Al exigir un alto a los homicidios de policías zacatecanos, el diputado federal Miguel Torres requirió al Estado garantizar la seguridad y vida de los elementos y sus familias, porque enero es un mes negro para las corporaciones de la capital, Guadalupe y Fresnillo, que han sido las más atacadas.
Miguel Torres planteó su reclamo ante la indignante ola de asesinatos de agentes, que inscriben a esta entidad entre las más peligrosas del país para ser policía, y que dejan a la indefensa población sin protección frente al crimen organizado.
Al patentizar su disposición de insistir, desde la Cámara de Diputados por conseguir mejores presupuestos para Zacatecas en seguridad, exigir a las instancias federales el envío de más elementos e implementación de estrategias efectivas, consideró que esta grave inseguridad deriva de la reducción de recursos federales y estatales para el área.
De acuerdo a las estadísticas federales, en el 2021 se registraron 35 policías caídos en el estado, tres por mes; y en el presente enero suman ocho, cifra que podría incrementarse tras el reciente ataque del domingo a dos agentes capitalinos más, cuya condición de salud es grave.
El legislador exhortó a las autoridades estatales a tomar medidas que protejan a los agentes, como la profesionalización, capacitación permanente, dotación de armamento, mejoras salariales y seguros médico y de vida. Además, urge trabajo de inteligencia para enfrentar al crimen y salvaguardar la integridad de las y los policías.
Y exigió la protección de los datos personales de quienes integran las corporaciones de seguridad pública, puesto que las agresiones de la delincuencia organizada cuando los elementos están en servicio o francos muestra que el crimen hace trabajo de inteligencia, al saber quiénes son, los vigila y sigue, para elegir el momento de atacarlos.
Desde su punto de vista, la delincuencia intenta debilitar a las instituciones de seguridad y, por momentos, parece que lo logra, ante la actitud errática de los gobiernos federal y estatal morenistas, que no atinan a reaccionar efectivamente.
Reconoció que el Estado está rebasado por las células criminales y, de no actuar ahora, el 2022 será la continuación de las cifras rojas del año pasado.
Miguel Torres afirmó que conoce a la perfección la problemática de inseguridad en los municipios, pues como alcalde de Villanueva enfrentó la carencia de elementos y armamento, constató y trató de dar solución a la precaria situación económica y supo de primera mano de la violencia y acoso de la que son víctimas los policías de parte del crimen.
“Las corporaciones policiacas municipales combaten con poco armamento, pero con mucha voluntad a la delincuencia bien organizada y equipada con armas de alto calibre”, dijo al rematar que los exámenes de confianza son un obstáculo para contratar más agentes.
Para ejemplificar la ineficiencia de los exámenes de confianza, señaló que “en Villanueva fueron rechazadas personas honorables, con vocación de servicio, dispuestas a exponer su vida por el bien común y que inexplicablemente resultaron reprobadas en el test”.
Lamentó que los asesinatos de policías estén en la impunidad, muestra de la incapacidad institucional, que el Gobernador David Monreal no dé consuelo a los familiares y “que el Secretario de Seguridad, Adolfo Marín, esté como los avestruces: con la cabeza escondida en el suelo”.