En una noticia que ha sorprendido a nivel internacional, Justin Trudeau, primer ministro de Canadá desde 2015, anunció su decisión de renunciar a su cargo. Trudeau, quien lideró al Partido Liberal durante casi una década, afirmó que su salida busca abrir paso a una nueva dirección para el gobierno y permitir a los ciudadanos elegir un nuevo rumbo en las próximas elecciones.
Durante su mandato, Trudeau implementó políticas que marcaron una era de progresismo en Canadá, como la lucha contra el cambio climático y el impulso a la equidad de género. No obstante, en los últimos años enfrentó críticas por el manejo de la economía, incluyendo la inflación, así como cuestionamientos a su liderazgo dentro del Partido Liberal. Estos desafíos parecieron influir en su decisión de apartarse del cargo.
La renuncia de Trudeau se produce en un contexto político complejo, con una disminución en el respaldo de los canadienses hacia su gobierno y divisiones internas en su partido. La suspensión del Parlamento hasta marzo facilitará la transición de liderazgo, mientras el Partido Liberal evalúa quién será su próximo líder. Entre los posibles sucesores se encuentran Chrystia Freeland, actual viceprimera ministra, y el economista Mark Carney.
Trudeau deja un legado mixto: avances significativos en derechos sociales y ambientales, pero también críticas por no cumplir promesas clave, como la reforma electoral. Ahora, Canadá enfrenta un periodo de incertidumbre política en el que se definirá si los liberales podrán mantener su posición dominante o si la oposición tomará las riendas del país en las próximas elecciones.