El significado de las celebraciones del centenario de La Toma de Zacatecas.
- El Ejército y el Presidente Peña Nieto, le dan relevancia al acontecimiento.
- El rol de los políticos para superar la herencia pesimista de la historia.
MANUEL IBARRA SANTOS
En un clima de fiesta cívica, de disciplina militar y de protestas ciudadanas, todas verificadas en un mismo contexto social, se realizaron, los eventos conmemorativos del centenario de La Toma de Zacatecas, batalla épica que en 1914 cambió el destino político de la Nación, pero que dejó una profunda herida y una fractura traumática en la modernización del rostro de nuestro Estado, con secuelas de sufrimiento, emigración y pobreza, todavía no superadas. La violencia de hace un siglo fue devastadora. Esta visión no puede olvidarse, para que no se repita.
La histórica y heroica batalla de Zacatecas fue, nadie lo cuestiona ni lo pone en duda, la culminación de una cadena de violentos acontecimientos de esa época, que cerró un ciclo triunfal para el movimiento constitucionalista de la Revolución de 1910, que contribuyó a eliminar la tentación totalitaria de la dictadura de Victoriano Huerta y que cimentó, además, los pilares de la democracia del México contemporáneo.
Esos merecimientos no se pueden regatear. Pero también cierto es que ninguna sociedad puede sobrevivir siempre alimentada sólo de la nostalgia del pasado si sus glorias no las transforma, por incapacidad, en valores para erigir un mejor futuro. Esa es la lección que las nuevas generaciones deben asumir, para evitar que la historia sea convertida en una herramienta de manipulación ideológica.
En las celebraciones del centenario de tan importante fecha cívica destacan la presencia del Ejército Mexicano y la del presidente Enrique Peña Nieto, quienes con su asistencia le dieron relevancia, trascendencia y significado histórico al evento.
La movilización de tropa, equipo y aeronaves del Ejército Mexicano fue la esencia de la columna de las acciones que dio vistosa solemnidad y cívica religiosidad a las celebraciones. Lo menos que podemos hacer es profesar agradecimiento al Instituto Armando por su apoyo y también por su lucha franca y decidida, emprendida en contra de los grupos del crimen organizado, que han azolando al territorio zacatecano y que para fortuna de todos se han visto disminuidos.
HISTORIA, ESPEJO DEL PASADO, BRÚJULA DEL FUTURO:
Los estudiosos y especialistas (como el historiador francés Jaques Revel), han afirmado con fuerza que la historia como disciplina debe ser, sí, “un diálogo entre pasado y presente, pero también un compromiso con la comprensión y definición de metas alcanzables de futuro”. Sólo así puede tiene valor la teoría de la historia.
De esa manera, la interpretación de los acontecimientos del pasado (lo dijo el pensador inglés Eric Hobsbawm), es una función científica del historiador, pero su proyección para alcanzar metas de futuro es responsabilidad del experto prospectivista, del hombre de Estado, del político con visión y del reformador social.
La evocación en la historia de La Toma de Zacatecas, por tanto, deberá servir al menos para una cosa, que es la de revisar y analizar para ver cómo se salta la trampa que la violencia revolucionaria dejó al proceso de modernización y a la parálisis que por años heredó a la evolución económica, política y social de la entidad. Si no ayuda a eso, entonces para nada sirve el conocimiento de la historia.
LOS GOBIERNOS DEL ESTADO A PARTIR DE 1914.
La historia de Zacatecas a partir de 1914 a la fecha, registra 251 periodos de gobiernos diversos, organizados en dos etapas: la de los caudillos y la etapa institucionalizada de la política.
El periodo de los caudillos y caciques revolucionarios que transcurre de 1914 a 1944, se caracterizó por una fuerte inestabilidad e incertidumbre de 30 años de vida política, lapso en el que transcurrieron 238 gobiernos distintos, algunos de ellos efímeros, que duraron días o bien otros unas cuantas horas. Los hombres más hegemónicos en ese lapso de tiempo fueron los caudillos Félix Bañuelos (quien encabezó más de 30 periodos de gobierno), Antonio Ramírez (17), Matías Ramos Santos (16), Pánfilo Natera (13), Jesús Escobar (13), Donato Moreno (8), Enrique Estrada (7), entre otros.
La fase institucionalizada de vida política en Zacatecas se da a partir de 1944 a la fecha, e inicia con la inauguración de los gobiernos sexenales con Leobardo Reynoso y se prolonga hasta con Miguel Alonso Reyes, en la actualidad. En total se contabilizan en esta fase trece (13) administraciones estatales.
EL VALOR DE LA HISTORIA Y LA TOMA DE ZACATECAS.
Por lo menos dos misiones tiene el conocimiento de la historia: a).-ser espejo que ayude a escudriñar el pasado; y b).-constituirse en brújula que oriente la construcción de metas alcanzables del futuro. El peor de los males es caer en la trivialización de los hechos de la historia.