Por Manuel Ibarra Santos

La inseguridad y la delincuencia se han convertido en los principales problemas que hoy aquejan a la ciudadanía y después se localizan la falta de empleo decente y la corrupción política, ésta última catalogada como la madre de todos los males que afectan a la sociedad mexicana.

Para desgracia nuestra, Zacatecas se ubica como una de las entidades de la República con mayor percepción de inseguridad ciudadana.

Los delitos más frecuentes en el Estado de Zacatecas, según datos oficiales aportados por el INEGI, son la extorsión, el robo parcial de vehículos y las amenazas sobre todo las de tipo verbal.

El costo de los delitos anuales en México, de acuerdo a la misma fuente, asciende a 236 mil millones de pesos, que representan el 1.25 por ciento del producto interno bruto nacional, lo que equivale a 5 mil 900 pesos, por cada persona afectada por la inseguridad y el delito.

Uno de los mayores retos que tenemos en Zacatecas es superar la percepción de inseguridad, debido a que upamos uno de los primerísimos lugares, sólo después de Guerrero, Veracruz y Tamaulipas.

El 82.5 por ciento de los zacatecanos dicen sentirse inseguros en el lugar donde radican, en tanto que en Guerrero es del 84, en Veracruz del 85 y en Tamaulipas del 86 por ciento.

El otro dato que nos reprueba, tiene que ver con los indicadores de impunidad. A nivel nacional, la cifra negra del delito es del 93.7 por ciento, lo que significa que en el país solamente se denuncian y castigan 6.3 delitos de cada 100 que se cometen.

En Zacatecas estos datos son superiores al promedio nacional, en razón a que la cifra negra del delito es del 94.5%. Somos campeones en impunidad.

Los efectos del delito y de la violencia criminal son muy perniciosos: no solamente inciden en la descomposición del tejido social, pervierten los procesos económicos, sino que degeneran también los valores de la convivencia razonable y civilizada de la sociedad.

EL PROGRAMA DE PREVENCIÓN DEL DELITO Y AGARRAR EL TORO POR LOS CUERNOS

El gobierno de Alejandro Tello tomó la importante decisión de “agarrar el toro por los cuernos” y anunció la puesta en marcha del Programa Estatal de Prevención Social del Delito y de la Delincuencia. La participación social será fundamental para su éxito.

Dicha iniciativa estratégica oficial descansa en un enfoque de la seguridad ciudadana, el cual privilegia la participación de la sociedad en la construcción de ambientes seguros, a través de la prevención, además de atender la seguridad como un derecho humano fundamental.

El lanzamiento del Programa Estatal de Prevención Social de la Violencia, se ha fijado entre otros, el logro de los siguientes objetivos:

Reducir la vulnerabilidad social ante la violencia y la delincuencia; generar entornos que favorezcan la convivencia y la seguridad ciudadana; incrementar la corresponsabilidad de los actores sociales en la prevención; fortalecer las capacidades institucionales para la seguridad ciudadana; y garantizar la concertación de acciones entre los diferentes niveles de gobierno, para evitar la duplicidad.

LA PREVENCIÓN DEL DELITO Y EL VALOR DE LA EDUCACIÓN Y LA CULTURA

Hace 188 años el prócer zacatecano Francisco García Salinas, siendo gobernador de la entidad afirmó que la educación ha resultado siempre ser el antídoto más efectivo en contra de la violencia y la inestabilidad social.

Como antaño, se puede asegurar en la actualidad que la promoción de la educación, el arte, la cultura y la ciencia, son los componentes más importantes para enfrentar la violencia social. Y en esta tarea no bastan las acciones de corte policiaco.