La habilidad de persuasión en el presente periodo político-electoral

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 lobosLic. Fátima Ibarra

 

En el presente periodo político electoral, en el que se renovará la legislatura local y las 58 alcaldías del Estado de Zacatecas, podemos apreciar en los medios de comunicación las propuestas y la plataforma electoral de los aspirantes, además de la organización de mítines, eventos públicos, comidas entre amigos, militantes y simpatizantes de partidos, intervenciones con sectores y organizaciones, bailes y en general  la propaganda utilizada.  Esto con el único objetivo de  que se les apoye durante campaña y precampaña y así obtener el triunfo.

 

Si bien todo requiere de esfuerzo y trabajo partidario y de estructuras, también son importantes ciertas habilidades de los aspirantes a un cargo de elección popular, una de ellas es el poder de persuasión, poder que de acuerdo a María del Carmen Madero, autora de la Persuasión El Poder Excepcional existe una delegada línea que separa la persuasión de la manipulación, y es que de acuerdo con la autora, ambos procesos pueden ser los mismos, “lo que hace la gran diferencia entre ellos es la intención y el resultado”.

 

La habilidad de persuadir permite al aspirante o político en ciernes, que el elector confíe en lo que se le dice, que escuchen al candidato,  que valoren su opinión y que acepten la ideología del instituto político al que pertenece y  es que para que esto suceda,  no sólo hay que tener ganas de ser diputado o alcalde; los ciudadanos deseamos personas honestas, confiables, responsables, trabajadoras, preparadas y con inmensas ganas de servirle a su pueblo.

 

Por ello la persuasión juega un papel muy importante, ya que es a través de técnicas bien aplicadas con las que se pueden lograr altos grados de empatía, influencia, carisma y confiabilidad, ya que su principal propósito según la autora es influir en la manera de pensar y actuar de los demás, en este caso del electorado, así como lograr su compromiso -dice- aceptación y confianza, pero sobre todo lograr que el resultado para los involucrados (candidato- elector), gane-gane.

 

Según Carmen Madero, establece que “La persuasión es el proceso mediante el cual es posible modificar actitudes, creencias, opiniones o comportamiento de una persona  o un grupo hacia determinado resultado y, lo más importante, es que consigue hacerlo de manera voluntaria”.

 

Y es que justo en este punto, a unos días de que concluyan las campañas electorales, el bombardeo de propaganda de los distintos partidos políticos se encuentran  por todos lados; PRI, PV, PAN-PRD PT, MC y Nueva Alianza intentan hacer llegar sus propuestas y compromisos a través de los distintos medios visuales y electrónicos; espectaculares, flayers, dípticos, trípticos, prensa escrita, spots de radio, televisión,  por mencionar algunos.

 

De igual forma, se ubica entre lo permisible a los mítines políticos, sin embargo, hay quienes aún no deciden por qué candidato o porque partido votarán, pero persiste la inquietud de ejercer su derecho al voto y deberán decidir a través de este periodo, cuál es la mejor alternativa para la representación de la legislatura local y los ayuntamientos en todo el estado, proceso que si bien es un ejercicio de la democracia actual, existe  también un hartazgo generalizado por las promesas incumplidas, y es aquí en que la persuasión juega un importante rol.

 

En ese sentido,  el ciudadano desea ser escuchado,  que el equipo de campaña y el propio candidato, realicen un buen diagnóstico basado en información pertinente, recolectada mediante encuestas cualitativas y cuantitativas, con conclusiones bien analizadas y actuales. Un estudio completo, actual y profesional es lo que determina una buena campaña, y es que hay que convencer, de acuerdo con la autora antes citada la persuasión y la manipulación persiguen objetivos distintos, opuestos, con la primera se busca el beneficio mutuo con resultados a largo plazo; en cambio, con la segunda sólo se pretender el beneficio propio, sus resultados son a corto plazo y genera sentimientos de frustración y resentimiento.

 

Por ello a persuasión en los mensajes políticos, lejos de fomentar la democracia, en el sentido que se hacen, enrarecen el clima electoral y en términos reales y sencillos engañan a la gente, invitándola a apoyar a un “actor” que no necesariamente tiene que ver con el político real, debajo de ese maquillaje con el que se presentan en entrevistas radiofónicas, televisión  o prensa escrita.

 

Por ello, también el análisis del elector  debe de ser profundo, ya que hay aspectos que  pueden pasar desapercibidos, y que pueden definir la balanza en las elecciones del primero de julio.

 

Figuras retóricas, el ser buen orador, el tono de voz y la calidad con la que se modulan las palabras son algunas de las habilidades adquiridas por los candidatos, además de desarrollar  destrezas propias de la persuasión masiva; reglas de oro que puede marcar la diferencia entre un discurso exitoso y uno más del montón.

 

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