La mpox, anteriormente conocida como viruela del mono, es una enfermedad viral que se propaga principalmente a través del contacto cercano y materiales contaminados, como sábanas y agujas, según la Organización Mundial de la Salud (OMS). Los síntomas incluyen fiebre, sarpullido doloroso, dolor de cabeza, muscular y de espalda, ganglios linfáticos agrandados y poca energía. Aunque históricamente la mpox se había detectado principalmente en África central y occidental, la enfermedad comenzó a extenderse a Europa y Norteamérica en 2022, llevando a la OMS a declarar una emergencia sanitaria global en julio de ese año. Esta declaración fue levantada en mayo de 2023, gracias a los esfuerzos de contención.

La mpox se clasifica en dos clados genéticos, I y II, con el clado Ib siendo más transmisible y causando enfermedades más graves. Los funcionarios de la OMS han señalado que la contención del virus puede lograrse «de manera bastante sencilla» si se implementan las medidas correctas a tiempo, y han subrayado la necesidad de cooperación internacional para financiar y coordinar los esfuerzos necesarios para combatir el brote.

Para enfrentar la amenaza, la OMS aprobó el proceso de Listado de Uso de Emergencia para vacunas contra la mpox y desarrolló un plan regional de respuesta con un costo estimado de 15 millones de dólares. Hasta la fecha, se han liberado 1,45 millones de dólares del Fondo de Contingencia para Emergencias de la OMS para apoyar estos esfuerzos. La comunidad internacional debe colaborar en la financiación y ejecución de estas medidas para garantizar una respuesta eficaz y rápida.

Este avance subraya la importancia de una acción coordinada y oportuna para controlar y eventualmente erradicar la mpox, previniendo futuros brotes y protegiendo la salud global.