Por Jacobo Cruz
Leí en el diario El Economista del 12 de mayo una nota titulada: Los consumidores recuperan el optimismo, pero con moderación. En el cuerpo de la misma se informa que durante febrero del 2022, el consumo privado en el mercado interno registró un crecimiento de 1.3% y sumó ocho meses al hilo con avances. “El consumo de los hogares mexicanos muestra una tendencia de recuperación post pandemia; en febrero del 2022 el índice que evalúa esta tendencia creció 1.3% en comparación con el mes previo, de acuerdo con cifras del Inegi (Instituto Nacional de Estadística y Geografía)”.
Esto motiva a expresar algunas ideas que surgen por mi labor, mi contacto diario con personas de colonias y comunidades de Zacatecas permite recoger las opiniones que expresan ante las difíciles condiciones que deben sortear para sacar adelante a sus familias.
Como se sabe, en 2021 los mexicanos radicados en Estados Unidos mandaron a México 54,100 millones de dólares en remesas, así que nuestro país se posicionó como el segundo mayor receptor en el mundo desplazando a China y se colocó como el primer destino de los dólares ganados por los migrantes; mientras la India se mantuvo en el primer lugar en el rubro citado.
Por su parte, nuestro estado cerró el mismo periodo con un récord histórico, fueron mil 575.6 millones de dólares (mdd), mientras que en el año previo la cifra ascendió a mil 202.3 mdd, es decir, 373.3 mdd más, posicionándose en la entidad número 12 a nivel nacional con mayor aportación al total de remesas familiares.
Y las razones son fáciles de descubrir: el estancamiento de la economía ha obligado a los receptores de estos recursos a pedir dólares a sus familiares, y ellos, tratándose sobre todo de sus padres, han hecho todo el esfuerzo por contribuir al bienestar familiar y por ende al de toda la sociedad zacatecana.
Derivado de esto, se puede decir que el aumento de las remesas es proporcional a las dificultades económicas que se padecen porque no hay empleo suficiente y el que se produce está muy mal pagado. Así que el dinero que llega aumenta cuando las familias tienen mayores problemas para la compra de alimentos, ello implica que los paisanos deban trabajar más y gastar menos en sus propias necesidades para mandar lo que desde aquí se solicita.
Es también conocido que los principales beneficiarios de las remesas son personas de las zonas rurales que se dedican al pequeño comercio o a las actividades agropecuarias, que usan el dinero para cubrir necesidades diarias como la alimenticia, para el pago de deudas contraídas, mientras que una vez cubiertas estas prioridades pueden dedicar cierta cantidad a la compra de algún bien: muebles, vehículos, terrenos o casas, pero esta es en la minoría de los casos, porque la mayoría destina los recursos al consumo siendo la única fuente de ingresos.
Así se explica que en estos años se hayan registrado récords de remesas que llegan al estado y al país, donde la 4taT no ha impactado en sus medidas económicas a pesar de la entrega de ayudas monetarias, reflejando lo contrario de lo declarado por las autoridades. Con Morena en el gobierno no se vive mejor, hoy tenemos una crisis en el sistema de salud, en la economía y la seguridad como nunca lo imaginamos y no se ve que esto vaya a cambiar en el mediano plazo.
Pero lejos de ver con preocupación estos datos, el Presidente Andrés Manuel López Obrador presume la llegada de las remesas como un éxito de su gobierno, lo que demuestra una visión errónea del fenómeno migratorio, tema agravado porque la 4t ha sido incapaz de ofrecer mejores alternativas a la población que se ha visto obligada a seguir buscando mejores oportunidades en el vecino país del norte y evitar que más mexicanos tengan que emigrar, es claro que el dinero que mandan resuelve múltiples problemas en México. Por el momento, aunque se quiera ser muy positivo es muy difícil recuperar la confianza y el optimismo.