A LA CRUENTA batalla asistieron, según cálculos oficiales, alrededor de 40 mil espectadores, desde luego hubo estruendos de armas, sólo que esta vez, por fortuna, se trató de la tan arraigada celebración  de las Morismas de Bracho.

LA TRADICIÓN no sólo se mantiene en pie, sino crece y se revive año con año, ahora con la muy buena nueva de instalaciones dignificadas –con toda justicia- a favor de los cofrades que, -en serio no lo entiendo-, se encargan de mantener en pie esta singular batalla anual.

HACE MUCHOS años, en los primeros programas de televisión local trasmitidos por el legendario canal 3 de Televisa Zacatecas, tuve la fortuna de grabar un documental acerca de esta festividad y, créanme, fue un reto encontrar datos respecto al fondo y el trayecto de Las Morismas.

POCO se ha escrito –o por lo menos poco existía en aquel tiempo-, en cuanto a materiales de investigación y seguimiento. Lo que si quedaba perfectamente claro, es que la tradición se ha heredado por generaciones y, lo más interesante, que la iniciativa es cien por ciento ciudadana.

CLARO QUE los distintos gobiernos, en la medida de su voluntad, han aportado apoyos para mejorar los espacios donde se viven los momentos más apasionados de la morisma, pero vaya que a los legendarios organizadores y participantes les ha costado trabajo el avance logrado.

EN TODO CASO, pienso que Las Morismas de Bracho, viven una de sus mejores ediciones.

QUIEN iba a pensarlo, en tiempos de retos en materia de seguridad pública, este festejo tan zacatecano, se realiza con un excelente despliegue de participación, orden y reencuentro con la historia que se ha tejido durante años de fidelidad por parte de los moros y cristianos que protagonizan las batallas.    

Y PORQUE sigo decidida –como lo hice desde que comenzaron en Zacatecas, los problemas que nos han robado la tranquilidad-, hoy incorporo a los eventos que refiero frecuentemente en este espacio, el de la morisma, como otra evidencia de que es posible vivir en armonía y paz en nuestra querida tierra.

BASTA CON retomar otro dato difundido oficialmente: más de doce mil personas participaron en el desfile.

ESTO demuestra también que los zacatecanos no estamos dispuestos, bajo ninguna circunstancia, a dejarnos robar nuestras posibilidades de revivir costumbres que forman parte de lo que somos y queremos seguir siendo. 

QUE BUENO que el Gobernador Miguel Alonso Reyes acudiera al desfile y a las propias Lomas de Bracho, donde se escenifica la batalla heroica en la que los participantes inician el combate, con un entusiasmo y una entrega que en verdad resultan sorprendentes.

Y QUE BUENO, insisto, contar con mejores instalaciones, porque las de aquellos años que vinieron a mi memoria, eran una auténtica calamidad, sobre todo para las reinas y princesas (porque las hay), cuyos vestidos de gala terminaba, como ellas, cubiertos de polvo.

EN FIN, aquí estamos y seguimos siendo capaces de vivir costumbres que ni el paso de los años ni las circunstancias, han conseguido debilitar, por el contrario, están fortalecidas y vigentes, como debe ser y seguirá siendo en nuestra noble y leal Zacatecas.

Nos encontramos mañana en la 7 de Página 24