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Mario Padilla

LOS ACUERDOS

Un acuerdo es, en Derecho, una decisión tomada en común por dos o más personas, por una junta, asamblea o tribunal. También se denomina así a un pacto, tratado o resolución de organizaciones, instituciones, empresas públicas o privadas.

Es, por lo tanto, la manifestación de una convergencia de voluntades con la finalidad de producir efectos jurídicos. El principal efecto jurídico del acuerdo es su obligatoriedad para las partes que lo otorgan naciendo para las mismas obligaciones y derechos. Es válido cualquiera que sea la forma de su celebración, oral o escrita, siempre que el consentimiento de los otorgantes sea válido y su objeto cierto, determinado, no esté fuera del comercio o sea imposible.

Convergencia de voluntades, así de lacónico puede ser el significado del diccionario, pero en la realidad eso queda lejos, más cuando esa decisión común, acuerdo de voluntades, produce efectos que, por el momento no se alcanzan a percibir, sino tiempo después.

Algo similar, por no decir igual sucede actualmente, cuando en la vorágine informativa, de declaraciones, de pantallas de humo, se busca hacer creer que lo que actualmente sucede es responsabilidad de la inmediatez.

La función legislativa, en el mejor de los casos, se vuelve inmediata, se acuerda, incluso, sobre la ley, sobre reglamentos, leyes orgánicas, baste recordar que en XEPC ese entrevistó al diputado José Olvera Acevedo y explicó que para la comparecencia del titular de poder ejecutivo, contemplada en la Constitución Política del Estado, se busca ver como sale bien librado el actual gobernador.

Ya que, se entiende, no le correspondería a él comparecer para el último informe de gobierno, el sexto de la administración que concluyó. Pepe Olvera planteó la posibilidad de un acuerdo, cabría preguntarse ¿Sobre la constitución?

Sí, a los legisladores eso parece no importarles mucho para salvar proyectos, imágenes, situaciones. La teoría de Hans Kensel de la supremacía constitucional es llevada y traída por quien se atienda a escucharla: De la Constitución todo emana, nada puede estar encima de ella.

Así encontramos que hubo una decisión, Constitucional, tomada por un órgano legislativo, constitucional, que decidió, ordenó, en nombre de la soberanía, el pueblo, hacer esos cambios constitucionales que hoy se pretenden, prevén y discuten, acordar de alguna manera.

Lo cierto es que será salvable, quizá, de la mejor manera y Miguel Alonso deberá, constitucionalmente, obedecer y presentarse a comparecer finalmente, cabría preguntarse, ¿No recibió una administración? Administración que cuestiona, indaga, busca, revisa, plantea, como lo marca, además, el marco Constitucional, se entiende que el funcionario sólo puede hacer lo que la ley le marca.

Ley que aprobaron los legisladores, en un momento, en una circunstancia, ley que aprobó el ahora gobernador cuando fue integrante de la LIX Legislatura del Estado, como aprobó, en su oportunidad, la Reforma constitucional para la fiscalización, para los presupuestos multianuales, para los PPS o bien el presupuesto histórico con cuatro mil 500 millones de peso de gasto no programable.

Injusto sería decir que sólo él, no, fue un todo, un grupo de 30 que conformaron la legislatura pasada, omisión, en el caso que referimos dela comparecencia, que debe enfrentar, ahora, el nuevo legislativo, la gran pregunta es si podrá o no.

Y la siguiente duda es si podrá, o no, la nueva administración entender de dónde salieron tantas cosas hoy en juego o se dedicará a los parches legislativos, que para eso, claro, deberá tener un acuerdo, de ocasión, para salvar circunstancias y todo lo mencionado al inicio.

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