Verano 22
Por Marco Antonio Flores Zavala
Mañana se vuelve a las labores cotidianas. Desde hoy debo hacer la agenda de la semana, del mes, del semestre, del resto del año 22. En próximos días, si el panorama no cambia, acudiré a Río Grande. Allá comentaré un libro de su historia. También se presentará Los decimonónicos.
En otro escenario, día y personas, expondré otro librazo, sobre la imprenta en Aguascalientes. Esto será casi al concluir el mes.
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Por cierto, en próximos meses se cumplirá el bicentenario de la compra y puesta en función de la primera imprenta en Zacatecas.
Con aquella maquina no sólo se puso en marcha la difusión de las actividades de las autoridades, más en específico de la Diputación provincial y del Congreso constituyente. Ese poder era quien repartía y proyectaba la autoridad en la provincia –hoy se le dice estado o entidad-.
También se fijó el alcance del dominio territorial de las autoridades. El asunto no es baladí, porque la maquina expidió documentos-objetos, por cuya lectura y aceptación o rechazo del contenido se configuraron los límites de reconocimiento del poder de quienes desde la ciudad de Zacatecas emitían órdenes, señalaban o simplemente recomendaban.
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En balance de días pasados, quedaron tantos pendientes como asuntos atendidos. Un asunto se logró: limpiar los libros de tres muebles viejos. Un librero, el eterno, lo hizo uno de mis hermanos. La construcción fue en el taller de carpintería de la Secundaria Federal 1 de Fresnillo. Los otros fueron adquiridos con vendedores de Michoacán o Estado de México –ya no recuerdo- de los que iban casa por casa ofreciendo la mercancía.
En cada libro se dejaron los tiquetes, las notas y las postales usadas como separadores y dataciones de lectura o adquisición.
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Comento: en estos días soft estoy mirando Tamara Falcó: la marquesa [de Griñón]. Ya sabe usted, es un docureality. Versa acerca de una joven española de la aristocracia y las páginas de lo social. En la entrada ella dice: ‘Toda mi vida está retratada en la revista Hola’.
La miro por descanso del hate (así se dice) por el Sonora, el partido mayoritario… en Zacatecas, tal y tal.
De la realidad un caso no abandono: la tragedia en Las Agujitas, Coahuila. Es un hecho jodido que muestra las condiciones precarias en las que siguen laborando los mineros y tantos y tantos subalternos del “México real”.
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Con Tamara Falcó: la marquesa me entretengo en la nadería, en una comedia de la posible realidad (es un reality) de la marquesa de Falcó.
Aparecen tantas caras de Hola, Vanidades, Lecturas… hasta Boris Izaguirre. Hay, como notas testimoniales del parentesco, unas escenas de segundos de Enrique Iglesias, hermano mayor de Tamara. Otro actor que me impresiona, por su aparición, es Mario Vargas Llosa, esposo actual de la madre de Tamara.
Son irrelevantes las palabras del nobel, no así su presencia. Será chirriante si algún antisnob le descubre en la serie y recuerda La guerra del fin del mundo o alguna otra de sus novelas. Imagino cómo y porqué querrán deslindarse de ese anciano liberal de lectura y palabra pública.