Senador Saúl Monreal

“Se ha dicho hasta el cansancio que la industria petrolera ha traído al país cuantiosos capitales para su fomento y desarrollo. 

Esta afirmación es exagerada. Las compañías petroleras han gozado durante muchos años, los más de su existencia, de grandes privilegios para su desarrollo y expansión; de franquicias aduanales; de exenciones fiscales y de prerrogativas innumerables, y cuyos factores de privilegio, unidos a la prodigiosa potencialidad de los mantos petrolíferos que la nación les concesionó, muchas veces contra su voluntad y contra el derecho público, significan casi la totalidad del verdadero capital de que se habla.

Riqueza potencial de la nación; trabajo nativo pagado con exiguos salarios; exención de impuestos; privilegios económicos y tolerancia gubernamental, son los factores del auge de la industria del petróleo en México.”

Amigas y amigos que nos siguen a través de Direccioneszac, México ha tenido grandes momentos de defensa de la soberanía nacional, uno de ellos, es la expropiación petrolera, en este extracto íntegro del discurso del General Lázaro Cárdenas del Río, se muestra con claridad demoledora, en primer término la defensa de los intereses nacionales, de la dignidad y la soberanía ante el poder del capital mundial; y por otro lado, la defensa de los derechos de los trabajadores, es decir, de la gente que más necesitaba, era el momento, sin titubeos. Los mexicanos vieron en su presidente la determinación necesaria, lo siguieron y lo respaldaron.

¿A que se refiere ese extracto del gran discurso expropiatorio sobre lo que decía la industria petrolera? primero, a una narrativa similar a la que todavía han querido manejar la derecha y los conservadores al momento de la contrarreforma energética del prian en la época de Enrique Peña Nieto, ellos lo disfrazaban con eufemismos como: “modernización”, “apoyo y avance tecnológico de los inversionistas”, “desarrollo de programas de exploración e investigación”, a fin de cuentas , el objetivo era entregarle el petróleo a empresas particulares del extranjero, las cuales, así como lo dijo el presidente cárdenas en 1938, lejos de ayudar, solo obtenían beneficios de nuestro país en complicidad y al cobijo del estado. Contrarreforma que, por cierto, ya revertimos.

Y aunque intentaron presionarlo con estrategias legales internacionales o con lo relacionado al territorio del chamizal, los límites del rio bravo y el rio colorado y demás, el presidente cárdenas, no cedió.

Para nadie es desconocido lo que luego sucedió, todo el pueblo de México, incluso los conservadores y empresarios lo respaldaron. La respuesta de una extraordinaria solidaridad y unidad nacional, cobijó al presidente, el zócalo se llenó, en las plazas públicas de los estados la gente aplaudía la decisión, llevaron sus ahorros para hacer largas filas en palacio nacional y colaborar a pagar las indemnizaciones por la expropiación.

Ese día, en ese hecho, todo el pueblo unido consolidó la soberanía de la nación, la autodeterminación se vio no en leyes, ni en letras, sino en las calles, y en los corazones. Es uno de los episodios más memorables de la historia, fueron los cimientos de que hoy no permitamos la injerencia, de la no intervención. No se puede resumir todo eso sino con la idea que hoy surge con más firmeza que nunca, ante amenazas externas: La soberanía no se negocia.

Hace una semana conmemoramos con orgullo el 87 aniversario de este hecho histórico, y por su trascendencia no quisimos dejar pasar la oportunidad, gracias, nos leemos la siguiente semana, aquí en Direccioneszac.