- La influencia de Ernesto Zedillo y Vicente Fox en la historia de la izquierda zacatecana.
- El salto y la fuga de las tribus de la izquierda de su eje ideológico, hacia otros Partidos.
- Una izquierda sin ética ni moral, de pragmática naturaleza, no sirve a la sociedad zacatecana.
Ante los desafíos que impone la disputa por la sucesión gubernamental 2016, la(s) izquierda(s) en Zacatecas se encuentran en un dilema y en una encrucijada, que podría derivar en uno de dos escenarios: su balcanización y división que se profundizaría por la negociación pragmática de los puestos por el poder público y su recomposición ética e ideológica para constituirse en un polo alternativo para la ciudadanía. ¿Existen realmente las condiciones para que nuestro Estado sea un laboratorio de prácticas democráticas de las llamadas “fuerzas progresistas”? Empíricamente es improbable, en estos momentos.
Para que la (s) izquierda (s) en la entidad se constituyan en una fuerza alternativa de atracción del voto ciudadano en el 2016 se requiere, más que de la suma matemática de todas las franquicias partidarias representativas de este espectro ideológico, de una transformación moral y ética de su oferta política que concite la confianza del pueblo zacatecano. La sola dimensión cuantitativa, no les alcanzaría.
Considerando los resultados de las pasados recientes comicios, los llamados partidos de izquierda en Zacatecas (acumulando el 13, 76% del PRD, 12,76% del PT, 7.10% de Morena Y 1.39% de Movimiento Ciudadano) integrarían posiblemente un núcleo electoral del 34.99 de los votos ciudadanos, contra más de un 40 por ciento de los sufragios conquistados por el PRI y sus aliados. Pero hay que tomar en cuenta otra realidad inobjetable: en política las sumas en ocasiones restan.
Cuando las izquierdas han sido electoralmente competitivas en la historia de Zacatecas, eso ha obedecido también a otros factores super/estructurales relacionados con la dinámica y el comportamiento de las fuerzas del poder público nacional. Y en este contexto destaca el rol que pueda desempeñar o no el interés estratégico de la figura del presidente de la república en turno.
De esa manera, el triunfo de la llamada izquierda en Zacatecas en 1998 estuvo coronada, además por la fuerza del voto ciudadano, también por el aval de la alianza histórica incuestionable entre Ernesto Zedillo y Andrés Manuel López Obrador; En el 2004 el PRD propuso, pero Vicente Fox dispuso con todo el peso del poder público para que triunfara la línea de la continuidad con la alternancia de familia y de grupo. En el 2010, la narrativa no es diferente: ante la pretendida imposición localista, se gestó el pacto de la ruptura y la decisión de las fuerzas centralistas, con todo el apoyo económico, en logística y estructura.
La izquierda en Zacatecas, por eso, para significarse como alternativa concreta para los ciudadanos en el 2016 requiere no sólo de la suma matemática de sus corrientes, expresiones, tribus y mafias. Necesita asimismo actualizar, redefinir y replantear su oferta electoral de cara a la gente. Es imprescindible la presencia de una figura carismática. Pero aunado a todo eso, deberá concitar el aval <sustentado en un gran consenso> con las correspondientes fuerzas políticas nacionales que habrán de ser decisivas en este proceso de sucesión. ¿Qué personaje en nuestro Estado cuenta con capacidad para lograr el milagro?¿Bastarán las relaciones de familia, de mafia y de tribu, para concretar este fin?
LA IZQUIERDA EN ZACATECAS: ¿DÓNDE SE LOCALIZAN LAS FUERZAS PROGRESISTAS EN LA ENTIDAD?
Alejandro Encinas visitó Zacatecas y en conferencia ante representantes de diversas corrientes ideológicas de las llamadas “progresistas”, convocó a integrar un amplio frente de izquierda para competir en los comicios del 2016. De entrada, la propuesta a simple vista parece bien. Sin embargo no es así, porque los hechos de la realidad en la entidad la desnudan y cuestionan. ¿Un bloque a favor de quién y para qué?
¿A cuál izquierda exhortó Alejandro Encinas? ¿A la reformista, a la moderada, a la revolucionaria, a la anarquista, a la nacionalista, a la comunista, a la burocrática, a la pragmática, a la corrupta o a la izquierda académica que ha hecho del simulado discurso “progresista” un modus operandi, aunque en la práctica se actué con esquemas retardatarios y anacrónicos?
Sabrá Alejandro Encinas –seguramente sí-, que cuando la denominada izquierda ha tenido el poder en la entidad, lo menos que ha hecho es renegar de sus principios éticos y morales, sucumbir ante los dilemas mezquinos del poder y caer en las visiones más pragmáticas de la política, como aquellas formuladas en el terreno del cinismo, altamente cuestionadas por Dennis Jeambar e Ives Roucaute, en su libro “Elogio de la Traición”, obra que sepultó en el bote de la basura de la historia la propuesta de La Tercera Vía, de Anthony Giddenns.
Igualmente este legislador desconoce, que en muy breve tiempo, algunas tribus, corrientes y mafias de la llamada izquierda zacatecana estarán saltando desesperadamente para vincularse públicamente con los candidatos de otros Partidos, que según sus representantes son los que hoy en día cuentan con las mayores posibilidades de llegar a conquistar la gubernatura del Estado. Este espectáculo político y mediático está a punto de suceder.
Más allá de eso, es innegable que existen figuras representativas de la izquierda zacatecana congruentes y rentables. El más connotado del pasado proceso comicial lo fue el profesor José Luis Figueroa, quien planteó una digna lucha electoral, sin cuyos votos arrastrados por el egresado de la escuela Normal de San Marcos, el Movimiento de Regeneración Nacional (MORENA) hubiera tenido sólo una presencia anecdótica y testimonial.
Además de los ahora visibles aspirantes de la izquierda a la gubernatura, es qué pudieran sumarse algunos desertores incomprendidos por el PRI o el PAN a las filas de a los institutos políticos de línea “progresista”. O tal vez será que pudiera prosperar una probable coalición entre derecha e izquierda. Nada es descartable. El tiempo está encima y en un breve lapso lo sabremos.
LOS EQUILIBRIOS DEMOCRÁTICOS DEL PODER Y LA IZQUIERDA EN ZACATECAS.
Frente a los desafíos que plantea la sucesión gubernamental Zacatecas 2016, nadie por sensato que sea puede negar la exigencia que la sociedad tiene de contar con una izquierda moderna, fuerte, madura, racional y civilizada, no corrupta, pragmática ni cínica. Lo equilibrios democráticos lo reclaman.
Los rezagos ancestrales, la marginación y la profunda desigualdad social que padece la sociedad zacatecana demandan de una izquierda sensible y conscientemente responsable de su papel histórico en el cambio que el Estado requiere, que no se pierda en la mezquindad del poder y sea sólo un vehículo inmoral para fabricar a los nuevos ricos de Zacatecas.
Que la izquierda avance: ¿Pero cuál de todas las izquierdas?