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En la sesión de apertura del primer periodo de sesiones del primer año de ejercicio de la LXIII Legislatura, Miguel Ángel Osorio Chong entregó el 3er Informe de gobierno de Enrique Peña Nieto (EPN); Jesús Zambrano lo recibió y firmó de recibido. El secretario de gobernación dijo que en el informe se informa el estado que guarda la administración pública del país y el presidente de la mesa directiva de la Cámara de Diputados contestó que las encuestas revelan que la ciudadanía no está conforme con el rumbo del país, que más del 60% de los mexicanos reprueba el trabajo del gobierno federal http://cnn.it/1EzF6PN y que EPN debe acudir personalmente al Congreso a entregar el informe y a dialogar -cara a cara- con los diputados sobre los problemas de México.
La obligación constitucional de que el Presidente de la Republica se haga presente en la sesión de apertura de los trabajos del poder legislativo comenzó con la Constitución de 1824, hace ya 191 años. De esa fecha a esta fecha, diferentes legislaturas han aprobado diferentes cambios a la normatividad que regula la tradición referida, siendo el más trascendente, que el presidente ya no presente su informe de forma solamente oral, sino también por escrito.
Esa obligación del presidente se encuentra regulada en el artículo 69 de la Constitución política de los Estados Unidos Mexicanos, que a la letra dice “En la apertura de Sesiones Ordinarias del Primer Periodo de cada año de ejercicio del Congreso, el Presidente de la República presentará un informe por escrito, en el que manifieste el estado general que guarda la administración pública del país…” y en el artículo 7 de la Ley Orgánica del Congreso General de los Estados Unidos Mexicanos -que por cierto- sigue siendo discordante con lo que establece el 69 de la Constitución.
Yo sí creo, que es una vergüenza republicana que no sea el propio presidente el que acuda al Congreso de la Unión a entregar su propio informe. No asiste al Congreso, pero si al Palacio Nacional. Será por qué en el Congreso hay minorías parlamentarias que podrían demostrarle que los problemas del país en lugar de empequeñecer, están creciendo. Será porque al Palacio Nacional solamente pueden pasar a saludarlo, escucharlo y a aplaudirle sus familiares, empleados e invitados especiales. ¿Será por eso o por qué será?
Para que los representantes populares estén mejor informados sobre la situación país y para que realicen mejores propuestas, sin duda que es mejor que el discurso del titular del poder ejecutivo se de en la sede poder legislativo. Basta de egocentrismos, lo que importa es México.