Lo Mejor del 2014: Cine Mexicano

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GUEROSSergio Bustamante

 

En pleno diciembre y con la obligada (y por demás subjetiva) revisión a lo mejor del cine, nos encontramos con la sorpresa de que el recuento es mucho mejor de lo que se esperaba.

Y es que a diferencia del muy regular 2013, este año mantuvo, al menos durante más de un semestre, una constante de buenos estrenos de cine tanto comercial como independiente. Aparte de varios VOD (Video On Demand) de interés que en otros países del mundo ni por ese medio llegaron.

En este contexto, el cine mexicano jugó un papel importante. No tanto porque haya crecido en producción o recepción, sino porque varios de sus títulos 2013 fueron comprados para su distribución, haciendo de este año uno de calidad considerable en cuanto a exhibición. Mención aparte a algunas pequeñas películas que fueron estrenadas en los circuitos alternativos y cines especializados, y que no por eso son menores en calidad. Es por esta razón que se decidió realizar un recuento aparte que sólo incluyera lo mejor de la producción nacional.

Aunque también hay que ser realistas y aceptar un dato: la mayoría de las producciones siguen siendo productos sin identidad, realizados única y exclusivamente con fines comerciales. Es así que la cartelera nos recetó títulos muy taquilleros, cierto, pero sobre todo verdaderamente lamentables ¿Qué le dijiste a dios? (Teresa Suarez, 2014), Cásese quien pueda (Marco Polo Constandse, 2014) Más Negro que la Noche (Henry Bedwell, 2014) o Fachon Models (Rafael Montero, 2013). O filmes que al igual que los mencionados, tienen buena manufactura, aunque se quedaron cortos en sus intenciones, y que si bien no son completamente pésimos, fueron de regulares a malos o apenas entretenidos como El Crimen del Cácaro Gumaro (Emilio Portes, 2014), Obediencia Perfecta (Luis Urquiza, 2014) y la exitosísima y cansadora Cantinflas (Sebastián del Amo, 2014).

Pero hay optimismo, y el cine mexicano, es notorio, comienza a encontrar nuevas plataformas y público. Y así como hay un mercado para las películas mencionadas, también hay otro emergente (o ya ni tanto) que consume obras mucho más elaboradas, bien escritas y pensadas para contar nuevas historias con un lenguaje y óptica de calidad. Lo ideal: que ese público se conjugue en uno sólo y toda esa producción nacional sea juzgada ya no por sectores, sino por audiencias masivas. En medio de ello, hay que aplaudir la creciente producción de cine documental. Pareciera que las nuevas generaciones están encontrando ahí un nicho e interés legítimo, y esas son buenas señales.

Sin más, he aquí la lista sin ningún orden de preferencia ni jerarquía sobre mis películas favoritas del cine mexicano durante el 2014.

 

Ilusión Nacional. (2014)

Dir: Olallo Rubio.

Comencemos precisamente con un documental que tuvo una gran distribución gracias a su timing con el mundial de fútbol de Brasil 2014.

Del Olallo de ¿Y tú, cuánto cuestas? (2007) a este filme, hubo un crecimiento notorio. Este documental que cuenta la historia de la Selección Nacional de Futbol y sus participaciones en la copa del mundo, así como su relación y efectos en la sociedad, tiene un mucho mejor manejo de la narración visual y hace un excelente uso de stock. Si bien la delimitación de objetivos fue de nueva cuenta su debilidad, entretiene bastante porque apela únicamente al recuerdo y la anécdota sin buscar profundizar en respuestas. Aplauso aparte a su gran edición. Ilusión Nacional es un buen documento de la influencia de este deporte y su representación nacional en nuestra vida. Por ahí dicen que después de lo sucedido con la selección en Brasil, ya se cocina la segunda parte.

 

Workers. (2013)

Dir: José Luis Valle.

Da gusto que una de las cintas más urgentes para la desigualdad que vive este país, sea mexicana. Ambientada en Tijuana, Workers cuenta dos historias de forma paralela: la de una empleada doméstica que trabaja para una excéntrica y enferma millonaria, y la de un obrero en una fábrica de focos. Ambos, con sus propias vicisitudes y aspiraciones (la cinta tiene la gran virtud de no manipular ese elemento), son el reflejo de un contexto en el que la discriminación y hasta las simples apariencias pueden llegar a ser la diferencia entre “el valor o no” de una persona.

Lo mejor de Workers es que pudiendo caer en el drama fácil o la fórmula televisiva, se apoya en el humor para narrar una historia que hemos visto más de una vez. Y a pesar de sus clichés y constantes vicios narrativos, es una cinta que se deja ver muy bien. Los premios al mejor largometraje en los festivales de Morelia, Huelva y Guadalajara, entre otros, hablan por si solos.

 

Ahí Va El Diablo. (2013)

Dir: Adrián García Bogliano.

Siendo estrictos, esta cinta tuvo se estreno (no comercial) en el GIFF 2013 y a finales del mismo año durante el ya clásico ciclo denominado “Masacre en Xoco”. Pero fue gracias a su fama y casi estatus de culto que a principios de año se reestrenó en algunos cines especializados y después hasta transmitida en TV. Y la verdad es que no se podía quedar fuera porque si de cine de horror mexicano se trata, esta es la ganadora absoluta.

Contada casi con elementos de serie B, Ahí Va el Diablo es la historia de dos hermanos que se pierden jugando en unas colinas y cuando después de días por fin regresan sin explicación alguna, su madre se da cuenta que no son los mismos.

Lo que hace de la cinta un portento es su estructura narrativa sobre una sencilla premisa de posesión diabólica; con encuadres frenéticos, personajes siniestros, una gran atmósfera que aprovecha bien los escenarios de Tijuana, alto grado de sexualidad, pero contenida en sus giros, sangrienta cuando debe y lenta cuando se requiere. Todo desarrollado en tan solo 97 minutos y con un asombroso desenlace. Una obligada para los amantes del género y gran muestra de que el cine de horror en México está vivo aunque las cadenas lo menosprecien.

 

Las Horas Muertas. (2013)

Dir: Aarón Fernández.

Una de las destacadas durante la edición 2013 del FICM. Las Horas Muertas narra la historia de unos personajes muy peculiares alrededor de un hotel de paso en Veracruz, de entre quienes resalta la relación de Miranda, una visitante asidua que siempre espera a su impuntual amante, con Sebastián, el joven encargado del hotel por órdenes de su tío.

Fuera de todo convencionalismo narrativo y casi cronológico, Las Horas Muertas toma la relación de estos dos dispares personajes para su desarrollo, y es a la vez un ejercicio muy interesante sobre cómo contar una historia sin la necesidad de ser explícita, sino centrándose en la sutil transformación de sus protagonistas.

 

Lo Insólitos Peces Gato. (2013)

Dir: Claudia Sainte-Luce.

Otra de las cintas más comentadas en el FICM de 2013 y que, tal vez gracias a su atractivo título, gozó de buena taquilla y el consenso de la crítica. Ambientada en la zona menos convencional de Guadalajara (lo cual fue un acierto), la cinta es el drama de una madre enferma que tiene que lidiar con cuatro problemáticos hijos de personalidades y edades muy diferentes, lo cual no ayuda en su recuperación. Cuando la enfermedad se vuelve terminal y la situación económica es precaria, entra en la rutina una chica llamada Claudia, a quien la familia había conocido antes en el hospital. Claudia, con sus propios problemas, de buenas a primeras jugará un rol fundamental en esa familia y su convivencia.

Tal vez los halagos hacia esta película rozaron la exageración. La historia, bien narrada y con una buena dosis de humor, por momentos cae en un discurso fácil, pero eso no le quita ser un cine mexicano muy superior a aquel que las instituciones apoyan con todos sus recursos (Cantinflas p. ej.). Mención aparte a la extraordinaria actuación de Lisa Owen como Martha, la madre agonizante. Buena parte de la afectividad del relato, fue gracias a su trabajo.

 

Club Sandwich. (2013)

Dir: Fernando Eimbcke.

Para muchos, la ganadora sin corona del FICM 2013, aunque eso no ha impedido que sea reconocida en el exterior, destacando el premio al mejor director en el prestigiado Festival de San Sebastián.

Club Sandwich es el minimalismo de la narración. Una madre y su hijo de vacaciones son la base para describir circunstancias complejas como la adolescencia, los celos y las relaciones familiares. Los temas de Fernando Eimbcke son recurrentes, no es algo que no le hayamos visto, pero su forma es cada vez más fina y lo expone por encima de su generación como un verdadero autor. Sin duda uno de los cineastas más excitantes que tenemos en la actualidad y una de las mejores películas estrenadas, en general, este 2014.

 

Güeros. (2014)

Dir: Alonso Ruiz Palacios.

A pesar de sus errores históricos y de algunos diálogos forzados, Güeros es una extraordinaria cinta que retoma un importante y poco explotado tema para contar su historia: la huelga estudiantil de la UNAM en 1999.

Tomás es un adolescente que debido a su mala conducta, es mandado a la Ciudad de México a que visite a su hermano mayor, Federico, y viva un rato con él. Al llegar, se da cuenta que Federico y compañero de cuarto son unos holgazanes que no hacen nada todo el día bajo la excusa de estar en huelga, aunque ni siquiera estén comprometidos con esa causa. La afición de Tomás a un músico viejo que está convaleciente en un hospital cerca de ahí, aunado a unos problemas vecinales, sacan a estos tres del departamento encaminándose a una odisea de descubrimiento y madurez por varios puntos cardinales de la Ciudad de México.

Aunque la fórmula no es nueva, al igual que con Eimbcke, son las formas lo que hace a Güeros una película destacada. La narración en blanco y negro la dota en automático de una personalidad entrañable. A ello se suma el buen trabajo de los actores y una historia que exalta ese sentimiento tan familiar de crecimiento, de saberse en medio de nada durante la búsqueda de un ideal o identidad.

A pesar de que Güeros no se alzó con el premio a mejor largometraje en la reciente edición del Festival de Morelia, sí se llevó el premio del público y también otros importantes a nivel internacional, como mejor primer largometraje en el Festival de Berlín, el premio Horizons en San Sebastián, y el mejor nuevo director en el Festival de Tribeca, entre otros. Esperemos que dichos reconocimientos (y los que faltan) sean suficientes para el próximo año tenga un estreno oficial y podamos hablar más extenso de ella. Si no, quede este pequeño texto como reconocimiento a su excelencia.

 

Menciones de Honor.

 

La Jaula de Oro. (Diego Quemada-Diez, 2013)

Guten Tag, Ramón. (Jorge Ramírez Suárez, 2013)

Quebranto. (Roberto Fiesco, 2013)

Filosofía Natural del Amor. (Sebastian Hirart, 2013)

 

En la siguiente entrega, la consabida lista a lo mejor del cine exhibido en el presente y agonizante año.

 

 

 

 

 

 

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