Por: Manuel Narváez Narváez
Email: mnarvaez2008@hotmail.com
Por la víspera se saca el día, la historia política de Chihuahua para el 2021 es impredecible.
A unos días de las elecciones locales en Quintana Roo, Puebla, Tamaulipas, Aguascalientes, Durango y Baja California, los resultados contrastan, en los números, con los acontecido apenas en la presidencial del 2018.
Como ya se esperaba, MORENA cumplió con los pronósticos de arrebatar dos gubernaturas al PAN. La primera reconocida en su historia, Baja California, ha sido ganada por el partido del presidente de México, 2 a 1. Triunfo claro e inobjetable, pero con el respaldo del 29.90% de participación ciudadana.
La otra entidad que perdieron los panistas frente a los morenos es Puebla. Tras la trágica muerte del matrimonio Moreno Valle-Alonso, que dominó por 9 años los destinos políticos de una de las entidades con mayores rezagos sociales, pero con uno de los padrones electorales más robustos.
Ahí, el candidato Miguel Barbosa que repetía después de perder la contienda (2018) plagada de sospechas ante Martha Erika, esposa del exgobernador Rafael Moreno Valle, finalmente obtuvo una victoria cómoda, en la que participó apenas el 33.41 de los registrados en el padrón nominal.
En quintana Roo, donde se llevaron a cabo elecciones para renovar el congreso estatal, MORENA también hizo válido los pronósticos. Con una participación de apenas del 20% del padrón electoral, la entidad gobernada por el PAN cedió 12 de los 15 distritos locales en disputa, apenas si alcanzó la victoria en 3. El PRI en uno y los morenos en 11.
En las otras tres entidades donde se celebraron comicios el pasado 2 de junio, MORENA fue borrado prácticamente del mapa. En Aguascalientes, Tamaulipas y Durango, el PAN y sus aliados brindaron soberana desconocida en las urnas a los candidatos de la 4T.
Con escasa votación en las urnas el panismo retuvo abrumadoramente el control del congreso tamaulipeco, el 85% de la población hidrocálida y las principales ciudades, incluida la capital, en la tierra de los alacranes (en el buen sentido).
Estas elecciones de mediana importancia por el tamaño de los padrones electorales locales, salvo Puebla, resalta el desinterés ciudadano para acudir a las urnas, verbigracia del bajo optimismo ante el rumbo que está tomando la gestión de Andrés Manuel López Obrador y la poca o nula confianza que generan los candidatos de MORENA.
Para remachar: “El partido del presidente fue el que más base electoral perdió en los procesos que se llevaron a cabo el pasado domingo 2 de junio, pues perdió el 65 por ciento de los votos que obtuvo apenas el año pasado, acusó el consejero nacional de ese partido, Alejandro Rojas Díaz Durán”. Casi tres millones de sufragios se le esfumaron a la 4T en tan solo un año.
Estos datos fríos y el reconocimiento de la estrepitosa pérdida de votos a doce meses de la victoria histórica y seis meses de (a)sumir el poder, me hace pensar que la elección de Chihuahua en el 2021, donde se elegirá al sucesor de Javier Corral (urge), y se renovarán alcaldías y congreso, es de pronósticos reservados.
Sin lugar a dudas, el desgaste prematuro del presidente López Obrador será un factor a considerar para entonces. Además, ya tendremos cifras claras sobre la marcha de la economía y resultados de la estrategia contra la inseguridad.
No hay que perder de vista, tampoco, la diferencia de votos obtenidos por AMLO como candidato presidencial en Chihuahua y los candidatos al senado. En 2018 el ahora mandatario federal obtuvo 436,513 sufragios, 68,851 más de los obtenidos por la fórmula de MORENA al senado, la que alcanzó 367,668 votos. Por su parte, el PAN consiguió 311,217, 56,451 sufragios menos que sus pares morenos.
Considerando las características socio-económicas de la entidad y el perfil político de los chihuahuenses, la elección del 2021 no proyecta una tendencia clara. Pese al lastre que Corral Jurado le representa al PAN y la eventual imposición de AMLO en la boleta electoral con el pretexto de la revocación de mandato, el elector norteño es más avezado de lo que se imaginan los políticos, por lo que los candidatos pasarán por una criba bastante fina.
P.D. La buena noticia es que las parias partidistas de PRD, PT y PVEM perdieron sus respectivos registros en Tamaulipas, al no alcanzar siquiera el 2% de la votación. Felicidades a esos ciudadanos ejemplares que se atrevieron a sacudírselos.