ESTRATEGIAS DEL IFE, EN LOS VALORES CIUDADANOS

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UNIVERSIDAD AUTÓNOMA DE DURANGO CAMPUS ZACATECAS

 ESTRATEGIAS DEL IFE, EN LOS VALORES CIUDADANOS

IGUALDAD:

MAESTRIA EN DERECHO ELECTORAL

TERCER SEMESTRE

ALUMNO CARLOS ORTEGA CISNEROS

ABRIL DE 2012

INTRODUCCIÓN.

 

La igualdad entre los individuos conlleva a un problema, ya que este valor se contrapone al de la libertad, sin embargo, en las sociedades modernas, se trata que ambos valores se ejerzan sin menoscabo de ninguno de los dos.

 

Al existir desigualdades desde el nacimiento de los individuos, se tiene que crear un sistema en el cual todos tengan básicamente las mismas oportunidades, garantías, derechos y obligaciones, para que nadie sea más ni menos que los demás, siempre y cuando se respeten y toleren las diferencias.

 

Las diferencias presentes entre los individuos que componen a la sociedad en su conjunto, conlleva al pluralismo, lo cual hace que los individuos formando grupos por compartir ideas afines y los grupos busquen los consensos sobre el marco legal que va a regir dentro de la sociedad.

 

En el caso mexicano, la carta magna consagra la igualdad entre los individuos ante la ley, sin considerar el sexo, la edad, la raza o la religión entre otros, lo cual implica que todas las personas, deben recibir el mismo trato, en las diferentes instancias y niveles de gobierno. Asimismo, este trato entre individuos, en los diferentes ámbitos de la vida cotidiana deben ser de igual a igual, sin embargo, en la realidad esto no sucede así.

Buscar la igualdad entre los diferentes individuos de una sociedad, no implica eliminar las diferencias existentes entre ellos, esto significa circunscribir en un marco de referencia las reglas que se deben respetar en conjunto, pero también implica respetar la pluralidad, tolerar lo que es diferente a nosotros, desde la forma de actuar, de pensar, de interpretar, etc.

 

El Instituto Federal Electoral, quien por mandato constitucional ha sido designado como el encargado de difundir la educación cívica, ha buscado por diferentes medios, promover también la igualdad. Desde la elaboración de spots, hasta la puesta en práctica de talleres, donde se difunde este valor.

Se trabaja con los grupos poblacionales más vulnerables con la finalidad de dotarlos de competencias que les hagan reflexionar al momento de elegir, que sean críticos, que participen en la toma de decisiones en su comunidad, de esta manera se fomenta la igualdad, al permitir que un mayor número de personas participen bajo las mismas circunstancias.

II. La igualdad en México.

 

La igualdad, implica que exista la justicia para todos sin distingo alguno, pero ¿qué es la justicia para el mexicano?.

 

De acuerdo con la encuesta “Corresponsabilidad y participación ciudadana” realizada por la Secretaría de Desarrollo Social (Sedesol), en el año 2004. El concepto de justicia, el mexicano, lo relaciona más con el acceso a satisfactores económicos (43.0%), más que con la aplicación de la ley (21.3 por ciento).

 

Continuando con la encuesta mencionada, la frase que más define justicia para el mexicano es que el pueblo tenga mejores condiciones de vida.

 

En otra de las preguntas que plantea esta encuesta, lo peor para una persona es, la mayoría de los encuestados dice, que ser muy pobre o ser rechazado por los miembros de la comunidad (48.3%), por encima de la injusticia y abuso de autoridad(43.9 por ciento).

 

El 38.4% de los encuestados considera que para que exista la justicia, es suficiente con que haya salarios justos.

 

Un 40.3% de los encuestados considera que es el gobierno el encargado de acabar con la pobreza, en contraparte 24.0% dice que son los mismos ciudadanos quienes deben salir adelante por su propio esfuerzo.

 

El 74.6% considera que el gobierno le de dinero a los pobres ya que es una ayuda o un favor.

 

Después de observar algunos datos arrojados por esta encuesta se nota que la desigualdad económica es la más notoria en nuestro país y la que más problemáticas genera.

 

Y desde la perspectiva de los ciudadanos es necesaria la intervención del Estado para reducir esta brecha entre pobres y ricos, pero que tiene que ver esto con la participación ciudadana y la intervención del IFE y sus funcionarios en esta problemática.

 

 

En ese mismo estudio llama poderosamente la atención el altísimo porcentaje de personas (alrededor del 80%) que declara nunca haber participado en actividades de beneficio común. La segunda versión de este estudio tiene algunos datos verdaderamente alarmantes, el 72% de los mexicanos considera que sus conciudadanos sólo se preocupan por sí mismos. El 88% considera que si uno no se cuida a sí mismo la gente se aprovechará del incauto. Un 56% considera que es muy difícil organizarse con otros ciudadanos para trabajar por una causa común. Este es el contexto en el cual la corrupción ha encontrado muy pocas resistencias para permear en todos los ámbitos de nuestra sociedad.(pag. 20).

Estos dos párrafos muestran de manera clara la participación ciudadana en México, lo cual implica que existe un terreno fértil al fomentar ésta y más que nada la organización de los ciudadanos en grupos, que participen activamente. Desafortunadamente en nuestro país existen las organizaciones de membrete, es decir, existen en papel con una gran cantidad de miembros pero en la realidad solamente la componen dos o tres personas.

 

La importancia de la participación ciudadana se puede circunscribir en la esfera de la educación cívica y el organismo encargada de ésta es, el Instituto Federal Electoral, como se describe en el artículo 41 constitucional, apartado D, donde se le encargan a dicha institución las actividades de educación cívica.

Para poder llevar a cabo tan relevante actividad el instituto debe contar con funcionarios, comprometidos con esta actividad, pero también deben contar con las competencias para desarrollarlas, apegarse a un código de ética y regirse por los principios rectores del Instituto.

 

El Instituto cuenta con un código de ética, cuyo objetivo es promover en el personal los valores humanos compatibles con los cinco principios rectores institucionales que son: certeza, legalidad, independencia, imparcialidad y objetividad.

 

A continuación se cita el código de ética del Instituto, que incluye los principios rectores del mismo.

1. Certeza

 

a) Confiabilidad. Como servidor público mis actos serán competentes, seguros y confiables en el cumplimento de mis obligaciones. Me esforzaré por atender las opiniones y posiciones de los demás y seré respetuoso de los derechos de todos los seres humanos con los que trate, ya sean personal del Instituto, militantes de los partidos políticos, representantes del gobierno o de las organizaciones civiles y, principalmente, con los ciudadanos y ciudadanas, afirmando plenamente mi solvencia moral.

 

b) Integridad. Guiaré mi conducta con base en los valores de honestidad, rectitud y respeto, aplicándolos en cada uno de mis actos; considerando que soy un servidor público con excelencia y oportunamente los compromisos y acuerdos en mi trato con mis compañeras y compañeros de trabajo y con las personas en general; colaboraré con profesionalismo, conciencia y voluntad en las decisiones tomadas por las instancias debidamente facultadas.

2. Legalidad

 

a) Justicia. Garantizaré que mis actos y decisiones estén fundados en la objetividad y en una debida ponderación de las situaciones y eventos; asimismo, defenderé los valores democráticos de libertad, igualdad, equidad, diálogo, pluralidad y tolerancia como elementos trascendentes de la cultura democrática.

 

b) Honestidad. Promoveré la transparencia y la rendición de cuentas, conduciéndome con verdad. Actuaré a favor de que en mi trabajo exista la austeridad de bienes y la moderación en su consumo, así como la eficacia y eficiencia en la utilización de los recursos humanos, materiales y financieros del Instituto, bajo el concepto de una administración debidamente programada y planeada. Ello involucra que no utilizaré mi cargo o puesto para obtener algún beneficio ilegítimo. Tampoco buscaré o aceptaré compensaciones o prestaciones de cualquier persona, partido político u organización.

 

3. Independencia

 

a) Autonomía. Con mi conducta pública y profesional haré valer los principios rectores en todos los actos, decisiones y resoluciones electorales y administrativas en las que participe, con base en el hecho de que el Instituto es responsable de sus propias decisiones e independiente en su operación y administración.

 

b) Libertad. Es mi convicción como servidor público no estar sujeto a compromisos e intereses particulares que desacrediten mi compromiso con la institución y pongan en duda mi profesionalismo e independencia; esto sin menoscabar mis propias creencias, opiniones o preferencias políticas y sociales o de cualquier otra índole.

 

4. Imparcialidad

 

a) Igualdad. Daré trato amable y digno a toda persona que acuda a solicitar cualquier servicio del Instituto, así como a mis compañeros y compañeras de trabajo, independientemente de su género, raza, posición política, capacidad económica y física, edad, religión, preferencia sexual, origen étnico, nivel jerárquico u otra cualidad humana, evitando la preferencia de algunas personas en detrimento de otras.

 

b) Equidad. Seré imparcial en el desempeño de mis funciones y actividades. Para ello, me esforzaré por obtener información fidedigna y objetiva para que mis acciones cotidianas puedan contribuir al logro de los equilibrios institucionales de moderación, ponderación y ecuanimidad.

5. Objetividad

 

a) Tolerancia. En mi vida laboral asumiré que el respeto a la diversidad, el pluralismo, el diálogo y las diferencias enriquecen verdaderamente la interacción personal y social que hace posible la solución pacífica de problemas y conflictos derivados de las relaciones humanas, contribuyendo de esa manera al logro de las legítimas aspiraciones personales y sociales de todos y cada uno de nosotros.

 

b) Superación. Me prepararé académica y profesionalmente para incrementar mis habilidades, conocimientos y competencias mediante una educación continua que me permita realizar con éxito mis tareas y actividades en la institución; asimismo, cultivaré una conciencia ambiental y socialmente responsable para valorar y tutelar una conducta de profundo compromiso con el medio ambiente en mi ámbito de trabajo.

 

c) Respeto. Siempre seré cortés y atento con mis compañeras y compañeros de trabajo, así como con quienes trato laboralmente y con toda persona en general, conduciéndome de manera coherente con los principios y valores manifestados en el presente Código de Ética, los cuales orientan mis actitudes, decisiones y acciones.

III. CONCLUSIONES.

 

La igualdad, es uno de los valores de la democracia, para que todos puedan participar en las mismas condiciones y nadie tenga ventaja sobre los demás. Asimismo, este valor irremediablemente nos dirige a otro, la equidad.

 

Se ha observado a largo de este documento, la poca participación ciudadana y la perspectiva de que en nuestro país la desigualdad se encuentra marcada y la más notoria es la económica.

 

Esto lleva al instituto a implementar programas para darle a conocer a los ciudadanos sus derechos, entre ellos la igualdad.

 

Como estrategia para promover estos valores, están los spots de radio y televisión que llegan a un buen número de ciudadanos, la impartición de talleres, conferencias, pláticas entre otras. Son los mecanismos que utiliza el instituto para llegar a la ciudadanía.

 

CARLOS ORTEGA CISNEROS

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