La reciente visita de Angélica María a lo que queda de lo que un día fue el Festival Cultural de Zacatecas, me hizo recordar que en el librero estaba esperándome, desde hace ya algún tiempo, una novela de Luis Zapata comprada en un bazar de reconocido mercado sabatino, nada más y nada menos que titulado La hermana secreta de Angélica María (Cal y Arena 1993).
Y es que al escuchar en los resúmenes de noticias las canciones que la “La novia de México” interpretó en la Plaza de Armas y conocer la mayoría de la programación del festival, concluí que se sigue atrapado en el pasado. Así es que para estar ambientando decidí abrir las páginas del maestro Zapata para adentrarme en ese mundo de los años sesenta cuando la juventud, según los bodrios juveniles del cine mexicano, era como vivir en un cuento de hadas.
La hermana secreta de Angélica María es una sátira de ese México de los años sesenta que nos mostró el cine de la debacle. De jóvenes encopetados con chamarra de cuero en motocicletas, de guitarras y rock n´roll, de mujeres en minifaldas y amores inocentes, de cine, radio, discos, televisión, de juventud reventada que se divertía al máximo comiendo un helado.
La novela cuenta la historia de Alba María, una joven decente que emigra de provincia a la capital para hacer su sueño realidad, ser una reconocida baladista. Con tan sólo dos canciones: “No seas tonto, no” y “Baila, nene”, Alba María pasa a formar parte de una comitiva de espectáculos que gira por varios estados de la república donde alternará con actrices en retiro, cantantes de rancheros e incipientes grupos de rock n´roll. Alba María tiene un rasgo interesante: su parecido con Angélica María es asombroso.
Pero también está Álvaro, un joven, también de provincia, enamorado completamente de Angélica María. Se sabe de memoria todas sus canciones y conoce a la perfección cada una de las películas interpretadas por “la Novia de México”. Se cartea con ella y huye al cine a escondidas de la abuelita a ver películas que pueden afectar su moral. Álvaro tiene un enorme secreto, algo que provoca que sus compañeros de escuela se burlen de él, que lo aterra y que le traerá un giro radical a su vida, que lo hará coincidir con Alba María.
La vida de ellos, Alba María y Álvaro estará unida entonces por un secreto muy grande. Un misterio que con tal de defenderlo son capaces de asesinar.
Como lo he comentado, La hermana secreta de Angélica María es una novela paródica de la educación sentimental imperante en la década de los sesenta en México. En un fragmento de la novela, una veterana actriz le aconseja a la novata Alba María:
“Ah, pues sí: te decía que para mí los hombres han sido lo más importante de mi vida…después del cine, claro. Han sido mi fuente de inspiración, el motor de mi existencia, la dulzura de mis noches y la alegría de mis mañanas. Yo soy de un temperamento muy…ay, cómo te diré…fogoso: la sangre me hierve. Siempre necesito tener un a hombre conmigo.”
Luis Zapata recupera en su novela las atmósferas que pulularon en la década de los sesenta en la ciudad de México. Las pautas de conducta que estableció la industria de la juventud a través de la música, la radio y el cine. Con su parodia, Zapata le imprime una dosis de pesadilla a ese sueño romántico que fue la rebeldía de la juventud y nos dice que “la vida es pocas veces una superproducción. La mayor parte del tiempo no deja de transcurrir dentro de los modestos márgenes de una película de serie B.”
Divertida para leerse en el mismo tiempo que dura un disco de Angélica María.