Llegó el momento de la reconciliación y de poner por encima de los intereses personales, de grupo o partidarios, el interés general. Como afirmó Vicente Guerrero: “La patria es primero”, dijo el diputado Héctor Adrián Menchaca.
Al dar un mensaje con motivo de la instalación formal como Presidente de los Estados Unidos Mexicanos de Andrés Manuel López Obrador, en el punto de asuntos generales de la sesión de este jueves, sostuvo que esa reconfiguración del escenario político plantea una nueva etapa para el país, especialmente para Zacatecas.
Llamó a los que aún no entienden, o no quieren entender, la nueva correlación de fuerzas políticas, que después “no digan que se les ignora, que no se les toma en cuenta, que se les cierran las puertas. ¡En política, los acuerdos se respetan y la palabra se cumple!”, agregó.
Recordó que por primera vez en 89 años, que una fuerza política de izquierda, que no sea el PRI, gobierne México, y la primera vez que ni el PRI ni el PAN gobiernen el país.
Durante estos años, -agregó- pusimos pasión, ahora pondremos entrega, y donde algunos veían terquedad, nosotros veíamos que la constancia y la congruencia alentaban nuestra fortaleza para no doblegarnos, “insistir y volver hacerlo desde 2006, 2012 y 2018, no fue necedad, fuimos persistentes en el anhelo por devolverle la grandeza a nuestro país”.
El hecho es y seguirá como un triunfo histórico de las mujeres y hombres que formamos parte del Movimiento de Regeneración Nacional (Morena), pero más importante fue el apoyo de las millones de mujeres y hombres que, insultados permanentemente por quienes verdaderamente mandaban junto con los que mal gobernaban, decidieron modificar a golpe de votos el escenario en las urnas.
Dijo que las expectativas de la gente son altas y la urgencia de resultados rápidos y contundentes, es mayor, “para dimensionar la titánica tarea que se tiene en puerta, vale la pena preguntar: ¿Qué heredamos? ¿Qué recibimos? ¿De qué magnitud es el reto?”.
Aseguró que el próximo gobierno federal recibe una seguridad en ruinas y un país convertido en cementerio, una tragedia humana y social de dimensiones incalculables”.
El saldo es de más de 200 mil personas asesinadas y más de 37 mil desaparecidas, de esas cinco mil son menores de edad-, y se tiene un número difícilmente calculable de desplazados por la violencia, y millones de personas que han debido modificar sus patrones de vida para protegerse.
Además, se hereda un Estado convertido en un comité al servicio de una minoría rapaz, se han hecho jugosos negocios privados al amparo del poder público, y por mucho tiempo las arbitrariedades, los abusos de autoridad, la extralimitación de los servidores públicos y el cinismo de la clase política tradicional, han pretendido hacer creer a la gente que la corrupción es genética y cultural.
En lo fiscal, se recibe un gobierno vulnerable, en los dos sexenios panistas, la deuda del sector público federal pasó de 19.9% del PIB en el año 2000, a 33.8% del PIB en 2012.
En la administración saliente del PRI, la deuda creció a un nivel sin precedentes, pasó del 33.8% del PIB, con la que inició en el 2012, a 46.4% al cierre de 2017, y sigue en aumento.
Socialmente, es un país empobrecido con más de 62 millones 800 mil personas viviendo en condiciones de marginación y exclusión, que carecen hasta de lo más indispensable como alimentación, vestido y vivienda.
Se reciben condiciones laborales crueles e injustas, que sepultaron las conquistas históricas de la clase obrera, y los más salarios mínimos en el mundo, sólo equiparables con países como Haití.
Se hereda una falta de acceso a los servicios educativos brutal para millones de niños y jóvenes, lo que constituye la base y el auge delictivo que enfrenta el país.
Héctor Menchaca dijo que en los últimos 30 años el rezago económico, la degradación social, el atraso educativo y el deterioro político, tuvieron el rostro bipartidista: el PRIAN, siempre dispuesto a cambiarlo todo, para que todo siguiera siempre igual, tal y como lo señaló Lampedusa, en El Gatopardo.
Pero aseguró que vale la pena comprometerse, y la lección de la elección fue sencilla: la gente siempre busca la manera de volver a ser feliz, de recuperar la esperanza, de rescatar a nuestra tierra, pese al drama trágico de nuestro tiempo.
Y llegó el momento de iniciar la cuarta transformación en México, con los postulados de “no mentir, no robar y no traicionar” al pueblo de México, y como dijo Andrés Manuel López Obrador, es hora de transitar de una autoridad vengativa a una autoridad justa, de un Estado de persecución a un Estado de bienestar, y de la ley de la jungla al imperio de la ley.
Es momento de la reconciliación y de poner por encima de los intereses personales, de grupo o partidarios, el interés general. Como afirmó Vicente Guerrero: “La patria es primero” y de poner a la ciudadanía como piedra angular.
Finalizó al decir que la regeneración ética será la intención ejemplificante de un ejercicio de gobierno austero, honesto, transparente, incluyente, respetuoso de las libertades, apegado a derecho, pero sobre todo, sensible a las necesidades de los más débiles y vulnerables, de los humillados y los ofendidos, sin desatender el interés superior de la nación.