Por Osvaldo Avila Tizcareño
Gran debate generó la reciente visita del Presidente Andrés Manuel López Obrador (AMLO) para presentar el Plan de Apoyo para Zacatecas, las opiniones son encontradas, hay quienes elogian desaforadamente al titular del ejecutivo federal y a su gabinete por voltear los ojos a nuestro estado, mientras otros consideran el acto como un auténtico despropósito lleno de lugares comunes y evasivas.
Creo sinceramente que fueron muchas las expectativas creadas desde el anuncio de su presencia con la participación en pleno de los secretarios de estado, pero esto resultó algo así como el extracto de un informe de gobierno sobre las acciones ejecutadas en nuestra entidad por parte de la federación en 2021. A efecto de no resultar fatalista, ni que me consideren enemigo de la llamada transformación conviene esperar un tiempo prudente a efecto de que se materialicen los compromisos y se pueda constatar el resultado de lo anunciado por López Obrador. Aun así vale la pena traerlos a cuenta con el propósito de mantenernos atentos a su cristalización.
Sin duda el gran tema en el que se esperan grandes acciones es el de la creciente inseguridad y no es para menos, tan sólo en los últimos días se han presentado hallazgos verdaderamente escalofriantes: el asesinato del exdirector de seguridad pública de Loreto y su aparición en el vecino estado de Aguascalientes, el pasado jueves aparecieron 9 ejecutados en un puente de Ciudad Cuauhtémoc y apenas el lunes fueron 8 ejecutados más en Fresnillo; y como parte de esta problemática se presentó la renuncia en masa de policías de 9 municipios dejando en la indefensión total a la ciudadanía. Una auténtica catástrofe.
La oferta de AMLO ante esta compleja situación será el envío de 4 mil efectivos de la guardia nacional (460 elementos nuevos), tres helicópteros armados, la construcción de 23 bases militares y el compromiso de una mejor coordinación con los estados vecinos. Ningún zacatecano en su sano juicio puede despreciar la aportación en la búsqueda de la tranquilidad de las familias, pero el gran problema presente es que se acude al efecto y se incrementa la presencia policiaca pero no se ofrecen acciones encaminadas a disminuir la brecha de injusticia social que es el caldo de cultivo para potenciales delincuentes.
Como es sabido López Obrador seguirá invirtiendo en las transferencias económicas, “las ayudas” que más le reditúan votos y que en 2021 operaron con 2 mil 163 millones de pesos llegando a 147 mil 307 beneficiarios (un 9.08 por ciento de la población total); y para el ejercicio presupuestal 2022 se tiene proyectado un gasto de 2 mil 394 millones de pesos, que en efecto son un paliativo para la pobreza que generan la dependencia del nuevo “papá gobierno” que tanto se le criticó al pasado.
En materia financiera se ofrece el apoyo para reestructurar la deuda, recursos extraordinarios para el pago de prestaciones laborales y la continuidad de proyectos que generen derrama económica como el platabus y la presa milpillas. Pero resulta verdaderamente preocupante que no se asuma ningún compromiso en materia educativa como en el tema de absorber la nómina magisterial que le genera al gobierno del estado un gasto anual de más de 2 mil millones de pesos, aquí también sólo se ofrecieron promesas.
Tampoco hay algo concreto para el tema de carreteras, Jorge Arganis Díaz Leal, Secretario de Comunicaciones y Transporte dijo que se invertirán 144 millones de pesos en conservación de las carreteras de todo el estado, lo que indica la reducción en 28 millones respecto a lo que se ejerce este 2021 que son 172 millones de pesos. No se habló de ningún apoyo de la comunidad migrante que tanto aporta al estado, ni una palabra sobre obra pública extraordinaria que genere empleos, cero acciones para reforzar la vocación turística de Zacatecas y un silencio sepulcral ante varios temas trascendentales como la creación de empleos y apoyo a la economía familiar.
Reitero, hay que dar el beneficio de la duda, cualquier zacatecano debe desear que se materialicen los compromisos y redunde en el bienestar colectivo, pero creo conveniente decir por adelantado que resulta preocupante que muchos de los funcionarios que acudieron a la presentación del llamado Plan de Rescate sólo cumplieron el papel de escenografía e informantes de acciones anteriores pero nada nuevo aportaron para cambiar la situación actual, no sea que fuera a incomodar a AMLO polarizando la postura del mandatario federal
No desesperemos, en poco tiempo podrá constatarse la veracidad de las promesas y alcance de las medidas, pero insisto que sigue siendo urgente y necesario que entendamos que a la par de las acciones gubernamentales e incluso pensando que pudieran fallar, lo apremiante es que el pueblo entienda su papel histórico como ente transformador, que comprendamos que los grandes cambios no los hacen los hombres en lo individual por brillantes o bondadosos que sean, sino que las revoluciones solo pueden ser obra de la vanguardia popular firmemente unida y dispuesta a luchar. Por ello no dudemos un segundo y pongamos manos a la obra, al final esa es la única salida.