Por Osvaldo Avila Tizcareño
El pasado 12 de abril los antorchistas de la patria entera nos estremecíamos ante lo que en un primer momento fue considerado un accidente, pues en el fondo de un barranco se encontró el auto en el que viajaban dos valiosos luchadores sociales que desde jóvenes abrazaron la causa del antorchismo: Conrado Hernández Domínguez y su esposa Mercedes Martínez Martínez, ambos integrantes del Comité Estatal de Antorcha en Guerrero y con ellos viajaba un pequeño de 6 años de nombre Vladimir, que era hijo de la pareja.
Luego de darles sepultura y ante la solicitud del esclarecimiento del caso, se arrojaron datos increíbles, nuestros compañeros no habían perdido la vida en la volcadura del automóvil, sino que habían sido masacrados a golpes previamente y al pequeño se le asfixió, fue un brutal magnicidio efectuado con saña y odio. A pesar de la exigencia inmediata de justicia, para que se determinen los móviles y se castigue a los culpables, ni la Fiscalía de Justicia del Estado, ni el encuentro con el Secretario de Gobierno dan cuenta de avances serios en las pesquisas.
Un auténtico misterio son las causas para cometer tan horroroso crimen, sería un acto irresponsable culpar a una persona sin aportar pruebas, pero está claro que este acto se circunscribe en una campaña de persecución emprendida por el Presidente Andrés Manuel López Obrador desde su triunfo en las urnas. Es un hecho de todos conocido que desde sus campaña de agradecimiento el morenista lanzó una perorata que repitió más de 100 veces en actos similares y estando ya en funciones, con su simplista explicación de que todos los males eran producto de la corrupción y que los beneficiarios de tal desviación eran los líderes de los movimientos sociales, anunció que no se atendería más a organizaciones, que no se trataría con “intermediarios”, que afirmaba el jefe del ejecutivo, se quedaban con los recursos públicos. Posteriormente dio vuelta a la tuerca, ahora asegurando crecientes cantidades, que una vez eran 10 mil o 30 mil millones de pesos, nunca aportó una sola prueba, pero la intención era clara, desacreditar a nuestro movimiento.
Vinieron después más acciones del gobierno federal en nuestra contra: el congelamiento de cuentas de la legitima estructura financiera que hemos creado en años, la persecución mediante auditorías a los negocios y luego la compra de votos mediante programas sociales donde gobernaban los antorchistas; a ello hay que sumarle que durante los casi 5 años de gobierno se cerró en absoluto la solución a las demandas para provocar desaliento en las bases antorchistas.
Nada de lo anterior ha logrado su efecto, ya en la etapa final del actual gobierno podemos decir que todos los intentos fallaron, la Espartaqueada Deportiva que está a punto de concluir ha sido un éxito absoluto con más de 8 mil participantes y en toda la patria seguimos llamando al pueblo a unirnos y organizarnos.
Por tanto no puede descartarse que este acto esté circunscrito en esa campaña de persecución, que al no dar resultados los intentos de exterminarnos, por iniciativa propia o por encargo, alguien decidió dar un paso adelante y sembrar terror entre nosotros. No perdemos de vista que el actual sexenio es el más violento y que en 53 meses de gobierno han sido más de 153 mil personas que han perdido la vida víctimas de un acto sangriento y en ese marco acontece lo señalado.
Por ello sería temerario acusar sin pruebas, pero indirectamente por el clima de persecución o por la violencia creciente producto de la errada estrategia de “abrazos, no balazos”, existe responsabilidad del gobierno morenista de Guerrero que encabeza Evelyn Salgado, por ello hoy damos cuenta del terrorífico crimen señalado y los zacatecanos nos sumamos al clamor nacional y gritamos con energía la exigencia de justicia.
Sabemos que la lucha contra la desigualdad e injusticia que hemos abrazado implica riesgos y peligros, pero no podemos guardar silencio o cerrar los ojos, clamamos por el esclarecimiento del crimen, levantamos con determinación y firmeza la bandera del antorchismo, porque esa será la manera de honrar a Meche, Conrado y al pequeño Vladimir a la vez que denunciaremos en todo el territorio zacatecano el atroz asesinato.