La maternidad es uno de los derechos de las mujeres a decidir sobre su cuerpo y, en el marco del Día de las Madres, la Secretaría de las Mujeres (Semujer) llama a las y los zacatecanos a reflexionar sobre los estereotipos que les son asignados.
La Semujer trabaja para romper los roles y legados de género que postulan la maternidad como único destino de las mujeres y pide que tal decisión se asuma como una determinación personal y ejercicio pleno de un derecho humano.
La dependencia promueve el posicionamiento de la maternidad elegida, la libertad y derechos humanos de las mujeres. Por ello, imparte sensibilizaciones y capacitaciones en diversos sectores de la sociedad.
Además, en coordinación con dependencias de la administración pública federal, estatal y municipal se promueven acciones para promover los derechos de la población femenina.
Todo lo anterior se sustenta en instrumentos como la Convención sobre la Eliminación de todas las Formas de Discriminación contra las Mujeres (CEDAW), Conferencia Mundial sobre Derechos Humanos y Conferencia Internacional sobre Población y Desarrollo.
La Semujer busca deconstruir la educación de género que se imparte actualmente en la sociedad, porque prepara a las niñas desde temprana edad a ser madres, a través de juegos socialmente asignados, como las muñecas y trastos de juguete.
El rol femenino estereotipado de la maternidad se refuerza en la familia al responsabilizarlas del cuidado de sus hermanas y hermanos, fortaleciendo el imaginario popular de la realización de la mujer a través de la maternidad.
Como antecedente histórico, el ejercicio de la maternidad se liga a un rol femenino que conlleva actividades relacionadas con la reproducción, crianza y cuidado de la progenie, que implica sacrifico y abnegación.
Es importante desmitificar la figura de la madre tradicional como una forma única de poder femenino, porque limita a las mujeres a un espacio privado y reduce sus posibilidades de acceso a oportunidades de desarrollo en otros ámbitos.
Este modelo tradicional de la maternidad deja a las madres contemporáneas en desventaja para conciliar sus actividades públicas y privadas, como el trabajo remunerado y el cuidado de la familia y el hogar.