Por Guillermo Guerrero
Ya tiene tiempo que no se habla de la Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural (SADER), esta fue otra institución que con la llegada de la cuarta transformación también se le cambió el nombre, -práctica que es común en el estado mexicano- indicando con ello que mejorarían los mecanismos para alcanzar el objetivo de que los productores a baja escala pudieran acceder a los programas oficiales de apoyo al campo, pero en la práctica sucede lo contrario.
En la realidad se les nota desinteresados, se han replegado, como escondido de los campesinos, esto sea tal vez porque no tengan suficientes recursos debidos a los recortes presupuestales de hasta un 40 % de los montos que existían para la asistencia técnica y para la entrega de apoyos en especie de acuerdo a la visión del presidente de México y que aplicó a todas las secretarías a nivel nacional.
Si nos remitimos a su portal de internet, se informa que la SADER es una dependencia del Ejecutivo Federal que tiene entre sus objetivos propiciar el ejercicio de una política de apoyo que permita producir mejor, así como aprovechar las ventajas comparativas del sector agropecuario, integrar las actividades del medio rural a las cadenas productivas del resto de la economía, y estimular la colaboración de las organizaciones de productores con programas y proyectos propios, así como las metas y objetivos propuestos, para el sector agropecuario en el Plan Nacional de Desarrollo.
Y enumera sus 5 metas que se sintetizan en:
1. Elevar el nivel de desarrollo humano y patrimonial de los mexicanos que viven en zonas rurales.
2. Abastecer el mercado interno con alimentos de calidad, sanos y accesibles provenientes de nuestros campos.
3. Mejorar los ingresos de los productores incrementando nuestra presencia en los mercados globales, promoviendo los procesos de agregación de valor y la producción de energéticos.
4. Revertir el deterioro de los ecosistemas, a través de acciones para preservar el agua, el suelo y la biodiversidad.
5. Conducir el desarrollo armónico del medio rural mediante acciones concertadas, tomando acuerdos con todos los actores de la sociedad rural, además de promover acciones que propicien la certidumbre legal en el medio rural.
Con lo arriba descrito se dice y contesta al mismo tiempo en los términos correctos a una problemática inocultable, de lograr estas metas se disminuirían las desigualdades en nuestra sociedad y por ende a los campesinos, ello implica dar las condiciones mínimas para que garantice elevar la producción, ayudarle con proyectos que agreguen valor a los productos, tenderle la mano con insumos y brindar facilidades para la compra de maquinaria a precios accesibles.
Han pasado 3 años de la transformación, es tiempo suficiente para evaluar si una dependencia está cumpliendo con los propósitos para lo que fue creada, que en este caso es medir si realmente representa un apoyo para los productores a nivel de subsistencia, que es a quienes se pretende lleguen las acciones que implican recursos tanto económicos como técnicos a fin de lograr la independencia alimentaria.
Afortunadamente el Delegado en Zacatecas, el Ing. José María Llamas Caballero, escuchó nuestros planteamientos referentes a las necesidades del campesinado que represento, dice coincidir que sería de mucha ayuda implementar paquetes tecnológicos con motivo del buen temporal para elevar la cosecha de maíz y frijol que son los mayores productos del campo zacatecano, repercutiendo entonces positivamente en el ingreso económico de las familias.
Por eso me parece acertada su propuesta de la implementación de la ventanilla itinerante para conocer de viva voz la necesidad del productor, así como informar de todos los programas existentes, al mismo tiempo que se le brinde asesoría para acceder a las acciones oficiales de apoyo al área agroalimentaria.
Estoy seguro que de materializar las propuestas de Llamas Caballero en cualquier municipio o población que se emprendan, se lograrían amplias simpatías y respaldo por parte de la población beneficiada donde urge se apliquen los recursos generados por todos los mexicanos.
Ha llegado la hora de que se realicen las ventanillas ofrecidas y se den los frutos de las políticas diseñadas por la Secretaría de Agricultura de Zacatecas, de no ser así, crecerá el descontento y más pronto que tarde cobrarán factura a los que prometieron la transformación a través de bajar el precio del diésel, la gasolina o de la electricidad, además de poner en práctica los precios de garantía, de otorgar créditos blandos para la adquisición de tractores e implementos agrícolas.
Todo eso y más están esperando los campesinos del municipio de Fresnillo, Valparaíso, Cañitas de Felipe Pescador, Saín Alto, Río Grande y Sombrerete, por eso hago votos porque ahora que arribe Morena al gobierno de la entidad se tenga una mejor coordinación con la SADER, dado que ambas estarían manejadas con la política de la transformación y finalmente lleguen acciones efectivas al campo zacatecano.
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