LA SOCIEDAD DOLIDA Y ELECCIONES 2018

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Por Manuel Ibarra Santos

De cara a las elecciones del mes de julio, más que un análisis socio-político y económico, lo que se requiere hacer es un profundo estudio médico/clínico, psicológico y psiquiátrico ante las dolencias, males y enfermedades traumáticas que padece el cuerpo de la Nación y sus instituciones públicas, hecho que nos ha conducido al límite del precipicio.

En la ruta de los comicios del presente año, el Estado mexicano, los gobiernos en sus diferentes niveles y los partidos políticos, se enfrentarán a una sociedad enfurecida, a una colectividad enferma, al malestar ciudadano, producto del hartazgo ante la falta de respuesta a sus demandas y a la injusticia derivada de un modelo que ha aumentado el número de marginados sociales.

Esta es una de las tesis centrales del extraordinario libro “La Sociedad Dolida”, El Malestar Ciudadano, autoría del doctor Juan Ramón de la Fuente, ex/rector de la UNAM, presentado en la más reciente feria internacional del libro del Palacio de Minería en la Ciudad de México.

Este texto, “La Sociedad Dolida”, es revelador de las patologías que consumen el alma y el espíritu de la república, documento que presenta en siete capítulos y 180 páginas, un diagnóstico médico, objetivo y realista, de las enfermedades colectivas que afectan la salud de los mexicanos.

Es, en otras palabras, una radiografía de los trastornos y afecciones que agobian a los habitantes del país y nos explica el riesgo que conlleva el no atenderlos y tratarlos con profesionalismo. Es un tema que la clase política tendrá que racionalizar, procesar y resolver.

 

LA NEUROSIS COLECTIVA QUE AFECTA A MÉXICO:

 

Pero cuáles son los padecimientos colectivos de la población que tienden a agravarse. Destacan los siguientes: la inseguridad, la corrupción, el desprestigio de la política, la violencia colectiva, la injusticia social, el cinismo de las elites, el rezago educativo, la codicia de los mercados, los “gasolinazos”, la falta de empleo para los jóvenes y los efectos traumáticos de los sismos.

Tenemos, bien lo dice Juan Ramón de la Fuente, suficientes elementos tóxicos que han entrado al cuerpo de la Nación, como para desequilibrarlo, a los que se agregan la demagogia y la deshonestidad de los políticos.

Los mexicanos vivimos resignadamente, hay que decirlo, en una especie de neurosis colectiva cotidiana que nos acecha, aprisiona e impide que el país avance.

La sociedad mexicana hoy está representada análogamente por un cuerpo enfermo, que no recibe atención de ningún médico y que se permite que las dolencias colectivas le consuman y asesinen.

El ex/rector de la UNAM, en este provocativo y lapidario libro sobre nuestra realidad se pregunta: ¿dónde están los miles de desaparecidos forzados, entre ellos los 43 estudiantes de la Escuela Normal de Ayotzinapa? ¿en que país vivimos en el que se guarda silencio sobre los crímenes y los muertos?

En la Alemania nazi – argumenta el autor-, la gente moría con gas Zyklon B, en la Rusia estalinista con balas en la nuca o en los campos de trabajo forzado en el archipiélago de Gulag. En México todos morimos de no saber, de inercia, de abandono, producto de la corrupción y la impunidad que corroen la columna vertebral de la república, representada por sus instituciones.

Se advierte en dicha obra que “en México vamos por detrás de los tiempos”. Y peor aún, “los males sociales nos acosan y nos hemos resignado al aceptarlos con el dolor con que un paciente de cáncer escucharía el diagnóstico que lo priva de toda esperanza de vida”.

En la actualidad se requiere de una agenda de atención de estos males colectivos.

 

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