El libro Fresnillo 455 da luces, varias luces, que generarán otras más. Es coordinado por un grupo de los investigadores voluntarios Lupita Ortiz, Héctor Gutiérrez, José Antonio Solís, Florencio Torres.
Marco Antonio Flores Zavala
No me detendré para describir un caleidoscopio, pero sí reitero la proyección: este libro lanza una primera mirada al pasado, desde el cual se configuró la región de lo que hoy día es Fresnillo.
Va acercando en diferentes episodios y objetos de estudio el ojeo y conocimiento del pretérito, hasta aproximarnos tanto que nos mete en otro juego de la realidad: la ficción.
En la lectura, seguida en continuo o no, se advierten sonidos que no son exclusivamente sobre metales ni piedras.
Cada capítulo nos da resonancias de animales –pisadas, bufidos, reacciones-; de personas y escritura –gritos, rumores, díceres- y de las construcciones que se hicieron o destruyeron –hicieron paisaje y patrimonio-.
El olor natural y mezclado también se presenta: el tufillo de los humanos; las grasas de los alimentos y del lustre de las zapatillas; los exteriores de las casas, el campo “abierto”, la ciudad.
Las fuentes consultadas por los autores ofrecen su propio hedor de tinta y papel, del estudio y también el que evocan los relatos.
En fin, este texto colectivo nos hace retumbar en imágenes que bien producen reflexiones en lo que va de la región, la ciudad y el imaginario. Por eso les propongo tenerlo como un libro-caleidoscopio.
Que bien que este volumen sea una colección de textos provenientes de diferentes escritores voluntarios.
El tema general –Fresnillo- no es un transcurrir enjuto, sino un tejido con varias tramas. Insistiré, un caleidoscopio es mejor que ir de un pasado a un presente. El orden de los capítulos va de un tema a otro, cada uno acorde a la biografía e interés de cada autor.
Hago evidente que me entusiasma el libro e invito a su lectura. La estructura de cada artículo es sencillo y académicamente solvente: una introducción –señalando fuentes y preguntas-, desarrollo del texto y notas conclusivas no cerradas.
A veces aluden al Estado, pero ese no es su fin o medio; dan cuenta de la dinámica cultural y social del tema general.
Delia Cruz Muro Marrufo en la reseña sobre San Pedro de Río de Medina (siglos XVI-XIX) presenta un panorama bien estructurado de los propietarios de una hacienda que permite situar parte de los límites entre Nueva Galicia y Nueva Vizcaya, del municipio multicitado y de Sain Alto; nos hace conocer los nombres de propietarias y propietarios; la importancia del lugar en el Camino Real de Tierra Adentro.
Fija la mirada más allá de Fresnillo, pero lo coloca para tener en cuenta que desde cuando fue Real de minas, junto a San Demetrio –hoy Plateros-, de las marchas para descubrir, caminar, trabajar y hace notar que no todo fue cuestiones de hombres y minas en el siglo XVI y el porvenir. Florencio Torres Hernández, en “Fresnillo a través de la mirada de los viajeros, desde los siglos XVII al XIX”, trae a cuenta varios relatos y escribanos para mostrar qué era el Real de minas y la ciudad.
Provoca imaginar en qué se fijaban para señalar el lugar.
Otra forma de notar es a través del texto de la doctora María Lorena Salas Acevedo: “Pinceladas del patrimonio: centro histórico de Fresnillo”.
Con ellos se va a las calles, edificios, rutas, límites, actividades, visto por foráneos; el segundo indica pasado-presente que dan identidad y hacen notar la ciudad con bienes materiales con los que se convive.
En este libro hace que el lector aguce la mirada, que la observación sea reflexiva. Brenda Ortiz Coss en “La condición de la mujer a través de un caso de divorcio en Fresnillo, 1843” y José Antonio Hinojosa Solís en “Los señores de las llanuras. Incursiones comanches en el partido de Fresnillo, 1852” atienden cuestiones sociales, étnicas, culturales y conflictos de larga duración. Cada artículo son puntualidades, referentes para notar que desde la ciudad que tiene tanta o igual población que la capital del estado, hay cuestiones que hacen oscilar las estabilidades institucionales o las pinturas de una comunidad; visibilizan género y otredades.
Las fuentes son exprimidas y alargadas: documentos de casos, reseñas en periódicos… hacen que aparezcan voces de escribanos decimonónicos. Los artículos delimitados en el siglo XX, van del hambre a la muerte, previo la enfermedad.
Las fuentes no deliberan, emplazan al análisis; indican detalles que no achacan, la maestra Guadalupe Ortiz Bernal hacen descripción densa en “Enfermedades, hambre e inmigración”. Cosme Orlando Sebastián Loera Flores nos hace detenernos en las edificaciones comunitarias que hacían convivir, por diferentes motivos, a personas y familias.
Hace geografía distinta en la ciudad. Dónde una vecindad, los rumbos barriales, el perfil de los residentes, las sociabilidades ‘populares’. Cosme nos proporciona otra visibilidad, como el conjunto de los ensayos. Héctor Gutiérrez Acevedo en “Boleando o lustrando Fresnillo. Conflicto de la unión sindical de lustradores de calzado” narra la resistencia –no ignore este concepto, atraviesa los anteriores textos, junto con conflicto y comunidad- de un grupo de subalternos, casi invisibles –pese al brillo que dan ellos al atuendo de ciertas personas-.
Héctor nos indica que no toda pelea es contra patrones, sino que el ayuntamiento también es un agente que restringe labores.
Otro in, me imagino es el inicio de rutas nuevas –la revisión de la literatura escrita desde la multicitada ciudad o lo creado por personas que proceden de tal lugar- es “El viaje del héroe a través de Eloísa”, de Miriam Marlem Saucedo Alonso.
Ella va al mundo establecido por Gonzalo Lizardo. Me detengo aquí. He descrito –muy a mi estilo- de qué van los reflejos plasmados en este libro.
Poseedor-lector, este libro hace hito en la literatura histórica que hace falta en la región, para percibir que el sonido de las piedras no domina el ruido de la trayectoria de la luz que cada día se hace en las bolerías del jardín Obelisco, en el ojeo de las novelas de Gonzalo, en convivir en igualdad con los diferentes grupos que transitan en las calles ya trazadas desde el período novohispano…
Este libro da luces, varias luces que generarán otras más. Imagen: Hemiciclo a Hidalgo, jardín de la ciudad de Fresnillo.