La Secretaría del Agua y Medio Ambiente (SAMA), en coordinación con la Comisión Nacional Forestal (Conafor) y el Ayuntamiento de Juchipila, trabaja en el programa de restauración para recuperar el Pinus maximartinezii o pino azul, con el fin de conservar y preservar esta especie endémica del estado. 

Estas acciones permitirán tener un crecimiento de la población de esta especie de manera natural; por ello, se realiza un manejo adecuado del bosque con obras de conservación de suelos, producción o adquisición de plantas y reforestación. 

La participación de los tres órdenes de Gobierno, tanto federal como estatal y municipal, es fundamental en la restauración de esa zona, misma que sufrió gran afectación tras el incendio ocurrido en 2017, en la Sierra de Morones, donde más de 2 mil 500 hectáreas fueron arrasadas por el fuego y que dañó gran parte de los ejemplares de pino azul. 

El Pinus maximartinezii abarca una extensión de entre 3 mil 500 a 4 mil hectáreas en la Sierra de Morones, en Juchipila, informó el director de Biodiversidad de la Secretaría del Agua y Medio Ambiente (SAMA), Adán Camacho Márquez. 

Por ello, exhortó a la población a tomar conciencia y a prevenir cualquier tipo de quema que provoque incendios forestales, debido a que el daño a la naturaleza es grave y tarda muchos años en remediarse.

Además, agregó que la importancia de conservar y preservar esta especie endémica del estado se debe a que se encuentra en peligro de extinción, según la Norma Oficial Mexicana NOM-059-SEMARNAT 2010.

El pino azul solamente se encuentra en Durango y en Zacatecas, se calcula que la edad de los árboles mayores de 9 metros en la población de Juchipila es de aproximadamente 255 años.

Además de ser una especie apreciada como ornamental por su follaje suave, de color azulado y por sus ramillas flexibles, las semillas tienen un aporte nutricional y su sabor es más suave que las del piñón comercial.

El pino azul tiene 15 a 30 hojas cotiledonares, la mayor cantidad registrada para cualquier conífera; las hojas primarias persisten en los ejemplares jóvenes hasta 10 años y llegan a presentarse en ramas laterales de árboles maduros a veces hasta de más de 20 años; y es el piñonero con conos y semillas más grandes en el mundo.