El triunfo abrumador a la presidencia de la república de Andrés Manuel López Obrador con el 53% de los votos, en una especie de revolución de terciopelo, pone fin a una etapa y comienza una era política nueva en la vida del país. La recomposición de las elites en México y Zacatecas, no sólo es un hecho inexorable, sino que se requiere algo más: La refundación de la república.
Andrés Manuel López Obrador se convertirá, así, en el presidente número 67 en la historia de México, quien han ofrecido encabezar la cuarta transformación de la nación y para cumplir dicho objetivo, lo primero que tendrá que hacer es sentar los cimientos de un nuevo régimen político.
Igual se ha comprometido acabar con los males modernos que aquejan la salud social de México, entre ellos la corrupción, la inseguridad pública, la violencia y la pobreza social. Y para eso se requerirá más que de voluntarismo personalista, de la estructura y andamiaje de un nuevo régimen democrático. ¿Cuál será ese? ¿Parlamentarismo y/o semi/parlamentarismo? El tiempo lo dirá, si es que hay cambios políticos de fondo.
Y en esta tarea jugará una función determinante y esencial el Congreso de la Unión, a través de sus dos Cámaras Legislativas. Pero no solamente eso. Los gobernadores de las entidades desempeñarán un rol crucial para mantener el principio de gobernabilidad.
Y en Zacatecas, Alejandro Tello hizo su parte, al cumplir con su misión. No tiene sustento el argumento de que él pierde. Al contrario, sale fortalecido, al auspiciar en la entidad un escenario de fuerte pluralidad.
Lo que es cierto, es que el triunfo de Andrés Manuel López Obrador responde a una construcción ciudadana, en donde estuvo de por medio el trabajo de una inteligencia plural que actuó con una impresionante visión de planeación estratégica anticipatoria desde hace 2 años atrás. En política nada es por generación espontánea.
DERECHA E IZQUIERDA EN MÉXICO Y ZACATECAS:
Durante poco más de tres décadas ha gobernado la república una coalición de centro / derecha, la que ha favorecido los indicadores macroeconómicos de los mercados, pero que con frecuencia ha frenado el avance democrático, la lucha contra la pobreza y la corrupción.
Ha llegado al poder, en la tercera alternancia, gestada en menos de 20 años, una coalición de izquierda, encabezada por Andrés Manuel López Obrador. El mensaje del voto del domingo pasado es claro: la sociedad demanda cambios.
Una primera consecuencia que tenemos, en el corto plazo, es la recomposición de las élites políticas en México. Y Zacatecas no es la excepción. Pero esto no es suficiente. El reclamo está en avanzar en la constitución de un régimen democrático nuevo, con equilibrios y contrapesos que eliminen los nichos que favorezcan la corrupción y la impunidad. Si no se concreta esto, existe un riesgo de que esta transición fracase.
LAS ÉLITES EN ZACATECAS Y EL GOBIERNO DE TELLO.
La elección concurrente del pasado primero de julio en Zacatecas ha generado una recomposición de las fuerzas políticas y el gobierno de Alejandro Tello tendrá de trabajar en la segunda parte de su administración en un contexto de profunda pluralidad. No se pierde y se gana en cultura democrática.
Existe otro fenómeno en Zacatecas. En una especie de selección natural darwiniana, las figuras políticas locales dominantes hasta antes de los comicios, perdieron fuerza y pudieran emerger cuadros reciclados y renovados.
Alejandro Tello adquirió, por su parte, un bono democrático excepcional, que tendrá que aprovechar para apuntalar la gobernabilidad de su administración.
Por lo pronto, AMLO tiene desafíos excepcionales.