años; en el tercero ella es una policía ya madura y él un niño que ha quedado en la orfandad.
Cada relato, que se construye en su mayoría de conversaciones, encierra un trasfondo inquietante. En ellos, los personajes atraviesan por emociones fuertes, situaciones de riesgo que el autor insinúa y que nos permiten entrever el universo de Baricco, sus preocupaciones: el tiempo, el cambio en las personas, el destino humano. Pero también nos permiten al lector recrear las historias en nuestra mente, seguir ficcionando y extraer nuestra propia conclusión de cada trama .
Las historias que conforman Tres veces al amanecer pueden ser producto de un sueño. Una novela onírica, pero que, recordando otras historias del mismo autor, se identifican algunos constantes diálogos. Personajes misteriosos que en la pluma de Baricco se vuelven entrañables y que gracias a su prosa se descubre la belleza en cada una de las crisis de la condición humana.
Si bien, Tres veces al amanecer no tiene la brillantez de Océano mar, la excelsitud de Novecento, la belleza de Seda o la ternura de Mr. Gwyn, el ejercicio de Baricco de escribir una novela que él mismo ficcionó en una de sus historias es interesante, que para los fans del italiano, como yo, es indispensable conocer, además de que sus 90 páginas bien se leen de una sentada y cada historia nos obliga a dialogar con su autor, pero también con los personajes mismos.
Tres veces al amanecer se deja leer muy bien.