Mientras era aprobado por el Poder Legislativo el paquete económico 2017, sin que el presupuesto a ciencia ocupara en el debate público un lugar preponderante, paradójicamente a ello, La Red Global para la Innovación de la Educación Superior, organización que agrupa a las instituciones académicas y a los centros de investigación más prestigiados del planeta, hacía -en un hecho sin precedentes-, el ofrecimiento para convertir Zacatecas en Ciudad de la Ciencia.
¿De qué depende que se aproveche éste importante ofrecimiento y se concretice en los hechos? Sin duda se requerirá sobre todo de visión y voluntad política gubernamental, en todos sus niveles.
Hacer de Zacatecas Ciudad del Conocimiento puede formular salidas a las contradicciones históricas de contar en la entidad con una estructura productiva atrasada y poco dinámica, y más cuando la ciencia se constituye en la matriz cultural de mayor influencia para propiciar el cambio social.
El concepto Ciudad de la Ciencia implica el compromiso para hacer de Zacatecas espacio detonante y promotor del conocimiento científico, a partir de una asociación estratégica con los centros de investigación de mayor desarrollo en el mundo, pertenecientes a dicho consorcio (Global University For Innovation).
La declaratoria de Zacatecas, Ciudad de la Ciencia, implicaría la búsqueda de los siguientes objetivos: 1).promoción del turismo científico hacia nuestra ciudad; 2).la implementación de un ambicioso programa de movilidad de estudiantes y académicos hacia los centros de investigación de frontera más importantes del mundo; 3).estímulo y promoción de inversiones en empresas del conocimiento; y 4).reorganización de la ciudad capital a partir de la educación y la ciencia y no de las cantinas y los antros.
LA INNOVACIÓN Y EL RANKING DE ZACATECAS:
Zacatecas hoy ocupa uno de los últimos lugares nacionales en materia de innovación (el 31 para ser precisos, de 32), según lo ha revelado en uno de sus últimos reportes el Instituto Mexicano para la Competitividad (IMCO). Y éste bajísimo ranking se asocia a la poca capacidad que tiene nuestra entidad para producir patentes.
Y hay que decirlo con claridad: sin cultura de la innovación, una sociedad no puede producir riqueza ni bienestar social, lo han sostenido especialistas como Joseph Schumpeter (1883-1950) y más recientemente el Premio Nobel de Economía Joseph Stiglitz, el precursor del paradigma de la sociedad del aprendizaje.
Y este es el caso de Zacatecas, una entidad con bajísimos niveles de producción innovadora, porque sus instituciones académicas se encuentran perdidas en un laberinto de modelos de gestión bastante obsoletos.
Las sociedades más civilizadas en la actualidad lo son porque le apuestan a la inversión en ciencia, tecnología e innovación y dedican a estos rubros elevados presupuestos económicos.
Según el Instituto de Estadísticas de la UNESCO las naciones que destinan mayor inversión neta en ciencia, son las siguientes: Estados Unidos 405 mil millones de dólares, China 153 mil millones, Japón 144 mmd, Alemania 69 mmd, Corea del Sur 45 mmd, Francia 42 mmd, Reino Unido 38 mmd, Rusia 23 mmd, Brasil 19 mmd, España 17 mmd y México 6 mil 400.
EL OLVIDO DE LA AGENDA INNOVADORA.
En la discusión del presupuesto 2017 se incorporaron los más variados temas, pero se olvidó el tema crucial de la innovación científica. Y eso a futuro podría originar altos costos para Zacatecas.
Aprovechemos la oferta que se ha hecho para convertir a Zacatecas en Ciudad del Conocimiento, más allá de los numerosos oportunistas plagiarios (los advenedizos), que aún sin nacer el proyecto se quieren apropiar vorazmente de él. Eso no importa. Lo que interesa es que se ejecute, sí eso favorece el desarrollo del Estado.