Marco A. Flores Zavala

Notas sobre La circulación de las ideas. Bibliotecas particulares en una época revolucionaria, Nueva España, 1750-1819 de Cristina Gómez Álvarez. México: Trama editorial, Universidad Nacional Autónoma de México, 2018.

En el transcurrir del texto se da cuenta que el objeto, el libro, implica el estudio, la comprensión y uso de otras perspectivas sobre el artefacto: cómo era el mercado del libro (ventas, compras, traslados, circulaciones); la presencia de los apabullantes controles institucionales (inventarios, embarques, revisión de contenidos); la circulación del libro (de los mercaderes en España a Nueva España, formación de bibliotecas particulares, traslado a otras bibliotecas…)

Enfaticemos: Cierto y evidente es la circulación de las ideas a través del libro.

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El libro no es una consecuencia simple de las anteriores publicaciones de Cristina Gómez Álvarez (El alto clero poblano y la Revolución de Independencia, 1808-1821 –UNAM, 1997-; Censura y revolución. Libros prohibidos por la Inquisición de México, 1790-1819 –Trama editorial 2009- y Navegar con libros. El comercio de libros entre España y Nueva España. Una visión cultural de la Independencia, 1750-1820 –Trama editorial, 2011-).

Este volumen es parte de una línea de investigación sostenida en las historias que lindan entre lo político y lo cultural, teniendo como ejes los libros, las lecturas y los lectores novohispanos.

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El texto de Gómez Álvarez da cuenta de cuán prismático y poliédrico es el estudio del libro y el contenido: la voluntad de poseer libros, asunto que implica el examen de los costos económicos, los ejercicios seculares de varias libertades políticas y económicas, la posibilidad de leer, de reflexionar, de debatir, de opinar.

Es magistral el muestreo de qué oficios, profesiones y funciones tuvieron libros; más todavía: qué individuos (hombres, mujeres, oficios, castas) poseyeron tales objetos.

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En el texto y los respectivos contextos no se soslayan la historia del libro y los procesos de secularización con la posesión del libro y el ejercicio de la lectura; los efectos de las ilustraciones española y las europeas; las huellas de las primigenias desmonopolizaciones y liberaciones comerciales e ideológicas.

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Explícitamente el ensayo da cuenta del espacio institucional donde hace el estudio (Audiencia de México).

Se indica el porqué del período y los cortes temporales. Hace uso de fuentes diferentes y pertinentes para el estudio del libro.

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Lo anotado señala que éste es un libro novedoso, por los resultados, por la línea de investigación, el objeto de estudio y las fuentes (registro de equipaje de los funcionarios, donde venían los libros; y, los inventarios por fallecimiento).

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En lo que toca a la metodología, la profesora, de la Universidad Nacional Autónoma de México, asienta: “sigo a Robert Darnton cuando afirma que el estudio de bibliotecas particulares puede ser de dos tipos: el macroanalítico y el microanalítico. El primero posibilita reconstruir la comunidad de lectores para un lugar y época determinados; el segundo permite conocer y analizar en detalle la biblioteca de un individuo”.

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La hipótesis de trabajo de Gómez Álvarez es “En la década de los ochenta del siglo XVIII, inició el proceso de secularización de la lectura. Se entiende por secularización cuando el libro seglar es mayoritario respecto al religioso. Para formular la hipótesis tomé en cuenta los resultados que obtuve cuando investigué el comercio de libros entre España y Nueva España para el mismo período que Navegar con libros. Allí encontré que a partir de la década de los ochenta el libro seglar superó cuantitativamente al religioso…”

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Asiento: La línea de investigación (historia serial, cuantitativa y panorámica del libro) enseña la pertinencia del estudio de larga duración, porque permite notar rasgos de los procesos impulsados por las reformas borbónicas y los cambios políticos en Europa.

Y esto fue posible porque revisa libros, bibliotecas, individuos y colabora para situar los nuevos espacios para la lectura y las sociabilidades de los poseedores de libros.

Justo esto marca cuán próxima y diferente es a lo hecho por Roger Chartier y Robert Darnton, quienes estudian comunidades de lectores con contextos culturales diferentes al novohispano.

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La circulación de las ideas es un estudio cuantitativo que no soslaya las reflexiones de las historias culturales y políticas sobre el libro. Expone qué es una biblioteca particular en un contexto que debate la modernidad del individuo ante las corporaciones y las pertenencias, y esto es oportuno, porque muestra quién tiene en su haber bibliografía secular; quién posee más libros; qué comunidades leen y qué.

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Las fuentes, mediante el estudio denso y meticuloso que realizó la autora, configuraron lectores, bibliotecas y libros. El diálogo con sus obras anteriores –la más seria y dedicada estudiosa de bibliotecas y poseedores de libros-, la sitúa como un investigadora de largo aliento, tanto que nos entrega un libro que ayuda a pensar, desde los libros, la comunidad de lectores y los lectores mismos, los procesos culturales y económicos previos y antecedentes en la revolución de Independencia de la Nueva España.

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Como lector, sitúo como conclusiones de una lectura: la secularización y el empuje de nuevas formas de posesión y lecturas. Para mí es una historia del libro, de poseedores de libros y de bibliotecas en la Nueva España, de comercio, trasporte, distribución, controles institucionales, traslados y los rasgos de contenido de libros y bibliotecas.