MANUEL IBARRA SANTOS

 

• La lectura base para comprender la realidad y para transformarla.
• Cuestionables los indicadores de compresión lectora entre los zacatecanos.
• La lectura tendrá que ocupar lugar especial en las políticas de promoción cultural.

 

             El libro y la lectura mantienen hoy en día una posición de privilegio como fundamento de la cultura, la convivencia, el progreso y el desarrollo. Son en términos de Octavio Paz y Gabriel García Márquez, piedra angular de la prosperidad, factores sin los cuales no hay civilización democrática moderna que valga.

            Requerimos en la actualidad, efectivamente, una Patria con Lectores. Y es que sin libros ni lectura, no puede trazarse destino ni porvenir en una sociedad. La democracia, igual, sin esos elementos civilizatorios está en riesgo de quedarse atrapada en los espacios de los anacronismos políticos.

            El compromiso del Estado Mexicano, de los gobiernos en sus niveles diversos y de las agencias culturales oficiales, se encuentra en actualizar sus políticas de estímulo y promoción de los hábitos de lectura y más cuando en Zacatecas las capacidades de comprensión lectora en la sociedad y particularmente entre niños y jóvenes se encuentra por debajo de la media nacional,  de acuerdo a datos del Programa Nacional de Lectura de la Secretaría de Educación Pública [SEP]

            Sólo, muy apenas, Zacatecas se encuentra por encima de Estados con grandes rezagos educativos como Guerrero, Oaxaca, Chiapas y Michoacán, cuando la lectura es una poderosa arma para comprender al mundo que nos rodea, así como para modificarlo.

            Nuestro país está en la lona y virtualmente reprobado en éste ámbito, lo que nos habla por lo tanto del fracaso estrepitoso del sistema público de educación. México, según el reporte más reciente del Centro Regional para el Fomento del Libro en América Latina y el Caribe de la UNESCO, es uno de los países del continente con el registro de los  índices más bajos de lectura entre su  población.

            La UNESCO afirma que México es una de las naciones de América Latina con el mayor porcentaje entre su población no lectora de libros, del 80 por ciento, mientras que en el otro extremo se localiza Chile sólo con el 20%.

            De hecho, Argentina y Chile se ubican como los países latinoamericanos con el más elevado consumo per cápita de libros al año con 5.4  y 4.6 textos, respectivamente, cuando en México es de sólo 2.5 libros por persona, en promedio.

 

            LOS CAMPEONES INTERNACIONALES DE LECTURA DE LIBROS:

 

            Conforme a las agencias internacionales de cultura, los campeones mundiales de lectura de libros son los islandeses, finlandeses y japoneses con un consumo per cápita de más de 40 textos por año. El promedio de muchos países europeos es de 18 libros por persona, cifra que marca, de todas formas, una brecha enorme con la tradición  lectora de los mexicanos.

            Los datos son extraordinarios y abrumadores: el 90 por ciento de los japoneses tienen hábitos sólidos de lectura, el 68% de los alemanes, el 64% de los británicos, el 60% de los franceses, el 55% de los daneses, contra sólo el 20 por ciento de los mexicanos.

                       

         LOS HABITOS DE LECTURA DE LOS UNIVERSITARIOS:

 

            Existen otros datos de la última Encuesta Nacional de Lectura, que nos cuestionan fuertemente: el 28 por ciento de los universitarios mexicanos no leen fuera de las aulas, los maestros de educación básica registran bajísimos niveles de hábitos lectores y más del 20 por ciento de los mexicanos con estudios de educación superior o de postgrado, jamás se han vuelto a parar en una librería. Por si fuera poco, en los dos más recientes lustros, en México se cayeron 10 puntos porcentuales el número de lectores.

            Y hay que decir al  respecto, que sin esa excepcional herramienta asociada a la fuerza de la lectura y de los libros, no puede haber capacidad de comprensión social, ni tampoco de su transformación.

            Pero no obstante esa realidad, hay que preguntarnos: ¿Quién puede detener la multiplicación de los libros?­­­ Seguramente nadie, ni la era de la televisión y la Internet. Ya Marshall McLuhan [1911-1980], creador de la Galaxia Gutemberg, había escrito textos proféticos, sobre el fin de los tiempos librescos, pero la explosión del libro los dejó hablando en el desierto. Hoy cada minuto se produce un nuevo libro en el mundo.

 

            EL COMPROMISO CON LA LECTURA EN ZACATECAS:

 

            En Zacatecas, el compromiso con la transformación social, pasa indiscutiblemente por la definición de nuevas políticas públicas en materia de promoción y estimulo de la lectura.