Mario Padilla
En fechas recientes la legislatura del Estado, la LX, es objeto de señalamientos por la tardanza en iniciar sus trabajos de sesión ordinaria. La demora en el inicio de los trabajos es de cada semana, dos veces por semana, costumbre adoptada por los diputados.
El martes 10 de mayo de nuevo la tardanza en el inicio de los trabajos legislativos, si bien la sesión pública e, de alguna manera, la culminación del trabajo de comisiones y asuntos que se dan a conocer, implica la puntualidad.
Podría pensarse que son las ganas de molestar, pero en la sección cuarta, DE LOS DEBERES DE LOS DIPUTADOS, Artículo 66 de la Constitución Política del Estado Libre y Soberano de Zacatecas, se establece la puntualidad:
SECCIÓN CUARTA
DE LOS DEBERES DE LOS DIPUTADOS
Artículo 66.- Son deberes de los Diputados:
Concurrir puntualmente a las sesiones de la Legislatura;
Otro de los deberes es, inciso segundo, “Velar por el buen funcionamiento de las instituciones públicas del Estado y fungir como gestores de las demandas y peticiones de los habitantes de la Entidad”;
En ese sentido ¿Cumplen los diputados por el buen funcionamiento de las instituciones públicas, en este caso concreto la institución denominada Legislatura del Estado?
No. Llana y tajante respuesta. Los diputados no concurren puntualmente a las sesiones; el martes 10 la presidenta de la mesa, diputada María de la Luz Domínguez Campos, luego de comprobar que no hubo quórum citó a nueva sesión –no suspendió-, para una hora después.
Entonces y sólo entonces iniciaron los trabajos de la sesión ¿Dónde estaban los diputados? Algunos asumen que sí tienen madre y estaban en sus obligaciones propias, merced que el diputado Roberto Luévano desde la semana pasada con un claro intento electorero, celebraron a los niños y a las madres, particularmente refiramos el caso de Guadalupe.
¿Sanciones? No, no las hay, pese a la intentona de pasar el reporte al área correspondiente para hacerles disminución de un día de salario, a decir e la presidenta de la mesa, pero con 30 patrones, difícilmente el área hará algo al respecto.
Finalmente, los trabajos iniciaron, como cada semana y cada dos veces por semana aunque podrían sesionar todos los días que fueran necesarios, los diputados asumen el mínimo legal para trabajar de manera pública porque, deberá insistirse, el trabajo interno de comisiones es permanente, y a decir de quienes están dentro del Poder Legislativo, también inician tarde.
¿Dónde queda, pues, la seriedad de un poder que es vigilante del buen funcionamiento de las instituciones? Les resulta fácil observar a otras áreas del Estado, pero ¿Quién vigila al vigilante, al responsable del buen funcionamiento de las instituciones?
Parece reflejo de nuestra cotidiana y Zacatecas informalidad e impuntualidad, donde para citarse a una hora debe darse una antes.
Lo de las faltas, sería un tema aparte, pero sí es necesaria una reforma urgente al interior de la legislatura porque si desde ahí salen las críticas de debilidad institucional.
Obsérvese sino la insistencia del PT y sus diputados en el mal trabajo de las instituciones, en pedir remoción de funcionarios a ocho meses cuando algunos de ellos llegan tarde a sesiones.
¿Quién, entonces, revisará el cumplimiento de los deberes de los diputados?