Para mí las ventajas de viajar en tren primero es saber que me lleva a un lado desconocido, que puedo mirar por las ventanas paisajes hermosos, parajes verdes, poblados coloridos, banderas o lagos decorando cuadros que permanecerán indelebles en la memoria. Conocer gente, platicar con un desconocido, o leer un buen libro mientras el traslado finaliza.
En los últimos viajes que hecho en tren he visto de todo y las ventajas, lo reconozco, han sido pocas. En uno casi muero aplastado por la multitud, en otro casi muero también pero de sueño debido a un viaje largo, pero en otros dos fue maravilloso, porque atravesé mundos desconocidos, paisajes nuevos y me enamoré de las ciudades a las que me llevaron esos trenes.
Pero para Antonio Orejudo, el escritor español, las ventajas de viajar en tren parece que son otras, la principal, toparse con un loco y conocer a través de él, la vida de más locos. Así lo constata su novela titulada precisamente Ventajas de viajar en tren publicada en el año 2011 por la editorial Tusquets.
La novela cuenta que Helga Pato regresa en tren a casa después de dejar internado a su marido en un hospital psiquiátrico en el norte de Madrid, ya que lo encontró en su casa hurgando su propio excremento. En el vagón, un desconocido, para amenizar el viaje le pregunta de repente que si le apetece que le cuente su vida. Se trata de Ángel San Agustín, un psiquiatra que labora en el hospital donde ha dejado a su esposo.
San Agustín analiza los trastornos de la personalidad a través de los relatos de los pacientes, mismos que guarda en una carpeta roja que lleva consigo. Hay casos de esquizofrenia, doble personalidad, paranoia, etc. En una parada, el psiquiatra baja a comprar un refrigerio dejando la carpeta en el asiento, cuando el tren comienza a avanzar él aún no regresa y los escritos de los pacientes quedan a merced de la mujer que regresaba a casa. Sin duda querrá leerlos.
La novela de Orejudo es un ejercicio sumamente interesante. Al inicio, a manera de ensayo y quizá ligeramente pretencioso, la voz del narrador da las características de la esquizofrenia y sus diferentes vertientes, haciendo énfasis en la coprofilia que es la que padece un personaje. Luego la novela va dando giros y confundiendo un poco al lector, porque de historias se desprenden más historias, tanto que en la primer parte de la novela se tiene muy poca certeza de quién es quién cuenta la historia.
La segunda parte es mucho más inquietante, pues se supone son los textos escritos por los pacientes con trastornos de personalidad, las hojas de la carpeta roja. Cada capítulo tiene por nombre el padecimiento: “Coprofilia”, “Depresión postesquizofrénica”, “Trastorno paranoico de tipo somático” y “Acatisia”. Cada texto se puede leer autónomamente, el autor logró escribir historias fuertes, inquietantes, traumáticas, sobre todo “Depresión postesquizofrénica” que es la que más me gustó, una historia hilarante, cruda y violenta de una pareja que se conoce paseando en sus perros y su amor por los canes los llevará a cometer incluso actos de zoofilia.
Y la tercera parte es el desenlace, el nombre del capítulo es el mismo que el del libro y es el cierre de la historia. Un final sorpresivo que nos hace volver a pensar en el inicio de la novela y en sus personajes primarios.
Orejudo escribió un experimento atrevido que resultó un buen logro. El libro puede clasificarse dentro de lo que llaman la literatura fractal, pues incluye ensayo, novela y cuento y gran parte de su capitulado puede leerse de forma independiente. Pero allende a esta característica de la obra, los temas por los que nos conduce el lector nos hacen viajar a un universo que pocos queremos experimentar, los trastornos de la personalidad. Pues nos da cuenta de cómo la vida da giros inesperados y ciertas manías se convierten en aberraciones que llevan a las personas a terminar internadas en un hospital. En ese sentido la novela es interesante y a la vez dura, pues mientras que para el paciente la enfermedad es el alejamiento de la realidad y la válvula de escape de una imaginación ilimitada, para la persona que le ama es un completo infierno.
En fin, es un librito breve y entretenido, idóneo para leerse mientras se viaja en un tren, esa es una de las ventajas.