Jacobo Cruz
Según la contabilidad que mantiene el destacado periodista, Joaquín López Dóriga a través de su programa en Radio Fórmula, al día de hoy 13 de febrero son 179,083 personas asesinadas de forma violenta; esta es una de las tragedias nacionales que formarán parte de la herencia que dejará el presidente de México, Andrés Manuel López Obrador a los mexicanos.
El otro legado muy nocivo para las clases trabajadoras, es la lucha contra el “intermediarismo”, enfocado a las organizaciones sociales, porque según su dicho, se robaban el dinero, que los apoyos no llegaban a los ciudadanos, es decir, que había corrupción. Así que el remedio según el mandatario, era terminar con los entes implicados, lo que incluyó tanto a los programas mediante los cuales se operaban las acciones institucionales, pero también los recursos destinados desde la Cámara de Diputados, poder encargado de etiquetar los recursos económicos a través del Presupuesto de Egresos de la Federación (PEF); y a las organizaciones gestoras que garantizaban la llegada de las acciones a pueblos y colonias de todo el territorio nacional para llevar bienestar a los ciudadanos de cada localidad.
Como se sabe, en el año 2018 había 150 programas sociales federales y de inmediato eliminó 18, contemplamos la desaparición del Fondo de Desastres Nacionales (Fonden), las Estancias Infantiles, el Instituto Nacional de Desarrollo Social (Indesol), entre muchos otros, a pesar de que el Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval), reconocía que 93 de ellos sí servían para reducir la pobreza.
Pero la decisión ya estaba tomada, los decretos se aplicaron, desaparecieron los programas sociales y por consiguiente pasó lo mismo con los recursos del PEF. ¿Y las organizaciones sociales? Muchas desaparecieron, entre ellas las que impulsaron al mandatario al poder, tal vez porque sí dependían del erario, pero no pasó lo mismo con el Movimiento Antorchista Nacional, lo que demuestra que la acusación de que todas eran corruptas estaba totalmente equivocada.
Nuestra organización social tiene vida propia, la fortaleza es por la independencia económica que tenemos, mediante el financiamiento que dan los modestos negocios que se han creado con mucho esfuerzo y sacrificio a lo largo de décadas de trabajo abnegado en materia financiera.
Y la independencia económica, nos permite desarrollar nuestra labor organizativa con independencia política. Nosotros no tenemos padrinos ricos que paguen nuestro activismo; tampoco hay instituciones partidarias, o de gobierno que nos entreguen dinero público. Por lo tanto, a pesar de las acusaciones infundadas desde la presidencia de México, podemos ver de frente a los mexicanos y decirles que la labor desempeñada ha generado bienestar a todos los ciudadanos, también para aquellos contaminados por el odio contagioso que aplica AMLO.
Sin embargo, por conveniencia, la mayoría de autoridades de los tres niveles de gobierno nos siguen atacando con calumnias y negando la solución a las demandas de nuestros representados desconociendo los derechos constitucionales que amparan la gestoría, la petición y la asociación con fines pacíficos.
Eso pasa a pesar de que se cumplen y justifican todas las obras públicas de infraestructura social básica, no se trata de cosas que signifiquen un lujo y desperdicio del recurso económico de todos, sino de simples ampliaciones de redes de drenaje, electrificaciones o de un tinaco y cemento para tapar los hoyos en las viviendas de las familias; pero los funcionarios se empeñan en que las políticas ya cambiaron y que no atienden a la gente de forma grupal, sino sólo de manera individual y más cosas más por el estilo.
Los políticos así no sirven al pueblo empobrecido, que ve como última salida acudir a su alcaldía para gestionar un apoyo social ante el incremento del precio de los productos básicos, o por la falta de medicinas en las clínicas públicas; y allí tienen a los funcionarios morenistas, despreciando y a veces corriendo a la gente de sus lujosas oficinas. Todo empeoró con la 4T y Morena.
Hoy, a 7 meses y 17 días para que termine el sexenio, los ciudadanos libres que coincidimos con la lucha e ideario del antorchismo nacional que está cumpliendo su 50 aniversario encabezando la lucha por la justicia social, nos declaramos enteros y claros de la justeza de nuestros ideales, y cualquiera que gane la elección que se llevará a efecto el día 2 de junio, nosotros seguiremos defendiendo el derecho de los mexicanos a estar organizados para gestionar lo necesario para asegurar el bienestar de su familiar y comunitario en Zacatecas.