En el municipio de Texcoco, en la zona oriente del Estado de México, la lucha por la presidencia municipal se da, de hecho, sólo entre dos contendientes, entre dos opciones reales: de un lado el candidato del PRI, doctor en economía Brasil Alberto Acosta Peña, y del otro, el candidato de MORENA, Higinio Martínez, apoyado en forma cada vez más abierta por el “candidato” del PRD, Jorge de la Vega Membrillo. Lo destacable de esta lucha no radica, sin embargo, en este viejo truco del dos en uno para engañar al elector y sumar más votos a favor del verdadero candidato, sino en el muy aparatoso contenido y en la muy poco respetable orientación de la propaganda y de los discursos que la alianza MORENA-PRD endilga, un día sí y otro también, al sorprendido y desprevenido electorado texcocano.
Me explico. La guerra sucia que ha emprendido la mancuerna dicha, empieza por la afirmación simple y llana de que el doctor Acosta Peña es antorchista, cosa que no se molestan en probar de ninguna manera, pero sí dejan muy claro, en cambio, que ser Antorchista es, para ellos, de por sí y sin necesidad de mayores argumentos, sinónimo de perversidad, delincuencia e intereses inconfesables. Sentada por modo tan irrefutable la calidad de “delincuente peligroso”, es decir, de “antorchista” del doctor Acosta Peña, pasan luego a recitar, a manera de letanía aprendida de memoria para no equivocarse, los crímenes, abusos, atropellos, robos, chantajes, despojos, invasiones, engaños, mentiras, traiciones, manipulaciones, arbitrariedades y un largo etcétera más que, al decir de ambos candidatos, ha cometido el Movimiento Antorchista Nacional a lo largo de toda su existencia y que, según su impecable lógica, pueden y deben atribuirse al doctor Brasil “por ser miembro de Antorcha”. Este solo “salto de la muerte”, esta “maroma lógica” en el vacío de sus acusadores, no sólo basta para echar por tierra todo el edificio de calumnias e injurias que le han lanzado encima al doctor Brasil; también alcanza para poner en evidencia la pobreza intelectual y la miseria ética de quienes buscan por tan sucios y vergonzosos medios ganar votos para gobernar Texcoco.
Pero la coprolalia de la mancuerna MORENA-PRD contra el doctor Brasil no se da por satisfecha con acusarlo de todo lo dicho; han tenido que descender a su persona y a la actividad que como tal persona realiza. Lo acusan de haber hecho campaña anticipada mediante la fundación “Acolmiztli-Acolhúa” (que ciertamente dirige desde hace algún tiempo); de no ser texcocano ni haber vivido nunca en Texcoco; de ser un “golpeador”; de organizar “turismo electoral” para inflar el número de sus simpatizantes; de mentir descaradamente atribuyéndose obras que nunca hizo; de promover invasiones y asentamientos irregulares, que han agravado la escasez de servicios en el municipio; de tener la intención de construir 40 mil casas (¡?) en los ejidos de Cuautlalpan y Montecillos; de que si gana la elección “correrá” de inmediato a todos los empleados del ayuntamiento; de que les quitará su empleo o desalojará de su lugar tradicional a los vendedores ambulantes; que meterá el “Mexibus” a Texcoco, dejando sin empleo a los actuales trabajadores del transporte público; que llevará negocios de su organización y los ubicará en sitios privilegiados para arruinar a los comercios ya establecidos; que si gana la presidencia, ya no habrá poder humano que saque a los “antorchos” de Texcoco, “porque esa es la costumbre de su organización”, y etc., etc., etc. Pero esto no es todo. La campaña también ha incluido la represión, la amenaza y el terror verbal y mediático contra los antorchistas y su candidato. Por falta de espacio, doy sólo estos datos escuetos: la policía municipal se ha dedicado a “seguir” a difusores, promotores del voto y activistas de Antorcha a donde quiera que se muevan (un claro intento de intimidación); ha detenido a un total de 42 personas por repartir propaganda del doctor Brasil, mismas que ha liberado sólo mediante el pago de una multa que va de 400 a 1,000 pesos “por violar el bando municipal”. La persecución se ha agudizado a medida que se acerca el final de las campañas, y el pasado viernes, 22 de los corrientes, fueron detenidas 4 personas que no repartían volantes ni hacían otra cosa más que circular, pero que fueron señaladas a la policía por una militante de MORENA.
Mención aparte merece la hazaña de Juan Lázaro, director del semanario “Reporteros en Movimiento”, quien en la edición del 8 al 16 de mayo publicó, a 8 columnas, lo siguiente: “LA PGR DETIENE A PELIGROSA CELULA DE SECUESTRADORES DE ANTORCHA CAMPESINA”. Esta infamia fue cocinada por Juan Lázaro adulterando el boletín de la PGR del 17 de abril, en el cual la dependencia da a conocer la captura de la banda de referencia pero en la que nunca menciona siquiera el nombre de Antorcha. Es decir, este hombre, este “periodista” que todavía tiene la desfachatez de llamarse “víctima de los antorchistas” y de demandar a voces la protección de su gremio y de las autoridades correspondientes, alteró con toda premeditación la nota de la PGR para darle a sus “compas” de MORENA y PRD un nuevo proyectil que lanzar en contra del candidato “antorchista”; y hay que decir que sus “compas”, a pesar de saber bien que todo es un sucio montaje penado por la ley, han cogido la oportunidad al vuelo y han hecho de esta infamia la columna vertebral de su campaña en estos últimos días.
Ahora bien, los antorchistas mexiquenses y de todo el país nos sentimos profundamente agraviados e indignados por toda esta montaña de excremento vertida en contra nuestra y del doctor Brasil Alberto Acosta Peña, sólo porque a los señores del PRD y MORENA les parece que delincuentes como nosotros no tienen ningún derecho a participar en la vida política de la nación, y menos a disputarles el poder de un municipio que, como lo dicen abiertamente en su propaganda, es “su municipio”. Indignados, sí, pero no sorprendidos. No somos tan ingenuos ni tan ignorantes como para no saber que las “armas” de la calumnia, las acusaciones prefabricadas, las injurias, los “cuentos de terror”, la violencia, la cárcel y la intimidación entre otras, no son ninguna novedad, ningún nuevo descubrimiento de MORENA-PRD, en la lucha por el poder político. Ni en México ni en ninguna otra parte del mundo. Sabemos bien que esas son y han sido las armas de todos los tiranos, de todos los gobiernos despóticos, de todas las falsas “democracias populares” como el nazifascismo en Alemania, que las han empleado siempre, y con gran éxito algunas veces, para engañar, manipular y someter a la gente a sus designios e intereses, pero, además, con la aprobación, con el consenso y hasta con el aplauso de sus víctimas. MANIPULACIÓN, esa es la palabra exacta. Pero esta palabra es de aquellas que el uso abusivo y arbitrario ha privado de todo significado y la ha convertido en mero artificio retórico. Es necesario, por eso, devolverle su sentido original, el contenido altamente explosivo y peligroso no de la palabra, sino de la acción que ella denomina. Manipular a alguien (persona, organización o país) es recetarle un discurso mentiroso y malintencionado, que no va dirigido a su inteligencia sino que busca tocar los resortes de su emotividad pura y simple, de su visceralismo, de sus pasiones muchas veces ciegas e incontrolables; que no busca hacer que la gente reflexione y piense sino que se exalte, que reaccione con odio, con ira, con violencia, con toda su capacidad destructiva contra el “enemigo” que el discurso manipulatorio le propone. Un buen ejemplo de discurso manipulatorio es el repertorio de falacias, acusaciones inventadas y simples tonterías que componen el discurso de “campaña” de la mancuerna PRD-MORENA en Texcoco, convenientemente aderezado con intimidación y persecución policíaca y mediática.
Con un discurso semejante es como se han desencadenado, a lo largo de la historia humana, las peores masacres de inocentes a manos de muchedumbres enfurecidas por la prédica envenenada de torvos y deshumanizados politicastros, o de fanáticos “redentores” que así defienden sus mezquinos intereses. O qué, ¿No es acaso previsible que la gente odie a Antorcha y al doctor Brasil Acosta si se le hace creer que los van a “correr” de sus empleos? ¿O si se les asegura que los van a despojar de sus tierras ejidales para montar allí un gigantesco negocio de 40 mil viviendas? ¿O si se les cuenta que promoverán decenas de colonias irregulares, agravando la falta de servicios que ya padece Texcoco? ¿O peor aún, si un “periodista” les informa que Antorcha es nido de secuestradores? Sí, es perfectamente esperable que tal discurso provoque una reacción violenta en la gente y que la orille no sólo a votar en contra del candidato antorchista, sino a agredirlo, y quizá hasta a lincharlo, a él y a sus seguidores. ¿Y no es legítimo concluir que es eso precisamente lo que buscan los candidatos de MORENA-PRD con sus burdas calumnias? Quienes los escuchan harán bien en preguntarse: Pero, ¿es acaso creíble todo esto? Es más, ¿es siquiera pensable que el Dr. Brasil, o cualquier otro ser normal, sea ese saco de maldades y perversiones que dicen sus enemigos? ¿Tiene siquiera alguna lógica esa sarta de mentiras y despropósitos? ¡No! ¡No es creíble, no es posible y no tiene ninguna lógica el discurso infame que le están recetando impunemente a los texcocanos! Y a alertarlos, a pedirles serenidad y reflexión, a solicitarles que escuchen con calma e inteligencia el discurso del doctor Brasil, sus propuestas de gobierno y la bondad innata que reflejan sus palabras y su persona, es a lo que va dedicado el presente artículo. ¡Ojalá encuentre oídos receptivos!