Exquisita, mágica, cautivadora y vibrante resultó la obra escénica Tren Nocturno a Georgia, presentada en el patio principal del Centro Cultural Ciudadela del Arte, como parte del V Festival Cultural de la Diversidad Sexual.
Bajo la dirección de Juan Manuel Bárcenas, la obra es la adaptación de una novela de la autora mexicana María Luisa Medina, que muestra, de manera sutil y elegante, una historia desgarradora a través de los sentimientos y emociones humanos.
A través de una reflexión sobre las diferentes preferencias sexuales, seis personajes nos adentran en un mundo lleno de morbo, amarillismo, poder, víctimas, victimarios, traición, deslealtad, juegos y trampas, pero a la vez apoyo, amistad, espera, entendimiento, música, literatura y sobre todo amor.
En un escenario tipo ring, se desarrolla la trama en torno a la doctora en letras españolas Samantha Heighs y sus alumnos en la carrera de comunicación y periodismo, a quienes imparte la materia de literatura.
Allí conocerá más profundamente a dos de sus alumnos: Stephanie Myiers y Dick Fleming, quienes marcarán su destino gracias a un juego de traiciones y emociones, que afectarán tanto su vida personal como profesional.
La historia comienza cuando una mujer despide a la doctora, con el argumento de que merece una libertad que le fue coartada durante cinco años de encarcelamiento. Acto seguido, en su hogar, Samantha sopla el polvo de su abandonado chelo.
Allí, los dos jóvenes alumnos, por medio de una charla sobre el extraño comportamiento de la doctora, definirán un destino que los marcará de por vida.
El tema es la soledad de la académica y sus únicos amigos, los grandes de la literatura y de la música universal, elementos que les hacen sospechar que es lesbiana.
Planean un juego de seducción inescrupuloso, para poner en duda los valores, los sentimientos y la preferencia sexual de Heighs, consistente en que Stephanie, con el argumento de su profesionalización periodística, hagan una investigación en la que, con fingida ingenuidad, provoque a la docente, para así descubrir su secreto.
Durante el juego, la joven es engañada y lastimada por su novio y rompen.
A partir de la “broma” Stephanie comenzará una amistad con el pretexto de conocer a los clásicos de la música y literatura, para adquirir así una profunda y exquisita sensibilidad a través de su apreciación.
A lo largo de la historia, se recitarán sonetos de Sor Juana y se escucharán las notas de los autores citados. En un momento dado, Stephanie se sorprenderá de encontrar en la doctora grandes afinidades y similitudes.
Ambas se enamoran profundamente, situación que provocará la ira de Dick, quien filtra una serie de fotografías y un artículo donde acusa a la doctora de pervertida y corrompedora.
Heighs será juzgada en un juicio en el que Stephanie la traicionará por el bien de su familia y de su propia vida; ante los medios de comunicación, la chica quedará como una víctima de la doctora.
La doctora no pondrá resistencia y se declarará culpable de actuar contra su alumna con alevosía, premeditación y ventaja, movida por su soledad y por tener un momento de felicidad y amor.
Tras cinco años en la cárcel, la resolución de sus vidas llegará con una propuesta que le hace Stephanie a la doctora, y que dependerá de abordar un tren nocturno a Georgia.