El papa Francisco invitó a los mexicanos para trabajar y hacer del país una tierra de oportunidad, para no emigrar para soñar , tierra en la que no haya necesidad de ser explotado para trabajar.
Durante la misa celebrada en Ecatepec, Estado de México, planteó una tierra que no tenga que llorar a hombres y mujeres, a jóvenes y niños que terminan destruidos en las manos de traficantes de la muerte.
Se refirió de nuevo volvió a referirse a la corrupción e identificó tres tentaciones que buscan degradar y degradarnos, como la riqueza, la vanidad y el orgullo.
“La riqueza adueñándonos de bienes que han sido dados para todos y utilizándolos tan sólo para mí o ‘para los míos’.
Es tener el pan a base del sudor del otro o hasta de su propia vida. Esa riqueza que es el pan con sabor a dolor amargura o sufrimiento, en una familia o en una sociedad corrupta, es el pan que se le da de comer a los propios hijos”, dijo el Papa.
Entre los asistentes a la misa estuvieron el gobernador Eruviel Ávila y su familia; el alcalde Sergio Díaz y autoridades de la Diócesis de Ecatepec.