- Senadurías y diputaciones en disputa.
- Los ex gobernadores y las hegemonías políticas.
- Las reformas de crinolina.
A 60 días de que se cumpla el triunfo de la segunda alternancia política en la historia contemporánea local, se ha desatado ya en la entidad la disputa encarnizada entre los grupos por los puestos de representación popular (senadurías y diputaciones) que en juego pondrán las elecciones federales del 2011, sin que hayamos aprendido la lección de que Zacatecas requiere para su progreso una serie de profundas reformas estructurales – hoy aplazadas-, si es que se pretende sentar verdaderamente las bases de una democracia de mayor calidad.
Si nos atenemos al perfil y al número de los diversos grupos que empujaron en alianza –unos abiertamente y otros de manera soterrada- el triunfo electoral de Miguel Alonso Reyes, diremos entonces que los beneficiarios de la distribución de las posiciones de poder en la coyuntura de los comicios del próximo año permitirán integrar un espectro plural de privilegiados, por la vía de los diversos partidos, y en donde reaparecerán inequívocamente las figuras hegemónicas de los ex – gobernadores (ya sea en forma directa o a través de los representantes de sus clanes) en la etapa del cobro de facturas, merecimientos y favores.
Indiscutiblemente por la lógica del poder, el mandatario Miguel Alonso llevará mano en el proceso de distribución y control de posiciones, en donde además la presencia de fuerte hegemonía de los ex – gobernadores Genaro Borrego y Ricardo Monreal, será fundamental y central. Al tiempo.
No se podrá descartar a nadie, ni al propio Arturo Romo Gutiérrez, quien hoy preocupado está en ocupar un lugar preferente en los afectos de Andrés Manuel López Obrador y quien hace un año diseñó la estrategia de lanzar a todas sus huestes en apoyo de Miguel Alonso Reyes (-para evitar que los otros ex – gobernadores se quedarán con el control político absoluto-) y que en la actualidad están sembrados en los más diversos puestos de la administración pública estatal, desde los más importantes hasta los más modestos. Jugó a los escenarios múltiples y ganó perdiendo. Parte del gabinete está en manos de sus gentes.
Sin embargo, lo que hoy en día también debe preocupar, y no solamente la lucha y la distribución instrumentalizada y facciosa del poder entre los grupos, es cómo construir una democracia de mayor calidad en Zacatecas que beneficie a los ciudadanos y eleve sus niveles de bienestar.
El otro dilema de los actores políticos en la entidad – en razón de que todos son beneficiarios del poder-, debiese ser el cómo hacer de la segunda alternancia histórica que viven los zacatecanos, la fase de transición auténtica a la democracia, en los términos en que la concibe el pensador Guillermo O’Donnell.
Para O’Donnell la transición implica “el arranque de la normalización de los nuevos acuerdos y la puesta en funciones de las renovadas instituciones públicas que sirvan con eficacia y eficiencia a la sociedad”. La transición significa también – en palabras del sociólogo Linz Storch- el paso de un régimen autoritario a uno de calidad democrática.
DEMOCRACIA DE CALIDAD Y REFORMA POLITICA:
La calidad de la democracia tiene que ver directamente – sostiene el propio O’Donnell- con la participación ciudadana, así como con un piso mínimo de derechos económicos y políticos, que produzcan un contexto de dignidad humana, que toda sociedad debe garantizar.
Phillippe Schmitter consideró, por su parte, la posibilidad de generar una escala de calidad óptima en la democracia, “partiendo del supuesto de que la rendición de cuentas públicas sólidas es un elemento fundamental”.
Pero tal vez el estudioso contemporáneo más importante en éste ámbito lo sea el italiano Leonardo Morlino quien en sus múltiples obras de análisis ha dicho que “la democracia de calidad es aquella que presenta una estructura institucional estable que haga posible la libertad, la legalidad, la dignidad y la igualdad de los ciudadanos, mediante el funcionamiento legítimo y correcto de las instituciones públicas y sus mecanismos”.
Morlino identifica una serie de elementos y componentes de una democracia de calidad, entre los que destaca los siguientes:
1).-igualdad ante la ley de gobernantes y gobernados. Nada de privilegios;
2).-impedir que la sociedad esté dominada por el crimen organizado;
3).-acceso igualitario de los ciudadanos al sistema de justicia;
4).-rápida resolución de las investigaciones criminales;
5).-rendición de cuentas sólidas y eficientes;
6).-control civil del ejército;
7).- asambleas legislativas profesionales, honestas y productivas;
8).-policías efectivas que respeten los derechos de los ciudadanos; y
9).-vigilancia, control y evaluación de los actos del gobierno en manos de la ciudadanía.
Distingue Leonardo Morlino claramente entre democracia de calidad y democracia híbrida. Esta última- argumenta el filósofo italiano- está fundada en el imperio de la impunidad, en la falsa pluralidad de los partidos y los grupos que actúan en la complicidad y al margen de la Ley.
La democracia sin calidad, remata Morlino se distingue por tres negativas características: a).- es ineficiente, porque no contribuye a mejorar los niveles de bienestar de la sociedad y al contrario produce desigualdad; b).- es irresponsable debido a que no se sustenta en la competencia legal y auspicia la corrupción; y c).-es de legitimidad escasa, especialmente porque se funda en el descontento colectivo y en la represión social.
REFORMAS DE CRINOLINA Y DEMOCRACIA DE CALIDAD:
En Zacatecas y en México se requiere la implementación de reformas políticas estructurales de fondo del poder público que favorezcan la consolidación de una democracia de calidad. Cerremos el paso a las reformas y a los cambios de crinolina.
El desaparecido y asesinado columnista Manuel Buendía acuñó el siglo pasado el concepto de cambios de “crinolina” para describir aquellas reformas que más parecían una estructura metálica para ampliar y proteger las faldas de las mujeres y no tocarles las piernas.
En ese sentido, las reformas políticas de crinolina son los supuestos cambios que las élites promueven para evitar que la sociedad en general no llegue a tocar los grandes privilegios de los grupos gobernantes. Pero sucede, que la mayoría de las ocasiones las reformas de crinolina son regresivas y tienden aumentar cada vez más los problemas y las tensiones sociales.
En Zacatecas como en México es menester, por lo tanto, promover las grandes reformas estructurales que se requieren para construir una democracia de calidad. Cancelemos los tiempos de las reformas políticas de crinolina, que en nada ayudan a resolver los problemas de la sociedad.