GASOLINICIDIO

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direccioneszac_mini_02Por: Manuel Narváez Narváez

Email: mnarvaez2008@hotmail.com

En el país donde la trapacería es una conducta institucionalizada, por lo mismo es legal, una poderosa e indestructible banda criminal identificada como “el cartel del gobierno”, cuyas víctimas son conocidas como ciudadanos, solicitaron un aumento en  el rescate  para mantenerlos con vida.

La petición se hizo a través del vocero de dicho grupo criminal que está pidiendo 20% de incremento por cada litro de gasolina que se adquiera. El comunicado está fechado un día antes de los santos inocentes para no confundirlo con una broma.

El vocero de la banda criminal más versátil y temeraria del planeta aseguró a los familiares de las víctimas que la medida no es para asustarse ya que el porcentaje del rescate puede variar a lo largo del año según se comporte la competencia a nivel internacional.

Por su parte el responsable de la oficina de fijar los precios del combustible, destacó que grupos mafiosos vendrán de otras latitudes para refaccionar nuestro mercado interno y generar competencia, de tal suerte que los beneficiados seremos los familiares de las víctimas, toda vez que habrá chamba a lo bestia en las muy peleadas plazas de bomberos de combustible; además, habrá por lo menos un par de estaciones de gasolina en miles de esquinas que propiciarán la disminución del porcentaje de inicio y por ende,  atenuarán el impacto monetario y emocional del rescate.

Pese a que el jefe del cartel gubernamental había anunciado que no habría incremento en el rescate, finalmente tuvo que implementar la dolora medida para salvar los ingresos de la banda. Hasta el momento se desconoce la opinión de los otros dos principales cabecillas que suscribieron la confederación de carteles mexicanos por la salvación del territorio, pero hay quienes aseguran que  vieron a uno agazapado bajo una curul en San Lázaro y al otro acuartelado en el segundo piso del palacete de Chihuahua.

Ante la impopular medida, familiares de las víctimas han externado su preocupación por lo que consideran una traición más de la banda criminal también conocida como “las parias del neoliberalismo”, que a lo largo del año que fenece se cobraron a lo chino parte del rescate original, o sea, que en las compras del mandado se dejaron cayuyas con los precios, pero que a la hora de manejar el promedio de la carestía (inflación), la maquillaron sumando el aumento del 3% a los autos de lujo y residencias en zonas protegidas y exclusivas del territorio con los porcentajes superiores al 40% en frutas, verduras, legumbres, vegetales y otros productos de la canasta básica, para decirnos que apenas nos pegó un 3.80% la inflación.

Como todo grupo delictivo exitoso, el mexicano es de los mejores para sacarles hasta el último centavo a sus víctimas frecuentes. No conforme con el incremento de precios en artículos de primera necesidad, el bien nutrido encargado de cuidar la plata de la mafia se dejó caer la greña al aumentar en 75% los intereses de los abonos al rescate y originó que el billete verde aumentará casi un 60% más desde que el oriundo de Atlacomulco sostiene el sartén por el mango.

La medida, aunque el vocero del cartel diga que no hay pex, traerá ooootra andanada de incrementos que aplicarán los dealers del transporte. ¿A poco no?

Tristemente la materia prima de la gasolina inunda nuestros litorales, sin embargo, los abuelos de los capos de ahora se bañaron (se fugaron) con la venta del petróleo y no tuvieron la precaución a la altura de su codicia para construir suficientes refinerías. Eso sí, heredaron toda una estirpe de obreros con salarios de guarros súperpagados que cobran puntualmente su quincena sin que les importe que a las víctimas les cueste más mantenerlos.

En el mismo contexto y comparando al cartel gubernamental mexicano con otros, los de aquí son los que más sangran a sus víctimas. Para darnos una idea de los sanguinarios que son acá, la mafia mexicana nos atascará el litro de gasolina corrientona a 16 pesos en promedio, mientras que las mafias de oriente medio se las regalan o apenas si les cobran el equivalente a una cuarta parte de que nos cuesta a nosotros.

En mafias sudamericanas, con menos caché y alcance,  venden el litro de gasolina si mucho a diez pesos. Hasta el cartel del tío Sam, que paga a sus víctimas 1200 pesos diarios por trabajos forzados, les vende la gasolina a unos 14 pesos en promedio.

Este pago adicional de rescate que está pidiendo el cartel gubernamental obligará a desembolsar a víctimas y familiares un promedio de $5600 pesos anuales extras, considerando la carga de un tanque de 40 litros semanales a lo largo de 52 semanas.

Así las cosas en el país de donde la transa grande es legal y el crimen institucional es justicia.

P.D. Si tomamos en cuenta los ingresos promedio de los diputados federales y los dos diputados locales mejor pagados de Chihuahua, éstos alcanzarían para llenar 357 patrullas con tanques de 40 litros. Qué locura.

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