LA PEQUEÑA GRAN HISTORIA DE LA FOTOGRAFÍA DE WALTER BENJAMIN

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neriAlejandro Ortega Neri

Jamás un libro tan breve me había costado tanto tiempo. Desde hace meses a la fecha, la lectura de libros fuera de los programas escolares es ya más una añoranza que un hecho. Sin embargo, a veces me le escapo a la rutina académica y le echo un vistazo a lo que hay por ahí en bibliotecas, librerías o bien, formados en el librero de casa a la espera de su turno.

En estos días cayó en mis manos, o más bien, encontré entre los estantes empolvados de una biblioteca, la Breve historia de la fotografía (Casimiro 2011) del filósofo y crítico de arte alemán Walter Benjamin.

 

El librito apenas cuenta con casi 50 páginas en las que Benjamin dedica a relatar la historia de la fotografía, la cual divide en tres partes muy apenas perceptibles. La primera de ellas versa sobre el inicio de este artilugio, es decir, desde la colaboración entre Louis Daguerre y Nicephore Niepce, en la creación de la fotografía y la patente del Estado francés para regalársela al mundo, hasta la percepción de este nuevo invento en los círculos de la sociedad europea.

 

La segunda parte aborda la aceptación de la misma y el comienzo de su práctica, el abandono de pintores de su arte para pasarse al de la fotografía, y sobre todo, la actividad del retrato y la proliferación de los mismos para llenar los álbumes de familia.

 

Finalmente, Benjamín entra al terreno que quizá le interesa más, el teórico, donde discute el valor del arte de la fotografía, a la que, hasta la fecha, no se le reconoce oficialmente como tal, sin embargo el alemán nos conmina a ver mejor el “arte como fotografía”.

 

La importancia de este ensayo reside en que Walter Benjamin, a casi cien años de haberse inventado la fotografía (1839) volteó, dentro del panorama que abarcaban sus estudios, hacia el arte de reproducir imágenes a través de la luz y los aluros de plata. Por lo que este librito, escrito en 1931 representa un primer intento de comprender el alcance social, la dimensión estética y la importancia de esta invención.

 

Es decir, si a los franceses les debemos la fotografía, a los alemanes, en voz de Benjamin, les debemos el estudio de la práctica de esta y las imágenes rebeladas en papel sensible.

 

A pesar de que Walter Benjamin comete algunos errores de precisión histórica, que de acuerdo al formato del texto se infiere que echó mano de la memoria y no tanto del documento, el libro es una grandísima breve historia de la fotografía, porque en sólo medio centenar de páginas Benjamin vierte un sinfín de datos pero allende a eso, reflexiones profundas sobre el rol de la fotografía en ese primer siglo de vida.

Benjamin discute en su texto con críticos de arte, con periodistas y con fotógrafos mismos. Recuerda al también teutón Alfred Lichtwark, historiador del arte quien señaló en 1876 que “Hoy en día ninguna obra de arte es contemplada con tanta atención como la propia fotografía, la de los parientes y amigos más próximos, la de la mujer amada”, en lo que Benjamin notaba un desplazo del análisis desde el ámbito de las distinciones estéticas al de las funciones sociales.

 

Igualmente echa mano de la ilustre frase del fotógrafo húngaro Lazlo Moholy Nagy quien advertía que “el analfabeto del futuro no será quien desconozca la escritura, sino quien desconozca la fotografía”, a lo que Benjamin preguntaba ¿pero no es más analfabeto el fotógrafo que no sabe leer sus propias imágenes?

 

Como menciono, a pesar de su brevedad, el texto es ruiquísimo en información y en reflexiones que giran en torno a la fotografía, de ahí que tan sólo 50  páginas me hayan costado tanto tiempo. Pero también es rico porque Benjamin se ocupa  más que del  análisis artístico de la foto, en lo dimensiona de su función social. Es ahí donde creo que aún existen muchos huecos, y en México el análisis de la fotografía en este sentido aún está en pañales, salvo lo escrito por Carlos Monsiváis.

 

Lamentablemente Walter Benjamin, de descendencia judía, se suicidó en Francia tras la invasión Nazi en la Segunda Guerra Mundial por temor de que fuera entregado al ejército alemán. Dejó un gran legado teórico en diferentes tópicos, y quizá si hubiera vivido años más, hubiera sido testigo de la proliferación de la fotografía y su obra haya pasado de ser una breve historia a una gran historia.

 

Aun así nos legó este breve ensayo que es ya uno de los imprescindibles para todo aquel interesando en el arte de contener el instante y la luz.

Categoría: Imprescindible para críticos de arte y fotógrafos.

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