Jacobo Cruz
Desde que el actual presidente de México lideraba a la oposición, construyó un discurso eficaz para describir los males del país basándose en la lucha contra la corrupción y los privilegios de la clase gobernante (cosa cierta), lo que al paso de unos 12 años de campaña produjo la simpatía de millones de ciudadanos que creyeron que Andrés Manuel López Obrador (AMLO) era el político ideal para terminar con las injusticias imperantes.
El aún mandatario mexicano ha tenido que acudir a la mentira y la calumnia para sostener la credibilidad de su gobierno, reforzado con un aparato propagandístico que encabeza todos los días en la conferencia matutina y con los programas de entrega de dinero está cerrando su sexenio con simpatía; basta decir que esta proviene de las personas que se benefician directamente de las ayudas que han creado dependencia de millones de mexicanos que salieron a votar por la continuidad de esta política.
El doctor Luís Estrada, destacado analista político en su obra “El Imperio de los Otros Datos”, exhibe que van más de 200 mil mentiras, falsedades e inexactitudes espetadas a lo largo del gobierno del tabasqueño.
Según la definición de diccionario, la mitomanía es un trastorno psicológico que consiste en mentir de manera compulsiva y patológica, de tal forma que la persona que lo padece falsea la realidad para su conveniencia, lo que desafortunadamente padece López Obrador, quien usa los micrófonos de la presidencia para descalificar, señalar y perseguir a quienes considera enemigos del proyecto de una nueva clase gobernante que reclamaba su oportunidad al frente de la nación.
AMLO ha optado por vivir en un mundo alterno donde culpa de todo al pasado y ante cualquier error encuentra cómo explicación la conjura y el complot de sus adversarios, “que se resisten a perder sus privilegios”, de tal modo que si alguien le reclama por la inseguridad, él dice que lo quieren desprestigiar, si se denuncia la falta de medicinas en hospitales públicos, acusa que son los del PRIAN; cuando se demuestra el pésimo estado de las carreteras minimiza el problema o refiere que le dejaron un cochinero los corruptos.
Y lo peor de eso, es que hay gente que sigue creyendo en las afirmaciones sostenidas cuando ya han pasado prácticamente seis años de asumir el poder. Eso podía aceptarse en el primer año de gobierno, a los tres cuando mucho, pero ya está por terminar el sexenio y ése argumento ya no tiene validez, empero, algunos de sus seguidores siguen en su defensa de como si estuviera tomando los hilos de la federación.
Así se justifica la ausencia de resultados de su gobierno, por ejemplo, en el combate a la inseguridad, a la fecha se cuentan más de 194 mil mexicanos muertos en actos violentos, más los miles de personas desaparecidas en un México donde él cree que la gente es feliz por la política de primero los pobres.
Por otra parte hay datos que demuestran cómo crecieron las fortunas de los magnates mexicanos que hicieron grandes negocios al acoplarse con la 4T, en cambio, al pueblo se le ha conformado con las becas que recibe de forma periódica. Recordemos como estuvo en contra de las cifras del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), que contabilizaba a 58 millones de pobres en el año 2023, de tal forma que empezó la guerra contra organismos autónomos que le demostraban que el reparto de dinero no estaba terminado con la pobreza. Ante eso se le ocurrió medir el bienestar, que es sinónimo de felicidad, ambas cosas tan subjetivas y relacionadas directamente con la política de ayudas dispersadas por el gobierno. La guerra por desaparecer a las instituciones autónomas no ha terminado, se trata de combatir a todo aquel que se atreva a cuestionarlo.
El Movimiento Antorchista fue víctima de la estrategia la mentira y la calumnia, pues desde su gira de agradecimiento, López Obrador se dedicó a repetir que los líderes se quedaban con dinero del pueblo, para provocar el linchamiento mediático y el repudio de los mexicanos en general, de tal forma que los antorchistas tenemos muy presente que cuando se le vienen problemas graves puede acusar a la organización de ser la causante de ello.
Otra calumnia. El pasado 9 de agosto del presente año, el mitómano en cuestión mintió al declarar que Antorcha estaba detrás del bloqueo en la autopista México-Puebla, en consecuencia, el Movimiento Antorchista Nacional, salió a desmentir la cínica aseveración, puesto que no tuvo nada que ver con esas protestas; y cuando ha protestado, como derecho constitucional, siempre lo da a conocer previamente a través de los medios de comunicación y otros medios a su alcance,
En esta última ocasión, como en las anteriores, López Obrador quiso ocultar su incapacidad e indolencia para atender las problemáticas sociales y no escuchar a la población que exige atención a conflictos de diversa índole que están afectando a los mexicanos, que por desgracia siguen creyendo en un proyecto lleno de manipulación ideológica y compra de conciencias con dinero del erario que hace falta a otros aspectos de la vida pública de México.